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I FESTIVAL METAL LORCA – SÁBADO

Poradmin

Ago 22, 2010
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Y llegó la segunda jornada, con el mismo calor que la primera, aunque también un cartel que alentaba a soportarlo para disfrutar de bandas tan reputadas como Napalm Death o Destruction.


El primer grupo fue Killem, aunque me temo que no registro la crónica de los sevillanos al no poder asistir a su actuación.

A las 3 y cuarto arrancaron Dawn Of Tears y, haciendo un alarde de valor, ahí nos dimos cita unos cuantos para ver cómo aparecían sus miembros vestidos de riguroso negro y con parafernalia de cuero.

Los madrileños, encabezados por su cantante J. Alonso, se dejaron caer desde un principio con un estilo que aunaba el Black Melódico y algo de Death con voces guturales aunque también más “entendibles”.

Pues eso, que la música alternaba estos dos estilos y en cortes como “Wings Of Despair” se podían oír los muchos registros y matices que estos chicos gustan en sus temas. Incluso cuentan con la ayuda de coros y música de teclados para crear esa atmósfera de Symphonic Black de bandas como Dimmu Borgir, por ejemplo. El asunto es que esos efectos suenan pregrabados para complementar la música en directo de los 5 miembros de la banda.
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Y dentro de la formación, aparte de J. Alonso, también están los guitarristas J.L. Trébol y A. Pérez que hacen una labor fenomenal. Unas guitarras que se lo curran muchísimo, como en “Cadent Beting”, por ejemplo, donde también suena atronadora la batería de Israel o la base rítmica del bajista Konrad.

Así pues, en los 8 temas de su setlist destilaron esa mezcla con comienzos más deathmetaleros que se veían secundados por los samplers de teclado hasta alcanzar el Black Melódico. También trazos con guitarras más pesadas y batería blastbeat. Un estilo bien definido para una banda muy trabajada y seria.

La parte final del show contó con un par de temas donde las guitarras me parecieron especialmente inspiradas en los solos.

Y bueno, la última creo que era “The Pit And The Pendulum” (sí, como el relato de E.A. Poe) y resultaba un buen resumen de lo que se pudo oír en el tiempo del que dispusieron estos muchachos, en el que se dejaron todo sobre el escenario y que sudaron (en el más estricto sentido del término) la camiseta para contentar a los atrevidos que desafiaron las altas temperaturas para disfrutar de ellos.
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Decir que tienen dos trabajos disponibles. A saber: “Descent” y “Dark Chamber Litanies”.

Y tras la oportuna visita a la barra y un paseo por debajo de los microaspersores de agua, nos acercamos de nuevo frente al escenario para disfrutar de Aggression.

Tenía muy buenas referencias de esta banda y también había oído algo de ellos y esperaba que fuese un buen concierto. Pues el resultado fue aún mejor, porque creo que llegaron a ser de los mejores grupos del festival.

Y es que estos barceloneses son la ostia! Su estilo es Thrash. Simple, llana y genuinamente movido y pasado de rosca para que flipes con su directo.

Inevitablemente recordé este mismo lugar hace un año (más o menos) y estas mismas horas, cuando Municipal Waste agitaron a miles bajo el incandescente sol. Bueno, sus temas son más largos, la voz más lenta y quizás no llegaron al nivel de desfase de los de Virginia, pero tampoco se quedaron cortos.

Su disco se llama “MoshPirit” y lo que lograron tema tras tema fue un mosh-pit casi contínuo. Con unos riffs y solos afilados de las guitarras de Pol Luengo y Óscar Reka muy efectivos a la hora de engancharse a las orejas y con una cadencia que llegó casi al Crossover. Aparte de los solos thrasheros del primero, que también es el vocalista y que no dejaba de moverse por el escenario cuando tenía opción.

Bueno, realmente los tres músicos de pie no paraban de agitarse e incitar a los aficionados para que hiciese lo propio. Aunque si algo no me gustó demasiado fueron los parones algo largos entre canción y canción. Supongo que con el calor que hacía no hubiese más remedio que volver a coger resuello para la siguiente descarga.

La parte rítmica resultaba atronadora (como no) a cargo de Carlos al bajo y Sergio García a la batería. Había que ver cómo se manejaban cada uno de ellos a sus instrumentos y cómo consiguieron elevar los ánimos a pesar de la poca afluencia de público y las temperaturas.

Los temas mantenían una línea bastante similar, aunque hubo alguno con un comienzo más pausado. Sólo era un espejismo. Al cabo de un par de minutos se embruteció como el que más.

Pol llegó a pedir un wall of death que acabó con las fuerzas de más de uno entre el público por lo vertiginoso de la música. Sencillamente impresionante.

Para “MoshPirit” hicieron una presentación previa de Carlos como nuevo bajista. Y fue justo antes de dar por finalizado el show con más Thrash de muchas revoluciones.
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Todo un espectáculo. Lo que fue un conciertazo, con temas como “Chaos Anatomy”, “Psycho-Crime”, “New Born War” o la declaración de intenciones de “Thrash And Kill”.

Intentaremos estar atentos a Aggression para próximas actuaciones.

Y llegó el tiempo de Avulsed. La banda de Dave Rotten, un seguro de fuerza y agresividad musical con 20 años de bagaje que aseguran un gran show, como hemos podido ver en muchas ocasiones.

La verdad es que me suelo divertir mucho en los conciertos de Avulsed. Ellos no engañan a nadie: Death Metal y brutalidad y los comentarios de Dave que no dejan títere con cabeza. Justo lo que ocurrió en esta ocasión, cómo no.

El comienzo fue, como de costumbre, con la intro de “Stabwound Orgasm” con la banda ya preparada para dar caña. Dave subió a las tablas para comenzar con el tema homónimo y a una actuación llena del sonido denso para destrozar oídos, propio de la banda.

Luego un breve respiro para presentar un tema que va “de romper cositas”, según el vocalista: “Breaking Hymens” de su último disco “Nullo”, donde el bajo de Tana se presentó especialmente acentuado.

Unos agradecimientos a los presentes con la voz ya cansada dieron paso al tema que da título a su disco de 2.005 “Gorespattered Suicide”. Con circle-pit incluido, la canción sonó con las guitarras de Juancar y Cabra superpesadas.

El calor va haciendo mella en la banda, vestidos de negro y con una música de mucho desgaste (sobre todo para el batería Riky). Pero se rehacen a base de agua (pues Dave comenta en plan jocoso que no hay presupuesto para cerveza) y echándole un par a la cosa.

Y llega un tema que presentan como “uno brutal de verdad, sin melodías ni solos ni mariconadas de esas”. Y el resultado sí que es brutal, sí… “Sick, Sick, Sex”.

Se vuelve al disco más reciente del grupo, con el corte que le da tema: “Nullo (The Pleasure Of Self-Mutilation)”, que mantiene la misma tesitura de los temas previos y posteriores, enmarcando un show genuinamente brutal.
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Suena una que no tenían pensado tocar, pero que les solicitan desde el público: “Penectomía”. De nuevo con Riky (el mejor de la banda, según el propio Dave) machacando la batería como un animal y las guitarras saturando el denso ambiente.

Con un ritmo algo más accesible y rápido, con un sonido Death más clásico, sonó “Maggotfilled”. Y Dave se arriesga con un stage-surfing al tirarse sobre un público algo escaso. No obstante, la gente lo mantiene en alto mientras entona la letra.

Cansados pero echando el resto, la banda asoció la temperatura con la su música en “Burnt But Not Carbonized”. Tema con un riff 100% deathmetalero y el sonido petando desde los bafles. Y quizás por ello, la voz sonó un tanto tapada en parte del show. También hubo algún pequeño problema de sonido con las guitarras, aunque bastante menos que la jornada anterior.

Con la única cantada en español, una de las más esperadas por la concurrencia, se iba dando fin al espectáculo. Por supuesto se trataba de “Exorcismo Vaginal”. La más coreada de su repertorio, pero igual de intensa que el resto del setlist. Un gran concierto 100% Avulsed.

Acaban con un tema de su primer disco de genuino sonido Carcass, tras agradecer a los asistentes y a la organización y para comentar que “Avulsed somos la última banda española del cartel… Ah, no! Que ahora vienen los Breed 77 que son de Gibraltar y todo el mundo sabe que Gibraltar es… ¡español!!!”. Toda una ocurrencia por parte de Dave Rotten que hizo aparecer unas risas entre los aficionados.

Pues eso, que a continuación les tocó el turno a Breed 77. Desde Gibraltar y con una mezcla de Nu, Metal y Folk de toques flamencos.

De hecho, arrancan su actuación con guitarra acústica que pasa a ser eléctrica, aunque con esos retazos de flamenqueo.

Su cantante Paul Isola alternaba el español y el inglés en cada uno de los temas, con muy buena voz, por cierto.

La verdad es que reconozco que me llevé una grata sorpresa al descubrir a estos Breed 77 en directo, con un concierto que me agradó bastante y donde se conjugaban muy bien los ritmos mestizados. Una fusión de estilos que parece un tanto compleja pero que, al menos en este concierto que tratamos, me pareció muy bien hecha.

Aparte de la voz, las guitarras de Pedro Caparrós y Danny Felice tenían mucha relevancia en conseguir ese sonido que hace que esta banda sea tan particular. No podía ser de otra forma, alternando la eléctrica con solos de acústica.
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Eso no quiere decir que no dieran caña de la buena, que también se podían oír ritmos muy thrasheros incluso.

Por supuesto, también es fundamental el bajo del carismático Stuart Cavilla (a quien posteriormente pudimos ver entre el público acompañando al insigne Shane Embury), que le da personalidad al estilo de la banda.

Vienen presentando su último disco (el quinto) “Insectos” ó “Insects”, según se prefiera. Y de él sonaron varios temas, como “La batalla de Hatin”. Tema muy fuerte y eminentemente Metal, aunque con toques de distintas melodías. Por cierto, que aquí me pareció que brilló especialmente el batería  Óscar Preciado que, con un set muy simple, supo sacarle todo el jugo.

Otras de este álbum fueron “Guerra del Sol” o “New Disease”. Todas bilingües y siempre con reminiscencias de folk flamenco. También “Wake Up”, con un toque más Nu. Y también nos presentaron la versión que contiene este disco “Insectos”. Era “Zombie” de The Cranberries. Muy lograda y, por supuesto, bastante más dura que la original.

También se recordó su discografía anterior con cortes como “El mundo en llamas”, por ejemplo.

El show fue finalizando con las mismas sensaciones de buena fusión musical que habían logrado transmitirnos. Muy interesante y supongo que un descubrimiento para muchos, yo entre ellos.

Llegaba el atardecer y se iban relajando las temperaturas. Llegaba el turno de las bandas totalmente foráneas. Los grandes nombres.

Empezamos con At Vance. Tenía unas sensaciones similares a las del día anterior con Vision Divine. El resultado no fue el mismo.

Vision Divine me agradaron bastante. At Vance me dejó más indiferente. Y es que el Power Metal de la banda alemana parece que no convenció demasiado a la corta concurrencia que se acercó al escenario desde que arrancaron con el corte que da título a su último disco “Ride The Sky”. Parece que la gente estaba más expectante a Destruction o Napalm.
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Rick Altzi es el vocalista desde hace 3 años e intentó defender los temas, aunque no estuvo demasiado inspirado en lo vocal y no era un frontman que enganchase demasiado con el público.

A Wolfman Black (el más nuevo en la banda) le ocurría algo similar, con un trabajo muy centrado en las labores rítmicas. Pero con el percusionista Alex Landenburg ocurría que, pese a su aparente juventud, mostró unas grandes dotes con las baquetas y más aún con los bombos.

Por supuesto, el peso pesado de la formación es el miembro original Olaf Lenk, guitarrista y también haciendo los coros. Él fue el que más hizo por hacerse con la concurrencia, sobre todo con las guitarras más Speed en “Right Or Wrong” o “Fallen Angel”.

Olaf y Alex serían los mayores alicientes para ver a At Vance en este día, aunque tampoco es que fuese nada excepcional, pero se agradece el esfuerzo.

Sí tuvieron un bonito gesto a la memoria de Ronnie James Dio al dedicarle uno de los temas finales.

Así que me temo que el concierto pasó sin pena ni gloria y resultó quizás más insípido de lo que se podía esperar por el nombre y la posición en la programación.

Después de un rato a la espera de los momentos que se preveían los más intensos del festival, llegó la inquietante noticia de que Destruction no actuarían de momento, pues Schmier había sufrido algún tipo de colapso que había requerido su traslado al hospital en una ambulancia. Igualmente nos comentaron que Napalm Death actuaría en cuanto se montara su set, adelantando su tiempo. No obstante, la banda subió al entarimado a la hora que precisaba la programación para ellos (si bien es cierto que los grupos previos habían ido con cierto retraso).

Sea como fuese, los problemas quedaron apartados cuando Mark “Barney” Greenway, Shane Embury, Mitch Harris y Danny Herrera subieron al escenario. Teníamos a Napalm Death preparados para tocar. ¡Ahí es nada!

Y… ¡Dios, qué buenos son! Su actuación fue una descarga brutal y despiadada de Death y Grind, además de la esencia Punk que destila el grupo de por sí.

Pero lo bueno de la banda es que cada uno controla su parte del pastel perfectamente; es decir, Embury toca el bajo de forma soberbia, al igual que Harris la guitarra. Y qué decir tiene de Herrera a la batería que más bien parece una ametralladora.

Y además está Barney. Uno de los vocalistas más reputados y reconocibles de la escena extrema desde hace décadas. Un tipo entrañable (estoy seguro) que tuvo el maravilloso detalle de intentar comunicarse con los espectadores en castellano. La verdad es que no hablaba un español fluido, pero para presentar casi cada corte empleaba unos segundos para transmitir el mensaje en nuestro idioma.

Estamos de acuerdo de que con una música tan intensa como la de Napalm estos parones se hacen un tanto extraños, pero ver a Barney intentando transmitir sus ideas y emociones en castellano y con tanta complicidad con los fans, valía totalmente la pena oírlo. Y a la hora de cantar era una bestia parda…
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Harris, como decía, brutal a la guitarra y los coros. Shane me llamaba la atención cuando, tras cada canción, levantaba levemente el pulgar como indicando: “vale, ha quedado bien”.

Los temas fueron demoledores y repasaron gran parte de su discografía. La verdad es que me dediqué (como muchos otros) a hacer headbanging. Es que no pude aguantarme, la verdad.

Así, si no recuerdo mal, más o menos algunas fueron: “Strong Arm”, “Unchallenged Hate”, “Suffer The Children” (demoledora), “Silence Is Deafening”, “Life And Limb”, “Diktat”, “When All Is Said And Done”, “It’s a M.A.N.S. World!”, “On The Brink Of Extinction”, “From Enslavement To Obliteration”, “Scum” (magníficamente recibida), “Life”, “Kill”, “Deceiver”, “You Suffer”, la más deseada “Nazi Punks Fuck Off” y, para finalizar, “Siege Of Power”. Uff, me he cansado sólo de recordarlas.

Y luego cambiamos totalmente de registro para recibir a los alemanes Grave Digger.

La verdad es que tuvieron un complicado papel, pues tocar después de la descarga que supone Napalm no ha de ser un tema fácil. Me temo que las comparaciones no les deparaban buenos resultados.

Intentando ser lo más objetivos posibles, Grave Digger hizo un buen concierto. Los he visto en varias ocasiones anteriormente y tengo muy buenos recuerdos de aquellos recitales, con un Chris Boltendahl siempre espléndido. En esta ocasión no creo que estuviesen tan relumbrantes, pero no estuvo nada mal.

Y es que Chris fue paulatinamente aumentando la intensidad en los primeros temas hasta alcanzar una tensión y fuerza sobre el escenario que ya mantuvo durante todo el concierto. Y nos dio muy buenos registros en cortes como “The Round Table (Forever)” o la que da nombre a su último disco “Ballads Of A Hangman”.

En cambio, el resto de la banda parecía un tanto en segundo plano. Bueno, como decía antes, Chris siempre ha sido el claro frontman del grupo, pero ahora es quien obtiene casi toda la atención. Bueno, también tengo que decir que a Hans Peter ''H.P.'' Katzenburg no le hace falta moverse mucho para llamar la atención, con su eterna pinta de esqueleto encapuchado, si bien antes se maquillaba y en esta ocasión aparecía con una máscara.

Por su parte, Jens Becker en el bajo y Stefan Arnold con la batería mantuvieron muy buen nivel y se pudo ver en temas como “The Last Supper”. También en esa línea se pudo ver al recién incorporado Axel "Ironfinger" Ritt con la guitarra (sustituyendo a Manni Schmidt). Anduvo también bastante secundario, aunque correcto a las seis cuerdas. Quizás aún le falte un poco de confianza dentro de la formación.

El caso es que cuando llegaron las canciones más populares de su discografía, Grave Digger alcanzó sus momentos de más interés para el público. Si “Excalibur” fue caldeando el ambiente, “Knights Of The Cross” o “Lionheart” fueron sumamente coreadas. Y con los bises, más aún cuando sonó “Heavy Metal Breakdown”.
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Así se fueron, dejándonos un buen sabor de boca y dejando las tablas preparadas para la última banda, que fue Destruction. Parece ser que Schmier se recuperó a tiempo para tocar como colofón al festival. Sin mucha demora para no concluir el evento con demasiado retraso, los alemanes se prepararon para hacer lo que mejor saben: soltar tralla a más no poder.

Una banda de genuino Thrash germano, fiel a su propio sonido y con ganas de dar caña. Ni problemas físicos, ni hora tardía, ni nada… Una apisonadora sonora pasó por Lorca en la madrugada de este sábado y se llamó Destruction.

Schmier preguntó a la concurrencia si estaban O.K. y preparados para lo que venía, en un alarde para ningunear los problemas de los que acababa de recuperarse. La verdad es que se le veía como ligeramente sofocado; ahora bien, no se le notó traba alguna ni en los constantes desplazamientos que hacía de un lado al otro del escenario, ni mucho menos en la música. Y es que no dejó de cambiar de posición todo el rato, para mirar fijamente a una y otra parte del público y exhortarnos a la cara las letras de sus temas.

Y, por supuesto, no me olvido de grandísimo Mike. Al igual que el frontman, no paró de moverse de un lado al otro del escenario, alternándose con su compañero. ¡Qué grandes todos y cada uno de sus riffs y sus solos! De verdad que daba gusto ver a este tipo con esas pintas genuinamente Thrash, tocando la guitarra de esa manera.

Con todo ello y una batería al mismo nivel, marcando ritmos atronadores, no queda otra que flipar cuando suenan “D.E.V.O.L.O.T.I.O.N.”, “The Butcher Strikes Back” o “Curse The Gods”. Más aún con la declaración de intenciones que simbolizó “Thrash Till Death”
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Ahora bien, es cuando se dejan caer con las maravillosas (y añejas) “Invincible Force”, “Tormentor”, “Bestial Invasion” o (como no) “Mad Butcher” cuando se desató la locura sonora y entre el público. No es de extrañar el circle pit que animó las postrimerías del festival.

Este último tema insignia de la banda sirvió como colofón en el bis que la banda nos ofreció para terminar su tiempo.

Ahí acababa el primer festival del Metal Lorca. El primero de muchos, esperamos.

Por cierto, también hay que comentar el hecho de que sobre las 8 de la tarde se dieron cita en las inmediaciones del recinto del festival Marcos Rubio y sus compañeros de la organización de Sufriendo y Gozando, así como un buen número de amigos y simpatizantes.

Sufriendo y Gozando, con Marcos a la cabeza, han sido los organizadores de los 12 Lorca Rock (así como del Aupa Lumbreiras! y del Leyendas del Rock). Anduvieron charlando e invitando a un refresco o una cerveza a quien quisiera acercarse a saludarlos. El hecho de la concentración (por definirlo de alguna manera) era simplemente para hacer notar que Sufriendo y Gozando no ha desaparecido, de hecho está muy viva y no ha dado en absoluto la espalda a Lorca. Siguen ahí y, si bien no sabemos si piensan en la posibilidad de volver a retomar el Lorca Rock como tal en un futuro, sí que querían hacernos saber que el hecho de que no haya existido una 13ª edición de este ha sido por circunstancias ajenas a ellos.

Desde aquí les enviamos a Marcos y a sus colaboradores un afectuoso saludo y ánimo para seguir con sus labores en post de la música.

Bueno, pues ya tan sólo nos falta agradecerles a las bandas, a la organización y al público asistente el esfuerzo de cado uno para hacer posible la celebración de este evento. Y gracias a Diego Caballero por su hospitalidad y las fotos.

Nos vemos en la próxima. Salud.

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