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KTULU Y SU PARTICULAR VISIÓN DEL CANIBALISMO

Poradmin

Mar 9, 2011
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4/3/2011 Pa berse matao, Sedaví.

El pasado viernes 4 de marzo nos acercamos a Sedaví (pueblo al lado de Valencia capital) para ver a unos renacidos Ktulu en la gira de presentación de su nuevo álbum (esta vez en directo) “Visión en la casa del Caníbal”.

Tras la salida al mercado de esta nueva obra de los barceloneses hace tan sólo unos días, se ponen de nuevo en marcha para marcarse un buen puñado de bolos allá donde se les requiera. Una de esas paradas ha sido el Pa’berse Matao. Y esto fue lo que ocurrió.

 

El local abría las puertas a las 11 y ahí nos presentamos huyendo un poco del intenso frío que estaba cayendo fuera. Aprovechamos entonces para tomarnos unas birras mientras la banda telonera preparaba el equipo y según se iba rellenando la sala con espectadores que, por sus edades, presumo que fueran seguidores de Ktulu desde sus inicios.

A 5 minutos de la medianoche se montaron sobre el escenario la banda valenciana Between 4 Walls. Antes de comenzar a tocar se hubiera dicho que estos 5 chavales no tenían mucha pinta de ser músicos heavys. Bien, este es otro punto a favor de la erradicación de estereotipos y clichés porque acabaron soltando tralla de lo lindo…
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Con una música que ronda el Core Metal pero que también aúna algo de Progresivo e incluso diría yo que Death, dejaron en el poco tiempo del que dispusieron, muy buenas sensaciones.

Con un buen sonido, o al menos para lo que es una sala pequeña, Between 4 Walls hicieron repaso de unos cuantos temas donde los cambios de ritmo y los riff muy acompasados aparecían de la mano. Mezcla precisamente de los estilos que parecen agradar a la banda.
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Los registros de voz de su cantante Adrián también se movía por estos derroteros, gutural por momentos (los más), estridente por otros y limpia a veces.

Tengo que decir que me gustaron especialmente las partes más graves, densas y extremas. Aquellas donde las guitarras de Jose y Cortes parecían más grooves y la sección rítmica (Jorge en el bajo y Chus en la batería) descargaban más fuerza. Los momentos más Progresivos eran los contrapuntos que rompían a veces con el frenesí del Core.
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El caso es que estos chavales que en poco más de un año que vienen siendo Between 4 Walls ya han actuado de teloneros de Dagoba, por ejemplo, resultaron muy agradecidos. Agradecieron el trabajo de todos aquellos que han apoyado a la banda en su devenir por los escenarios, incluido el del día de hoy.

No obstante, no se pudieron lucir todo lo que quisieron. En la segunda canción rompieron el doble pedal y tuvieron que sustituirlo sobre la marcha. Pero tampoco pudieron apurar el tiempo del que disponían porque se les rompieron las cuerdas de una de las guitarras y acabaron por recortar su actuación a unos 25 minutos. Así que algún tema se perdió por el camino en un show que seguro que no será su más celebrado pero donde al menos dejaron buena muestra de su saber hacer musical.
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No sabría decir cuáles fueron las canciones que sonaron pues descubrí a la banda en ese preciso instante, pero seguramente que “Sense”, “Before I Ask Me” y “This Emptiness” fueron algunas de ellas.

Y tras media hora de relax y cambio de instrumentación, llegó el momento de Ktulu y su repaso más caníbal a su propia discografía.

Pues eso, que a la 1 menos 10 aparecen Willy K, David, Jess y Blai sobre el entarimado. Junto a ellos, la última adquisición de la banda: su nuevo bajista Fran, que tan sólo llevaba una semana dentro de la formación y ha tenido que prepararse los temas en un tiempo record.
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Con el grupo en posiciones y un sampler sonando a modo de intro, arrancaba el concierto… o tal vez no. Problemas con el sonido no dejaron apenas empezar “Tiempo Hostil” a la primera. Ni a la segunda. Tuvo que ser a la tercera la vencida. Ahora sí que ya teníamos a Ktulu en funcionamiento, no sin algún acople, eso sí; pero tocando a fin de cuentas.

Así, mejorando el sonido se pasaron los compases iniciales del show, llegando a continuación a una “Justicia” donde ya se disfrutaron de unas guitarra que se empleaban a fondo. Los ritmos frenéticos se veían adornados con coros improvisados cuando Willy ofrecía el micro a diestro y siniestro entre los seguidores de las primeras filas que, por cierto, cantaban las letras de pe a pa.
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Y es que el pequeño (y bajo) escenario propiciaba la interacción entre la banda y el público. Estas son las bondades de estos sitios pequeños donde el grupo se puede ver arropado por sus fans.

La feroz descarga continuaba con una “Pura Vida” que me sorprendió un poco que sonase tan temprano. Me imaginaba que caería algo más entrado el concierto. Pero eso daba igual. Por descartado que fue una de las más esperadas de la noche, animando el cotarro en forma de un continuo headbanging mientras se secundaba la voz de Willy en el estribillo. Y es que, de hecho, el videoclip fue proyectado unos minutos antes de arrancar el concierto sobre la pantalla de la sala, como si fuese necesario excitar aún más los ánimos de los asistentes, ¿verdad?

Como era de esperar, la banda no escatimó en intensidad musical y fuerza sonora. Aunque el nuevo del grupo tuvo que aguantar la novatada de la noche al ver como su bajo no marchaba durante el inicio del show. Fran se veía impedido de tocar en su debut con Ktulu. Imagino que debía ser frustrante, hasta que los compañeros le dicen que en verdad es una broma para acojonarle un poco. No sé si a Fran le hizo mucha gracia a la situación…

Pero coñas aparte seguíamos con el repaso a un setlist que se aproximó al que recogen en su última edición, ese CD-DVD en directo que contiene una actuación del grupo durante la gira presentación de “Show Caníbal”. Por supuesto, se trata de “Visión en la casa del Caníbal”, que lleva en la calle desde el 24 de febrero y que resulta un trabajo muy interesante.
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Precisamente el siguiente corte fue el que arranca sus dos últimos discos: “La Ira de los Monos”. Aquí debo reseñar en especial el trabajo sobresaliente de Blai a la batería, con unos ritmos violentos que destacaban sobre el resto de la formación. No sé si el que David y Jess cambiaran de instrumentos justo en este tema tuvo algo que ver para que las guitarras se oyesen algo menos. De todos modos, el resultado no iba a variar mucho: la banda volcada y la gente muy entregada al espectáculo.

La formación recuperaba un poco de resuello entre temas mientras Willy hacía unas breves presentaciones. Así, tras pocos minutos de concierto y pese al frío de fuera, se veían los primeros sudores en los músicos. No obstante, sin más dilación, se continuó el repaso al último álbum de estudio con “Superdepredador” (primera novedad respecto al setlist del disco en directo que presentaban) y a continuación “Demonios”.

Blai seguía imponiendo su ritmo de batería, apoyado en el estupendo bajo de Fran (pese a todas las circunstancias). Pero David y Jess acaparaban la mayor presencia sobre el escenario.

En “Superdepredador” me pareció que la voz se diluía un poco en la música, no sé si por la alternancia en los registros vocales. De todos modos y detalles aparte, resulta que estábamos en un concierto de Ktulu y la intensidad desbordaba en un moshing sobre el escenario y bajo de él.

Una pausa algo más larga daba pie a “Biocontaminación” para volver al “Confrontación”, el álbum fetiche de la banda y (al fin y al cabo) el más presente en la noche. Una vuelta a los temas del pasado que los fans más antiguos agradecieron con numerosos coros. Creo que esta canción sonó especialmente bien dentro del repertorio. Con las guitarras desgranando unos riffs muy logrados y el resto de la formación clavando un tema con una gran base thrashera. De lo mejor que se llevaba oído hasta el momento.

Momento álgido éste que se vio reseñado por la pausa que tomaron 4 de los miembros de la formación para dejar a Blai marcarse su “Drum Solo”. No será un solo que pase a la historia pero fue muy espectacular, con unos buenos alardes en los timbales y el doble bombo y no rompió en absoluto el ambiente alcanzado en lo que se llevaba de recital. El público disfrutó de la técnica de Blai a las baquetas y acabó aplaudiéndolo efusivamente cuando pidió un poco de reconocimiento ante el desgaste.

Al final reapareció el resto de la formación para reanudar la marcha al completo. Willy aprovechó para comentar al técnico algunos problemas de sonido. Precisamente a él se le veía quizás el más desenchufado en los primeros temas del concierto, aunque con su característica voz grave y áspera de costumbre, y muy escoltada por los samplers que se incluyeron en los temas. Entonces comentó que, mientras las columnas apenas dejaban salir su sonido al resto de la sala, los monitores le estaban “friendo”.

Se intentaron solucionar las dificultades mientras presentaban a Fran precisamente como nuevo miembro de Ktulu, tal y como habíamos comentado. No obstante, este impás de espera fue distendiendo el ambiente y algunos entre el público parecían impacientarse por la falta de música.

No duró mucho el silencio. Y de nuevo nos trasladaron a 1.997 para darnos una ración del “Latido del Miedo”. Tema muy rítmico y con un sonido estremecedor, con una gran combinación entre las guitarras, bajo y percusión. Y Willy a lo suyo, desgarrando los temas y alternando con el público con el que existía un extraño y constante tránsito de latas de cerveza (¡!).

E inmediatamente, “10 Toneladas”. Otra de las imprescindibles en sus conciertos, menos frenética pero con un sonido más denso donde la voz tomaba protagonismo.

Ktulu volvió a su disco homónimo con “Estereotipo”. Con una de las melodías más accesibles de la velada, no fue el tema donde David, Jess o Blai más se pudieron esmerar en sus habilidades. Pero el tema sonó bastante bien y pegadizo. La gente siguió muy enganchada al show.

Fulminante y muy mosheada fue “Sutil Mutilación”. Era un buen resumen del concierto en cuanto a energía, garra y sonido grave. Así llegó a verse stage-surf por parte de algún atrevido seguidor de la banda que se arrojó hacia los brazos elevados de sus compañeros.

Una fenomenal forma de ir entrando en la recta final del espectáculo. Temas como una acompasada y contundente “Lado Oscuro” o una “Deja de Joder” más próxima al Metal Industrial de Fear Factory, deleitaban a los presentes.

Y guitarras muy principales para el Thrash de “Crisis de Fe” dieron motivos para que muchos se agitaran y saltaran con la música. Incluso cuando entraron en juego los samplers que arrancaban “Alma. Limbo. Polis”. Y más cuando los sonidos pregrabados se transformaron en agresividad en vivo de esencia Core a manos de la banda.

Para terminar, “Delirium Tremens”. Con melodías muy Heavy en manos de David y Jess y los cambios de ritmo muy soportados en los samplers (que al fin y al cabo son uno de los sellos de Ktulu). El pequeño mosh-pit que se formó así lo atestiguaba.

Pero no podía acabarse el espectáculo sin el tema más famoso del grupo, el que les dio a conocer por mediación de la banda sonora de “El Día de la Bestia”. Por supuesto se trataba de “Apocalipsis 25D”. En este corte se echó el resto dentro y fuera del escenario, para dejar una gran sensación al culminar la noche de música en vivo en el Pa’berse Matao de Sedaví.

Creo que quien más, quien menos, todos salieron bastante satisfechos con lo que se pudo ver y oír en el evento, vicisitudes y problemas técnicos aparte.

De hecho, hablando después del concierto con algunos asistentes, me comentaron que poder ver de nuevo (años después) a una banda referente y pionera del Metal de estilo Industrial en nuestro país; eso ya le valía la pena.

El caso es que aparte del concierto también tuvimos la oportunidad de charlar un rato con la banda; momento que aprovechamos para hacerle unas preguntas al propio Willy K. La entrevista la podréis leer en breve en este mismo espacio. Estad atentos.

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