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MICHAEL SCHENKER’S TEMPLE OF ROCK. Crónica de su concierto en Valencia

Poradmin

Nov 21, 2015

A las nueve, con puntualidad británica, nos presentamos en el Espai Rambleta, espacio multidisciplinar donde en esta noche del 18 de noviembre de 2015 nos veríamos las caras con el último proyecto de Michael Schenker: Temple Of Rock.

El show no sería en el semisótano del recinto, un lugar que se suele usar como restaurante pero que, con las mesas recogidas, se utiliza habitualmente para conciertos. Con un aforo muy respetable, personalmente pensé que este sería el emplazamiento. La sorpresa fue grande cuando nos dirigieron al patio de butacas del teatro. El concierto se vería en un escenario (teatral) y los espectadores estaríamos sentados… o al menos así sería al principio.

El caso es que justo en esos momentos se subieron al escenario unos chicos de Barcelona con nombres muy británicos. Se trataba del grupo telonero The Golden Grahams.

Un power trío (aunque según aparece en su web, normalmente son un cuarteto) con Brian Nonell a las guitarras, Eddy Ray al bajo y Gerard Halfville como batería. Las labores vocales se las alternaban Brian y Eddy.

En cuanto a la estética, podría decir que incluso me recordaron a The Darkness por aquello de lo hortera: pantalones de leopardo, camisas estampadas, gafas con cristales de colores… Si nos fijamos en los clásicos, también podríamos recordar a Led Zeppelin. Un toque arriesgado pero divertido para la puesta en escena.

Luego tocaba ver cómo se movían sobre la tarima, particularmente Brian. Con una melena a lo Phil Lynnot y una actitud sobre el escenario que firmaría el mismísimo Mick Jagger, además de unos movimientos a la hora de tocar al más genuino estilo de Angus Young. Una mezcla explosiva para rocanrolear a tope.

Personalmente los descubría en ese mismo momento, pero me agradó oír tal dosis de genuino Rock en un emplazamiento tan particular. Una buena sonoridad del espacio hacía que se disfrutara aún más.

Un estilo anclado en los grandes referentes del Rock, como los propios Rolling Stones, hacía brotar unas enormes sensaciones y los aplausos que afloraban tras cada corte.

Como decía, las voces de Brian y Eddy se intercambiaban para entonar las letras de temas como “Just a Role”, “Lone Woman”, “Little Coalman”, “My Bitch”, “Bright Horns”, “Strip Me”… Todo aderezado con unas sonoras guitarras y una base rítmica muy potente por momentos. También hubo alguna instrumental, donde se batieron el cobre a base de rasgar cuerdas.

Creo que supieron enganchar y convencer, además de por su música, también por su actitud en escena. Brian llegó a bajarse del escenario y marcarse un tema tocando la guitarra entre el público que copaba el patio de butacas.

Se despidieron agradeciendo efusivamente al público la acogida que les habían mostrado, y con Eddy mostrando la parte trasera de su guitarra donde se podía leer “Thank you”.

Venían presentando su Lp “Deer Avenue”, aunque ya contaban con algún Ep previo, y parece que gustaron entre la concurrencia. Aparte de por los vítores que se oyeron durante y al final de su actuación, también porque se vieron unos cuantos aficionados llevándose los vinilos que se podían adquirir en el puesto de merchandising del grupo.

Un grupo haciendo de gran telonero de una gran banda que vendría después.

En esto, pasados unos veinte minutos desde que The Golden Grahams se marcharan del escenario y tras sonar el “Highway To Hell” de AC/DC por la megafonía, este fue ocupado por Michael Schenker y los suyos: Temple Of Rock.

Un quinteto impresionante se disponía frente a nosotros. Cinco músicos de gran experiencia y maestría, encabezados por el insigne guitarrista fundador de Scorpions. Junto a él, otros dos que también militaron allí: Francis Buchholz al bajo y Herman Rarebell a la batería. En la segunda guitarra y los teclados, Wayne Findlay; y como cantante, nada menos que Doogie White.

Empezaron a lo grande, con el “Doctor Doctor” de UFO. Si buscaban congraciarse con el público, lo habían conseguido a la primera. Antes de que finalizara la primera estrofa, ya no quedaba nadie sentado y muchos ocuparon el pequeño espacio que había entre el escenario y la primera fila de butacas.

Continuaron con una propia: “Live And Let Live” que no tuvo el tirón de la previa (claro), pero que mantuvo el tipo muy bien.

El grupo no se veía muy dinámico aún, con un Francis especialmente estático quizás. Wayne más movido y, sin duda, siendo Doogie el que más hacía por llamar la atención del público, moviéndose hacia uno y otro lado del stage. No obstante, donde se acumulaban la mayor cantidad de fans era frente a la esquina donde Michael no dejaba de sonreír y tocar su Dean bicolor, siempre ligeramente encorvado y mirando a sus incondicionales.

Según transcurriera la velada, el grupo se iría animando un poco más (sobre todo Wayne), aunque creo que no terminaron de aprovechar el gran espacio que ofertaba el escenario de este Espai Rambleta.

“Lights Out” retomó la etapa del Schenker en UFO, dejándonos un enorme punteo para deleite de una concurrencia que contaba con una curtida edad media. Veteranos del Rock, coetáneos de los músicos en muchos casos, creo que desde la música hasta el entorno, supieron disfrutar de un gran espectáculo.

“Where The Wild Winds Blow” sería un medio tiempo de cosecha propia, solamente acelerado para el estribillo. Una canción que sonó más oscura y me recordó un tanto a la época NWOBHM. Pero entonces llegó “Natural Thing” (de nuevo de UFO) para poner las cosas en su sitio y dejarnos un estilo de guitarra más acorde con lo que nos acostumbra Michael en sus discos.

Wayne alternaba sus labores de publiempleado: compaginaba su vistosa y agresiva Dean con los teclados Korg, y todo sin dejar de sonreír y mantener una cercana complicidad con el público más próximo a donde se encontraba. Pero era Doogie White el que más hacía por hacerse querer. Un tipo excepcional, con una enorme voz y una actitud suprema sobre el escenario.

Cerrarían el primer tercio del show con otra propia, del disco homónimo de 2.011. Era “Before The Devil Knows You’re Dead”. Calmada pero con una enorme melodía que hizo disfrutar a los aficionados, manteniendo el buen ambiente que reinaba desde prácticamente las nueve de la noche.

“Victim Of Illusion” nos recordó el proyecto MSG, siendo esta presentada por Doogie y dedicándosela a un amigo de Wayne y Michael que había fallecido en Estados Unidos justo el día antes, en un accidente de tráfico. Fue una buena elección para dedicarla pues sonó con buen ritmo desde la batería de Herman, con una melodía inspirada y un punteo final estupendo; cómo no, de manos de Michael.

“Lovedrive” abrió la veda para recordar a los escorpiones de Baja Sajonia. Por supuesto, sonó genial (pues el tema lo es) y reenganchó a los pocos que se habían sentado, para volver a ponerlos de pie. Doogie la entonó, no como si de Klaus Meine se tratara, sino como si el tema fuera suyo; con respeto pero con mucho encanto.

“Coast To Coast” permitió a Doogie descansar unos minutos, mientras que los tres guitarras (incluyendo al bajista Francis) se sincronizaban para tocar y moverse al unísono, bajo el ritmo de Herman.

Doggie retomó su puesto para un par de Temple Of Rock: “Vigilante Man” y “Savior Machine”. Esta última con un final realmente espectacular, cuando Michael se marcó un soberbio punteo con una guitarra doble (por supuesto, blanca y negra).

El público volvió a enfervorecer cuando UFO volvió a aparecer en nuestras mentes con “Too Hot To Handle”. En este punto la banda se encontraba cómoda y totalmente integrada en el espacio del escenario, con una complicidad absoluta con los fans que aclamaban cada canción.

“Lord Of The Lost And Lonely” era en boca de Doogie “una canción para beber, un tema cervecero (…)”. Ciertamente así sonaba, con ritmos fáciles de tararear y acompasar, para levantar la jarra siguiendo el compás de la música.

Aprovecharon el momento para presentar a la banda y comentar que hoy (18 de noviembre) era el cumpleaños de Herman Rarebell. El batería de Temple Of Rock, que lo fuera de Scorpions durante más de tres lustros, amén de otras bandas de Rock; salió al frente del escenario para saludar y agradecer el “Happy birthday to you…” por parte de los seguidores de la banda. Un tipo encantador que pronto volvió a sentarse en su batería para encarar el final de la actuación.

Esto sería la antesala perfecta del tema más celebrado del setlist (con permiso de “Doctor Doctor”): “Rock You Like a Hurricane” de Scorpions. Temple Of Rock alargó el tema para que el público coreara una y otra vez el estribillo a petición de Doogie. Sensacional.

Y para terminar… de nuevo UFO, con “Rock Bottom”, con un largo punteo que Wayne acompañó en todo momento con el teclado.

Se despidieron entre aplausos, aunque no tardaron en volver para una terna de bises.

“Attack Of The Mad Axeman”, de MSG. Tengo que decir que no me gustó demasiado y que lo que la salvó fue la guitarra. Esa es mi sincera opinión.

“Communion” fue mucho mejor y más potente. Desde “Spirit On A Mission”, Temple Of Rock iría dejándose las últimas energías para compensar su presencia a una concurrencia devota.

El remate para Scorpions a modo de “Blackout”. Final por todo lo alto, con el público coreando la letra y Wayne marcándose el punteo.

Así acabó el show, creo que con unas sensaciones estupendas por parte de todos los presentes. Al día siguiente Temple Of Rock grabaría el concierto para un DVD, en la Sala Joy Eslava de Madrid. Estoy seguro que esta actuación en el Espai Rambleta también hubiera quedado fenomenal para ser inmortalizada.

Nos vemos en la próxima.

Salud!

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