
Esta es la historia de un grupo que ha pasado de ser considerado perteneciente al género del metal extremo a encajar en la vertiente más estilizada, técnica y compleja que mezcla el progresivo con el death.
Siempre han sido los mismos, igual de “anticomerciales” y originales, pero quizás sea el público el que está evolucionando, abriendo la mentalidad musical y aceptando grupos que solo gustaban a una minoría.
Un impresionante When de su álbum “My Arms Your Hearse” inicia el concierto. Desde el primer segundo destaca una producción impecable, perfecta, ciertamente es una tónica general en la mayoría de los disco de Opeth.
Visitan ahora su última obra con Ghost Of Perdition donde Mikael Akerfeldt canta con una voz gutural cercana al brutal death. Resulta increíble escucharle cantar en un disco en directo con esta voz, y segundos después usar su vertiente más melódica.
Es un gustazo que sigan recordando viejos discos como “Orchid” incluyendo en este directo Under The Weeping Moon. En el caso de esta canción, se disfruta mucho más, puesto que aquel disco no tenía una gran producción, y la interpretación en directo con los medios actuales de Opeth llegan a mejorar la versión original.
Una de las que suenan más grandiosas es Bleak del “BlackWater Park”, donde Akerfeldt nos deleita con unos fantásticos alaridos al inicio de la canción. Adoro los cambios de ritmo, simplemente geniales.
Esta es la primera publicación de la banda desde la salida del batería Martín López, aunque se grabó antes de que Peter Lindgren también se marchara. El cambio de estos dos miembros de la banda quizás no afecte demasiado al grupo, puesto que Mikael siempre llevó las riendas de la composición de las canciones, imprimiendo su personalidad inconfundible en la guitarra y la voz. Pero indudable, después de varios años y varios discos, tardaremos en acostumbrarnos a dos caras nuevas en el grupo.
Face Of Melinda prosigue el setlist del primer CD, quizás hubiese elegido cualquier otra canción del “Still Life” antes que esta, pero eso no es culpa de este tema, sino del disco, que es tan bueno que es complicado quedarse con una canción.
En su ímpetu por repasar la discografía completa, es ahora “Morningrise” con The Night And The Silent Water la elegida, destapando un estilo medievalesco inusitado en posteriores albums.
Y como no, obligada visita de “Damnation” para hacernos volar con la acústica de Windowpane, los teclados presentes en todo el disco toman más protagonismo en esta canción, si bien, adornan especialmente las canciones que en su versión original no tenían este instrumento.
Es el momento de menear la cabeza tal y como lo pide Akerfeldt en los conciertos con BlackWater Park, poniendo la guinda final con la obligada Demon Of the Fall.
Una pena que se olviden del álbum “Deliverance”, aunque quizás, en las últimas giras no faltaron canciones de este disco, así que se les puede perdonar.
Está anunciada la salida de este directo en DVD para el 2008, tras escuchar los CDs, esperaré con ansias. ¡¡¡Que grandes Opeth!!!