
Miguel Rivera comenzaba interpretando Swann, canción de su primer disco, acto seguido vinieron Hagamos cuentas y Agosto esquimal, una de sus canciones más conocidas y en la que el público se hizo por fin partícipe del concierto. Ya que se habían calentado motores, Miguel se dirigía al público presentando Piedraluna, una de los temas con mejor acogida de la noche. El disco A la hora del sol también estuvo presente con Silencio, dedicada a una mala temporada vivida en la capital hispalense.

Dejando el micro a un lado y haciendo alarde de su magnífica voz, Rivera se mezcló entre el público para entonar Hoy, haciendo que todos los asistentes coreasen al unísono “mientras siga vivo no podréis conmigo, mientras siga vivo soy el rey del mundo” y logrando uno de los momentos más emotivos del concierto.

Y como “no hay cuento sin final” para terminar sonaron El ruido que me sigue siempre y Sal y otras historias, pero el público no estaba dispuesto a dejarlos marchar, hasta el punto de que fueron dos los bises que tuvieron que hacer para saciar las ganas de Maga. Para este último pase dejaron canciones tan emblemáticas como Diecinueve o Des-Pi-De, el primer tema del grupo que sirvió como broche final para un gran concierto.

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