Sala Malandar, 5 de Marzo, Sevilla.
Hay noches en las que improvisar un volantazo hacia un sentido u otro tras una dura y kilométrica jornada laboral hace que todo cambie. Hoy fue una de ellas.
En la siempre ávida búsqueda de experiencias musicales y bien asesorado me adentré en la Sala Malandar donde Diego Guerrero, el joven valor flamenco que sin embargo ya goza del reconocimiento y de la participación en proyectos importantes como arreglista, colaborador y cantante, había trasladado su particular Flamenco Jam que tan célebre se ha hecho en el carismático Café Berlín de Madrid.
Pese al retraso y desacomodo inicial con el sonido, Diego Guerrero y el Solar de Artistas que lo acompañaban iniciaron una puesta en escena donde pronto se hizo notar el teclado que nos guiaba entre el flamenco y el jazz al ritmo que marcaban cajón y timbales. La fusión que otrora se tornaba más latina tuvo apellidos ilustres como las versiones que se interpretaron de José Mercé (Confi de fua) o los archiconocidos en Híspalis Antílopez (Suave, Suave) y el arropo de los invitados para la ocasión entre los que se encontraban Rafita de Madrid y Rycardo Moreno.
Así, entre bulerías, alegrías y otros palos flamencos, el arte fue emergiendo para acostumbrados y neofitos en la materia que como público, improvisado o no, degustamos esta noche de Flamenco Jam.
Fotografías: Rafa Marchena @mrhiperbole