Encontrar los compañeros perfectos para emprender un viaje por el océano musical de nuestro país no debe ser fácil. Algo así debieron pensar los componentes de Izal tras navegar durante más de diez años por separado hasta tropezar con una forma de creación y composición afín. Con su primer EP, Teletransporte, autoeditado en 2010, la banda madrileña logró hacerse un hueco entre crítica y público, logrando actuar en citas referentes del circuito pop-rock de nuestro sello nacional y llevando incluso su trabajo hasta el Festival Internacional de Quito, en Ecuador.

Este éxito impulsó a Izal para gestar el LP Magia y efectos especiales, con el que ha arrancado su gira de otoño en la Sala FunClub de Sevilla. Bajo la producción de Luca Petricca y Karim Burkhalter, responsables de artistas como Annie B Sweet, Hola a todo el mundo o Marlango, nos proponen un repertorio de once canciones, temas que hablan de personas, de sus sentimientos, luchas, amores e infortunios. Los músicos comenzaron su visita sevillana sudando océanos de sangreA nuestros rincones’, un perfecto arranque que ya presagiaba la entrega de la formación.

Desde entonces, toda una suma de sonidos, cambios de ritmo que aceleraban la euforia de la sala con la intensidad de algunos de sus temas. Pequeños problemas técnicos aparte, ‘Prueba y error’, ‘Extraño regalo’ o ’28 horas’ se hacían realidad en la voz de su creador, Mikel, limitada pero con acertados matices. Inevitable encontrar en determinadas ocasiones similitudes con Vetusta Morla o Sidonie; otras, sonidos más cercanos a referentes de la movida madrileña y el acento español más rockero.

En cualquier caso, esa energía es la que acompaña en directo al grupo en todo momento, en una búsqueda de un estilo propio aún por definir. Pero es en esa variedad donde hoy encontramos temas forjados con una gran habilidad, como ‘Qué bien’, ‘La mujer de verde’ y ‘Tu continente’, canción esta última que ha servido para inspirar el último videoclip de la banda. .

Izal no llegó a su ‘Conclusión en Do para Ukelele’ sin antes regalar al público algunas piezas nuevas; entre ellas, ‘Tóxica’, perteneciente a esa cadena de composiciones intensas en letra y música.

En definitiva, una propuesta a veces muy rockera, otras más melódica, con mucha y muy estudiada batería y estrofas sencillas pero no por ello directas, elaboradas y pegadizas. En los madrileños y en sus historias hay talento y, sobre todo, ganas de hacer las cosas bien, apostando por la buena música y sin perder la sonrisa. Con trabajo, tiempo y dedicación, Izal posee magia con los efectos especiales suficientes para llegar a acentuar su presencia en el panorama patrio. Van por buen camino y lo hacen pisando fuerte.


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