El título de esta crónica puede resultar algo enigmático, lo sé. Sin embargo obedece a un término tenístico, relacionado con el saque y que a mi parecer hila muy bien con este grande de nuestra música como es Ariel Rot.
Porque Ariel en su pertenencia a las ilustres bandas que fueron Tequila y Los Rodríguez ejercía con maestría eso de ser un segundo primero, sin saltar a primera escena y brillando con su guitarra. Pero de eso hace mucho ya y se subió esta noche a la terraza del Hotel Inglaterra dentro del ciclo 43Livetheroof con todas las entradas vendidas y ejerciendo de segundo y de primero.
Hasta aquí mi rodeo con el título. Ariel ganó confianza con su voz y ahora presenta las composiciones de todas sus etapas ejerciendo de anfitrión de cada una de ellas al más puro estilo cantautor sin la efervescencia de los ya pasados conciertos de rock como el mismo nos relataba. Con unas vistas de esas que no te cansas con la giralda y la luna llena de fondo el show contó con un setlist variado donde Rot en su faceta multiinstrumentista alternó con diversas guitarras (eléctricas y acústicas) con lo que Lo siento, Frank o Baile de ilusiones adquirían así una cercanía e intimidad inusitada junto con otra fase donde Ariel se sentaba detrás de un teclado donde sorprendernos con esa maravillosa La Mirada del Adiós o ¡Salta!.
Con historias sobre gruppies y bares el concierto se fue desarrollando con brillo hasta que, para los bises, invitó al omnipresente Raimundo Amador con el que improvisar (Raimundo a la guitarra y Ariel al teclado) un apoteósico final versionando Un viejo blues de Pappo y La Milonga del marinero y el capitán de aquel disco de los Rodríguez Palabras Más, Palabras Menos que tantas veces oí en mi adolescencia y a la que a veces vuelvo en noches como esta.