Grata sorpresa la que se lleva uno asistiendo a grupos que uno no conoce de nada y más cuando descubre al frente al vocalista de Iguana Tango. Reconozco que no me gusta el pop pero lo que pudimos ver el otro día fue una demostración del amor por el rock and roll que tanto nos ha marcado en nuestra vida y es que el set list estaba formado por versiones de clásicos del rock and roll de los años 70 interpretados con absoluta pasión y cariño.
Se presentaron en formato desenchufado y demostraron su gran calidad al interpretar composiciones como el tremendo “Born to be wild” de Steepenwolf con el que comenzaron su descarga y que nos dejó con una buena sensación y sabor de boca. Lástima que la gran mayoría del público no conectara de la misma manera y es algo que uno no encuentra explicación ya que fueron clásico tras clásico como “Hush” de Deep Purple que nos hizo desgañitarnos al igual que otra joya del rock and roll como “With a Little help from my friends” o “Let it Be” que provocó una mínima respuesta. En esos momentos a uno le dio por recordar cierta canción de Alaska que con Kaka de lux revolucionó al mundo musical y que uno suscribe al cien por cien al ver al respetable allí reunido.
“Fire” de Jimi Hendrix nos hizo arder nuestro corazón al recordar al mítico guitarrista con sangre india que recorría por sus venas y que tantos momentos nos han regalado sus míticos trabajos al igual que “Hotel California” de los Eagles que tanta controversia trajo en su momento entre los grupos de carácter religioso con su moral bienpensante,
En definitiva una brillante actuación que nos llegó al corazón de la misma manera que el mítico “Brown sugar” de sus satáncas majestades o la sensibilidad de un delicioso “Wild world” de Cat Stevens. Exquisito aunque me reitero en el comentario que Alaska hizo en su momento.
Foto: Cristina Jimeno.