Musicalmente, todo empezó hace unos once años en Baeza, cuando un grupo de amigos decidió hacer causa común y crear el grupo Supersubmarina. Lo que en un principio fue algo similar a un juego de niños, se ha convertido con el tiempo en uno de los grandes acontecimientos de la música en España. Gracias a aquella iniciativa juvenil, sus fans podemos gozar de canciones como ‘LN Granada’ o ‘Niebla’, o de conciertos como el de Barcelona, en 2014 (posteriormente editado en DVD). Con motivo de la cita de hoy en Sevilla, en el CAAC, Musiqueando ha tenido el placer de hablar con su vocalista, José Chino.
Para el Mañana Tour habéis escogido únicamente nueve ciudades, ¿por qué una gira tan selectiva? ¿Estas ciudades han sido elegidas por algo especial?
Principalmente es por una cuestión de logística. Había que elegir entre los meses de abril y mayo para hacer la gira, y puesto que anteriormente hemos estado en México, no hemos podido hacer más conciertos. Después empezará la temporada de verano, en la que es más complicado hacer conciertos en salas. Hay ciudades que se habían quedado fuera de la gira de presentación del disco y, otras, como el caso de Cáceres, a las que iremos por primera vez. También están las que no pueden faltar nunca, como Madrid y Barcelona, por ser los núcleos más grandes. No ha habido nada que nos haya llevado a elegir por ciudades emblemáticas ni ninguna cosa por el estilo.
En 2015 publicasteis un álbum grabado en Barcelona durante uno de los conciertos de vuestra gira pasada, ¿cómo fue esta experiencia? ¿fue complicada en comparación con uno de estudio?
Nosotros preparamos los conciertos igual para toda la gira. En esta tocábamos todas las canciones que habíamos presentado hasta la fecha, y queríamos tener un recuerdo audiovisual. Uno siempre se pone en manos de profesionales, una productora de vídeo, que se encargó prácticamente de todo. Nosotros solo teníamos que llegar y hacer nuestro concierto, y elegir la iluminación que requiere una grabación como esa. Luego, la experiencia de poder tenerlo todo plasmado. Este recuerdo, para un músico es excepcional. El tener un DVD de una gira tan importante como fue aquella era muy importante para nuestra carrera.
¿Qué significó un proyecto como este para vosotros, grabar un disco delante de vuestro público? Porque no es el único, ya en Santacruz incluisteis un DVD de un concierto, ¿no?
Sí, en la edición de Santacruz venía un DVD con el concierto con el que estábamos cerrando la gira del primer disco. Esta vez no queríamos repetir la fórmula con Viento de Cara, de sacar este disco de Barcelona, y preferimos hacerlo con un poco más de tiempo, preparar un poco mejor la edición, y que tuviera una importancia diferente. Que no fuera un regalo más de un disco, sino que tuviera su propia identidad. Y el hecho de que en los dos DVDs esté la gente con nosotros, apoyándonos, aportándonos la energía que solo en un directo se produce, y tenerlo grabado… Creo que en este sentido, adquiere doble valor, el recuerdo que supone para nosotros, y para la gente, no solo que estuvo en esos conciertos, sino durante la gira. También con el paso del tiempo, me imagino que se valorará más, «pues mira, yo estuve en aquellos conciertos». Es lo que pasa con la música, que nos evoca a otros tiempos, y nos trae recuerdos de épocas pasadas que a todo el mundo nos gusta.
¿Volveríais a repetir la experiencia?
Nos encantaría poder seguir teniendo grabaciones de conciertos en directo. Lo primero, porque supone un reto de estar preparado de cara a hacer buenos conciertos, ya que a la hora de grabar quieres que quede lo mejor posible. Como te decía, estas cosas con el tiempo van adquiriendo más valor sentimental, y cuando seamos mayores nos gustará tener varios conciertos a lo largo de nuestra carrera, para ver nuestra evolución, y conservar todos esos recuerdos. Pienso que más temprano que tarde, volveremos a hacer algo parecido, que seguro que mola.
Además, esto le permite al fan retener en el tiempo ese momento tan especial y efímero de sensaciones que se provocan en un concierto, y que lo pueda volver a revivir las veces que quiera, ¿no?
Sí, sí, estaba hablando más de la parte que nos concierne a nosotros, pero creo que a cualquiera que le guste un grupo, le gustará escuchar los discos, ir a los conciertos o ponerte los directos en tu casa. Aunque no pueda estar presente en la sala, sí podrá revivir un concierto en directo del grupo que te gusta. Yo, personalmente, lo hago muy a menudo. Vamos, creo que escucho más directos que discos (risas). ¡Imagínate!
Cada vez son más los festivales en los que estáis presentes, ¿qué significa para Supersubmarina esta forma de vivir la música?
Los festivales te dan la llave a que te escuche otro tipo de público, que iría a un concierto tuyo o que simplemente no conoce al grupo. Y los festivales, aparte de ser esa llave, te permite tocar con un equipo más grande, con el que habitualmente no puedes contar, te permite tocar ante mucho más público y poder desarrollar el concierto de una manera distinta, lo que puedes hacer en una sala o en un teatro. Cuando estás empezando, creo que los festivales son una herramienta fundamental para difundir tu música. Y cuando estás un poco más consolidado, creo que lo mismo, porque te expones a mucha gente. Son un escaparate excepcional. También puedes compartir experiencia con otras bandas, ya sean de aquí o del extranjero. Creo esto que siempre enriquece mucho a los grupos.
Desde el 2005, en que decidisteis formar un grupo, hasta hoy, han pasado once años, ¿cómo ha sido el camino hasta aquí?
Para nosotros ha sido el día tras día. El trabajar, el ir todos los días al lugar de ensayo, con las ganas y la ilusión de dedicarnos a la música, y pensar que cuando te vayan a ver en directo, tú quieres que vean a un buen grupo, y dejar un buen recuerdo en el que te escuche. Creo que en estos once años, esa ha sido la tónica, el querer mejorar, querer ser mejor músico, mejor grupo, y hacer cada día mejores canciones, mejores discos, mejores conciertos… Pienso que poco a poco lo hemos ido consiguiendo a todos los niveles. Aunque somos conscientes de que aún seguimos en ese camino, y que nuestra única intención es seguir aprendiendo y mejorando y puliendo nuestro carácter como músicos. Estamos muy contentos con lo que hemos conseguido, hemos podido tocar en muchos países, en muchos escenarios; los hemos compartido con gente increíble, y también en este camino hemos conocido a mucha gente que marcará nuestras vidas. Digamos que haber hecho de nuestra pasión nuestra profesión, nuestro modo de vivir, es lo más bonito y los más grande que nos ha podido pasar. Somos los mismos cuatro que empezamos con tanta ilusión en Baeza. Cada día estamos cantando en un sitio más lejos de nuestra casa
Y después de tantos años, compartiendo tantas experiencias juntos, supongo que la relación de amistad está más sólida que nunca, ¿no?
Cambia, yo creo que es diferente. Antes, cuando empezamos, solo compartíamos la amistad, y digamos, nuestro tiempo de ocio, el instituto… Pero principalmente éramos amigos, todo eso va cambiando, y pasas a ser compañero de trabajo, de habitaciones de hotel, pasas a ser prácticamente compañero de vida. Pasas a compartir el 80 o 90% de tu tiempo o de tu capacidad vital con ellos. La relación de amistad cambia completamente a algo, que no es la amistad, no es la familia, no es una relación profesional, sino que son todas esas cosas a la vez. Con lo bueno y lo malo que tiene, a fin de cuentas, la base tan sólida de amistad hace que cualquier problema o bache se supere enseguida con las mismas ganas que con tus amigos o tu familia. Es una relación muy especial la que se establece.
A la hora de tomar decisiones que afecten al devenir del grupo, ¿cómo llegáis a un consenso?
Por ponerte un ejemplo, Pope ha estudiado Fotografía y Bellas Artes. Pues de todo lo relacionado con eso, él se encarga siempre, pero los demás también tenemos nuestro voto y llegamos a tomar una decisión en grupo; lo hablamos y nos entendemos. Pero, siempre, dejando que el que más conocimientos tiene sobre la materia conduzca las «negociaciones».
Cuando os enfrentáis a un directo, en el caso de Supersubmarina, ¿cómo se elige el repertorio para interpretar? ¿A qué temas le dais más importancia?
Son varios factores los que intervienen. Primero, qué tipo de concierto es. No es lo mismo tocar en una sala, teniendo todo el tiempo para ti, pudiendo hacer un repertorio con más canciones, que en un festival en el que tienes sesenta minutos, y donde la gente quiere escuchar tus temas más emblemáticos. Una vez definido eso, vamos tirando de lo que nos va pidiendo el cuerpo en ese momento. Por ejemplo, en esta gira hay muchas canciones que llevábamos mucho tiempo sin tocar, y que nos apetecía mucho rescatar, y así ha sido. Y no te he respondido (risas). Luego nos reunimos en el local de ensayo, y vamos rellenando poco a poco el rompecabezas. Dependiendo del tiempo que queramos o tengamos para tocar, establecemos un número de canciones que tenemos que interpretar, y vamos armando el puzzle en función de, «pues esta canción la vamos a dejar para el final porque vamos a hacer esta parte», o «nos apetece empezar con esta».
Y tú, personalmente, ¿tienes predilección por alguna en particular?
No, va cambiando. Hay canciones que siempre o casi siempre tocamos, porque o bien nos ayudan para que la dinámica del concierto vaya cogiendo color, o buscamos un momento determinado del concierto para meterla, porque nos ayuda a colocar el sonido, nos ayuda en aspectos técnicos. Pero predilección por alguna canción por el aspecto sentimental, no. Porque eso va cambiando con los estados de ánimo, y no de una gira para otra. De un día a otro te va apeteciendo tocar una canción u otra.
¿Dónde os gustaría tocar y aún no habéis tenido la oportunidad? Alguna sala, festival, teatro…
Pues mira, el 20 de mayo vamos a hacer por primera vez un concierto en el Palacio de Deportes, el Barclaycard Center (Madrid). En España quizás sea el escenario más importante, más grande, más significativo. Luego estará el Calderón o lo que sea… Pero el del Barclaycard Center es un concierto al que le tenemos muchas ganas y respeto. Lo estamos preparando con una ilusión increíble.
¿Cómo es para vosotros volver una vez más a Sevilla?
Sevilla ha sido una ciudad a la que no pudimos ir en la anterior gira, de presentación de Viento de Cara. Estuvimos en el festival, en Territorios, en el que teníamos poquito tiempo para tocar. Y teníamos muchas ganas de hacerlo en Sevilla. Es una ciudad que desde el primer momento nos acogió increíblemente, en los primeros conciertos en la Funclub o en la sala Custom. Creo que no se podía quedar fuera en esta gira, porque teníamos muchas ganas de hacer un concierto allí, en el que nos pudiésemos explayar tocando nuestras canciones, y decidiendo un repertorio que satisfaga a nuestros seguidores, y a la gente que lleva ahí toda la vida.
A lo largo de estos años de carrera, ¿el público que os acompaña sigue siendo el mismo? ¿O ha evolucionado con vosotros y vuestra música…?
Entendemos que ahora son más que al principio. Pero es cierto que hay gente que sigue con nosotros desde los primeros conciertos, y de hecho hay gente con la que guardamos relación porque llevamos muchos años viéndola por el público. A medida que hemos ido creciendo en el número de afluencias, hay mucha gente de todas las edades, de todas las condiciones, de todas las tribus urbanas… Y eso nos alegra, la verdad. Es bonito ver que nuestro público va a los conciertos sin prejuicios, con ganas de escuchar música y de pasarlo bien. Creo que esto es lo más importante y fundamental.
Para la composición de vuestros temas, ¿os siguen moviendo los mismos motivos que al principio? ¿Contáis con las mismas influencias? Te hago esta pregunta porque en Santacruz pudimos ver temas más reivindicativos como ‘Canción de guerra’, pero en este último disco, esta temática ha despuntado notablemente con ‘Hasta que sangren’ o canciones más enérgicas como ‘Enemigo yo’ o ‘Furia’.
Eso responde a que a medida que hemos ido creciendo en años, pues nuestra inquietudes, por así decirlo, han ido evolucionando también. Cuando ese tema antes pasaba más desapercibido para nosotros, digamos que no le prestábamos tanta atención, pero estaba ahí, pues dejábamos varias pinceladas. Cuando la crisis fue entrando más de lleno en nuestras vidas, nos empezó a afectar más, a medida que íbamos adquiriendo responsabilidades… Ese tema, el político o el social, han ido cobrando importancia en nuestras conversaciones diarias, pues se han ido colando poco a poco en nuestras canciones. Pero aún así, pienso que siempre hemos defendido cosas que son cercanas a nosotros, que nos mueven y nos inspiran en nuestro día tras día, y que al fin y al cabo, son los temas que rondan en las cabezas de gente de nuestra generación.
¿De qué experiencias nace Viento de cara? Porque, en comparación con Electroviral o Santacruz, es probablemente el más distinto. Pero, sin embargo, tiene más la esencia de Supersubmarina?
Tiene toda esa esencia que te comentaba de todos los temas, que un poco forman parte de nuestra vida. Creo que están tratados un poco más desde la perspectiva de querer poner más luz a nuestros sentimientos, de querer tener un poco más de optimismo, que las canciones transmitan más positividad y buenas vibraciones. Es un poco lo que marca la diferencia entre los discos anteriores y Viento de Cara.
Después de tres EPs y cinco discos, uno de ellos en directo, y con una perspectiva mayor, ¿queréis a todos por igual? ¿o hay alguno por el que tenéis más debilidad que por otro?
No especialmente. Creo que uno se siente orgulloso de todo lo que ha hecho. Evidentemente, ahora, cuando escuchamos las primeras grabaciones, pensamos que hay cosas que se podrían haber hecho mejor, o mejor dicho, que ahora harías mejor. En ese momento lo hicimos lo mejor que lo sabíamos hacer, y en cada grabación hemos dado lo mejor de nosotros mismos. Pertenecen a un momento donde hacíamos ese tipo de cosas, y eso nos hace sentir orgullosos. A la misma vez que nos hace sentir orgullosos que en posteriores grabaciones hemos ido mejorando y evolucionando, y hemos intentado sacar cosas mejores de lo que podíamos dar. Creo que esa es la clave, que con el paso de los discos se puede ver una evolución en el grupo. Que se vea a un grupo que ha trabajado, que ha querido mejorar, y que no ha ido a lo fácil o seguir con la fórmula que ya le funcionaba. Sino que ha querido arriesgar y apostar por una carrera donde se vea una evolución.
Bajo tu punto de vista, ¿qué disco refleja mejor la esencia del grupo?
En cada momento creo que el disco ha reflejado el estado en el que el grupo estaba. Creo que ahora mismo, Viento de Cara, ha sido un espejo muy bueno de todo lo que estábamos haciendo, de lo que escuchábamos y nos influía musical y líricamente. Es cierto que desde la composición del disco han pasado como 3-4 años desde la creación de algunas canciones, y eso hace que ahora busques otro tipo de cosas, de sonidos, que quieras hacer algo diferente… Porque si no, no tendría sentido dedicarnos a esto. En el disco que estamos preparando ahora, las canciones que tenemos en mente, las estamos componiendo y revisando; serán las que mejor reflejen el estado actual de la banda. Pero por hora Viento de Cara nos representa a la perfección.
‘LN Granada’ es una canción que se publicó en 2010. Y actualmente, además de ser una de las favoritas del público, es considerada casi un himno tanto para una ciudad, un festival o la vida de muchas personas. ¿Qué reflexión haces de esto?
Nunca me imaginé cuando escribí ‘LN Granada’, o realmente ninguna canción, pero en especial esta, que iba a ser tan importante para la vida de tantísima gente, y que hace de banda sonora para mucha gente de esta generación que ha pasado por esa ciudad… Que al escucharla le transporta a ciertos momentos de su vida en los que estuvo allí. Creo que ese es el fin máximo de un artista o de cualquier persona que hace cualquier tipo de representación artística de cara al público. El que la gente haga la obra suya es la recompensa máxima que un artista puede tener. En este caso, que forme parte de la vida de tanta gente o que haga de banda sonora de determinados momentos de una persona, para mí es todo un orgullo. Ojalá que siga siendo así, será misión cumplida para mí.
El momento final de vuestro concierto en la edición pasada del Granada Sound será algo que no olvidaremos jamás.
Estuvo muy bien. Teníamos ganas de preparar algo especial. Nos costó mucho dinero quemar toda la pólvora aquella (risas). Pero mereció la pena por el momento tan bonito que se vio y por el recuerdo que se quedará para toda la gente que estuvimos allí. Genial, irrepetible, creo.
La ciudad se presta un poco a eso, porque Granada es maravillosa…
Granada es una ciudad que tiene embrujo, y cualquiera que pasa por allí se queda prendado y enamorado de ella.
En octubre del año pasado realizasteis una gira europea que os llevó a ciudades como Dublín, Berlín, Colonia, Londres… ¿qué tal fue la experiencia? ¿qué aprendisteis de ella?
Para nosotros supuso un poco volver a los inicios, a las salas, a montar nosotros mismos el equipo, al contacto cercano y directo con la gente, volver a la carretera es un estado más puro… Fue súper importante. Si a eso le sumas el hecho de estar en ciudades tan increíbles y la experiencia vital que eso supone… Si tuviera que puntuar cómo fue aquello le daría un 11 sobre 10. Porque todas nuestras expectativas fueron superadas con creces. La respuesta del público fue increíble, vivimos momentos inolvidables, tanto en el escenario como en el viaje. Con muchas ganas de volver a plantear algo así, porque fue un sueño poder hacerlo, y es un sueño volver a repetirlo.
La puesta en escena en un concierto, me imagino que ayuda al espectáculo, ¿no?
Efectivamente. Un concierto, considero, que tiene que ir más allá de las canciones, tiene que aportar elementos diferentes a los que es puramente la canción. Para nosotros es algo fundamental, y hace que la atracción por el concierto se multiplique. Las sensaciones que se viven en uno, con una iluminación bien cuidada y tratada, con una manera de resolver las canciones diferente que en el disco, hace que todo cobre mayor interés. Y que el hecho de ver a un grupo en directo sea un aliciente mayor que escuchar el disco en tu casa.
Habéis cantando en salas, festivales, teatro… pero también en ambientes más orgánicos, por así decirlo, ¿cómo fue hacerlo en la naturaleza gracias a la iniciativa de RedBull?
Queríamos compartir un poco la experiencia de la música sin artificios, en un entorno que invitara a ello, y por eso hicimos uno en la Sierra de Cazorla y otro en una batea en Vigo. Queríamos que fuéramos nosotros con nuestros instrumentos acústicos, sin ningún tipo de enchufe, de magia electrónica, de artificios, y la gente con nosotros. El que fue, creo, que salió muy contento y guardará un recuerdo muy bonito, porque la experiencia moló mucho tanto para nosotros como para todo aquel que formó parte de ella.
¿Y se volverá a repetir?
Nunca se sabe. Cuando hicimos la primera nunca pensamos que haríamos una segunda, y cayó. ¡Ojalá! Este tipo de iniciativas nos encanta. Y si no es lo mismo, por no repetir, seguro que será algo para ofrecer al público, que la gente valore y sea de interés para todos.
Es como una manera de reinventar el concepto de compartir música en directo, saliendo de lo habitual de una sala o un festival, ¿no?
Es mostrar tu música de una manera diferente, una experiencia distinta que salga del hecho de ver un concierto y de pagar una entrada. En este caso, nosotros y RedBull nos encargamos de que la gente pasara un fin de semana agradable con nosotros, que lo compartiera con nosotros. Y fue un regalo por parte nuestra y de RedBull a todos los que participaron.
En el Granada Sound de 2015, entre L.A. y tú, conseguisteis crear uno de los momentos más espectaculares de esa edición del festival, con Luis Alberto en la batería y tú cantando uno de los temas de la banda, ¿cómo recuerdas aquello?
Pues guay. La cosa salió porque la semana previa, no sé si fue en el Dcode, llevábamos ya muchos conciertos coincidiendo con L.A., y hay muy buenas vibraciones con ellos. Son unos músicos excelentes y personas increíbles. Y un poco de cachondeo se lo dije, «me voy a subir contigo a Granada». Fui yo un poco el que me autoinvité. No se lo creía, pensaba que no era capaz, que no me iba a saber la letra, porque creía que yo no podría cantar en inglés. De pronto, a él le apeteció mucho tocar la batería; realmente es batería. Salió guay, aunque no pudimos ensayarlo. Fue un poco improvisado, en el camerino hicimos algunas partes… Yo soy muy seguidor de L.A., es gente estupenda, y ojalá coincidamos en el camino durante muchos años más.
A lo mejor algún día vemos otra colaboración Supersubmarina-L.A.
¡Quién sabe! Hay muy buena relación con ellos, y las cosas tienen que salir de esa manera. Que partan de la amistad, del buen rollo, que no haya ningún tipo de interés… Como no lo hubo en ese caso, que no se hizo con la intención de vender nada. Simplemente para que la gente disfrutara de la música, disfrutar de tocar con amigos, y que todo el que estaba allí se llevara un recuerdo chulo.
¿Qué tiene pensado hacer Supersubmarina después de esta gira que lleva a cabo ahora, y tras los festivales de verano?
Estamos ya con la composición del disco, tenemos muchas ideas, muchas canciones… Y queremos terminar la gira para poder estar en el local de ensayo, trabajando a gusto haciendo lo que más nos gusta: los ensayos, las canciones nuevas, empezar a componer, a hacer arreglos, disfrutar de los temas… Son de las cosas más bonitas que tiene esta profesión.
Fotografías de: Patricia del Zapatero.