Mientras las primeras filas fueron poblándose de la parroquia argentina de la ciudad se subieron al escenario Las Rositas, trío femenino de violines y teclado, encargadas de abrir la gira con su tango electrónico y poco convencional.

Para cuando los pijamas de los componentes de Bersuit hicieron aparición los coros del público ya eran un clamor dándoles la bienvenida que el grupo correspondió con los primeros sones de La soledad. Con 25 años de historia y canciones, la banda sonó precisamente a eso, a banda, y con Daniel y Cóndor llevando el peso de la parte vocal nos dieron a  conocer alguno de los temas de su último disco, La Revuelta, primero sin Gustavo Cordera en sus filas. Santa Cecilia o Cambiar el alma fueron presentadas ante un público cada vez más caliente y entusiasmado.

Pero deseábamos los clásicos, esas canciones que nos hicieran bailar frenéticamente y tocar nuestro corazón una vez más con la fuerza del directo. Murguita del sur, Toco y me voy, Perro amor explota o la intensa denuncia política de Sr. Cobranza (el cover que realizaron de las manos de Filippi) formaron parte de un repertorio en el que tampoco olvidaron la Petisita culona con más de una decena de chicas del público bailando sobre el escenario junto a ellos.

No queríamos que llegara el pero en forma de apoteosis se marcharon con El viejo de arriba y la Bolsa dejándonos exhaustos y con niveles de energía y de capacidad de emocionarnos bajo mínimo.

Pero esto sólo fue la primera parte. Con la llegada de El Puchero del Hortelano las primeras filas ya eran ocupadas de los más fieles seguidores de la banda.  Esperábamos un concierto emotivo, con el público de su lado y a favor de paisanaje aunque el comienzo con problemas de sonido (especialmente en la guitarra de Antonio Arcos) no parecía presagiar lo mismo. Echamos de menos a su caja flamenca, en esta ocasión sustituidaa por una batería que dio un aire más rockero al grupo.

Sin embargo la cosa fue remontando a base de sus grandes canciones y sus incondicionales que lo daban todo en temas como El tiempo de Manuel , Asuntos Serios o Ave Fénix. No faltó la interpretación conjunta de Hay días con Bersuit, la magnífica canción que sirve de adelanto al próximo y esperado disco del Puchero.

Sin embargo…no fue lo esperado. No transmitieron la emoción esperada por momento y lugar resultando un concierto plano, con interrupciones y constantes intentos de despegues y vuelta a aterrizar. A eso le sumamos que tras el punto álgido de Quiero saber con toda la sala convertidad en una gran fiesta el final llegó de forma abrupta, sin bises ni despedidas para incredulidad de los allí concurridos.

Hay días que sí…hay días que no. Encontramos nuestros paraísos aunque estos no duren eternamente.