De su etapa actual, a excepción de ‘El funeral’, sonaron el pasado fin de semana en la Sala Malandar de Sevilla sus más recientes aullidos: ‘No lo quise hacer’, ‘¡Que no te pese!’, ‘La conjura de los necios’, ‘Wolverines’, ‘Febrero’, ‘Treinta y tantos’, ‘El alud’, ‘Martes’ y ‘Héroes antagónicos’, con el que cerró su visita a la capital andaluza. Todos ellos representativos de su progresiva y coherente mutación. Pero es quizás en las canciones que recuperó de su discografía donde se distingue aún más ese crecimiento musical, respetando su esencia pero adaptándolas a su ahora. Si dio la bienvenida con ‘La tregua’, ofreció al público un ‘Faro de guía’ para recordar con ‘El más feliz’ que ‘Nada es infinito’ y regalar una remezclada ‘1906 estrellas nuevas’. Acertados arreglos en su ‘Mejor mañana’ y un ‘Réquiem’ al que prosiguieron esa profunda intimidad que la identifica, letras que duelen y que, sin embargo, proclaman un canto esperanzador, como ‘A tientas’, ‘Nueva York’ y una, a medias, ‘Mi habitación’.
Todas ellas, traídas en su mayoría de sus anteriores ‘Metamorfosis’ y ‘La cuenta atrás’, muestran en el presente de la artista cordobesa ese dominio, cada vez mayor, de su técnica instrumental e interpretativa, a la que contribuyen sin duda los notables músicos de los que ha sabido rodearse para su valiente y arriesgada aventura. Y precisamente algunas de estas canciones fueron rescatadas a petición de un público al que la autora hace partícipe en la confección de sus directos. Un agradecimiento a la fidelidad en el que quiso incluir su particular y rockera versión del tema ‘Como yo te amo’.
Vega ha sabido labrarse un futuro permaneciendo fiel a la filosofía de luchar y defender su trabajo. De sus orígenes no hace falta hablar porque los encontramos en su música. Y para definirla, nada mejor que detenerse en cada una de las letras y melodías con las que ella misma ha compuesto su trayectoria. Hablan de una autora, reflejan la evolución de una cantante y, en definitiva, conforman la auténtica personalidad de la artista que ha querido llegar a ser.
Fotos: Mónica Ramos