Se repetía el recinto, que era la plaza de toros (afortunadamente cubierta) y se volvió a repetir la afluencia masiva de personal asistente. No sé si se volvió a colgar el “sold-out” de la edición anterior, pero si no fue así, casi.
Muy buen rollo desde primera hora, pero además creo que el festival en general quedó fantástico en casi todos los aspectos: organización, instalaciones, afluencia de público y su comportamiento (bueno, excepto algún pequeño detalle insignificante de algún individuo) e incluso la actuación de la mayoría de las bandas. No sé por qué, pero me dio la sensación de que casi todos los grupos hicieron mejor concierto que las últimas veces que los había visto.
En fin, todo apuntaba a que iba a ser una jornada fenomenal y así fue. Empezando a las 2 en punto con Sin Propina (banda de Aris, después de Transfer). Aquí tengo que decir que no puedo contar nada de ellos porque yo entré un poco más tarde. Los siento; en otra ocasión será.
Los segundos en liza serían los alicantinos Fuckop Family y su propuesta de Fussion-Core. Era la primera ocasión que los veía y francamente que me gustaron. Una música enérgica y cargada de un sentido reivindicativo que sería nota común para todos los actuantes y constante en todo el festival.
Una formación de hasta 6 tipos que se manejan a sus anchas entre el Metal, el Reggae, el Hardcore y hasta el Funk. Una mezcla variopinta pero que les da buen resultado en cortes directos, enérgicos y de ritmos trepidantes. Además de un buen don de gentes con el que se cotizan sus vocales Ganga y Abadía.
Muchos de los grupos que participaban en este día de la Fiesta Presentación del Aupa Lumbreiras (así como en el del Lumbreiras propiamente dicho) cuentan con la baza de un directo donde lo dan todo. Más allá de sus grabaciones en estudio, es cuando salen al escenario el momento donde se vuelcan realmente con su música y su gente. Y, al igual que con los mensajes de sus letras, la Fuckop Family servía de avanzadilla muy digna de todos sus compañeros de tablas.
Sonaron temas como el “Spain No Brain” que sirvió de arranque (tras su respectiva intro) y que también titula a su último larga duración. Este álbum quedó bien lucido al descargar también “Creo”, “Siempre Fire”, “No Me Toque Los Balones”, “Linda y Loca” y “Exotic Combination”. La mitad de los temas del setlist porque, al fin y al cabo, había que presentar el disco nuevo; lo cortés no quita lo valiente.
No obstante, no olvidaron sus Lp’s anteriores. “Revolución” y “Fuckop States” del disco debut pugnaron con “Mis Hermanos” y “La Cultura Del Odio” desde “Antisistema Sound Connection”. “Hijo De Puta Peligroso” y “Levante Corruption”, precisamente de su disco de ’09. Y este última fue con la que remataron en una descarga enorme de energía. Sonaron riffs duros y muy pegadizos de las cuerdas de Pedro y Alberto, con el apoyo de una base rítmica que intentaba equilibrar los géneros que comentábamos al principio.
Poco público aún, con un ambiente distendido y cayendo las primeras cervezas en la barra, pero Fuckop Family se sacudieron todos los complejos y dejaron un gran concierto; toda una fiesta. Para eso estábamos allí, ¿no?
Se retiraron los alicantinos puntuales, pues la organización trató de que los horarios se cumpliesen. Dejaron la tarima para unos casi-paisanos: los valencianos Benito Kamelas.
Llegaba el tiempo de la “Buena Energía”; la de Quini y los suyos. Porque Benito Kamelas son una banda que desprenden buen rollo sobre el escenario, así como en sus discos. Lo que pasa es que creo que en directo se siente mucho más y ahí es donde más vale la pena verlos.
Contaron con unos 45 minutos de nuevo, lo que no les dejaba demasiado margen para florituras si pretendían repasar una discografía que ya cuenta con hasta 7 discos (incluyendo su EP debut “Qué más da”).
“Furgoneta”, “Ayer soñé” o “Fue mi abuelo” estuvieron en liza para que su Rock-Punk levantara un poco de polvo de las primeras filas. Unos cuantos (bastantes) seguidores se adivinaban en la plaza de toros, que no paraban de entonar y corear los temas que Quini desgranaba mientras tocaba su “air-guitar”.
Por su parte, las del Loco y Vicente eran unas guitarras (aparte de corpóreas) mucho más logradas, con un sonido de Rock fresco y divertido que daban lugar a las melodías de “He decidido” o “Loko”.
Los temas de Benito Kamelas son de muy fácil digestión. Sin tratar de convertirse en los referentes para un ideario, sí que son capaces de ser comprometidos a la vez que cotidianos. La sensación en sus conciertos es la que creo que intentan mantener desde que arrancaran allá por el ’97: pasarlo bien, tanto arriba como abajo del escenario.
Tengo que admitir que no suelo escuchar los discos de Benito Kamelas, pero un concierto suyo, con una birra en la mano, es para echar un buen rato.
Por cierto, que en su show no podía faltar “Valencia ciudad”, por supuesto. El gran himno de los levantinos, que también lo fue de la concurrencia, una noche más.
Y sin perder demasiado tiempo, uno de los platos fuertes del festival para mí. Llegaba el turno de los Lendakaris Muertos. Aitor y Cía. se daban cita una vez más con el Lumbreiras (esta vez en su fiesta presentación) para darse otro baño de masas entre sus fans. Unos fans cada vez más numerosos, parece ser, pues donde van los Lendakaris, lo petan.
Con su típica bandera del oso panda como telón de fondo (nunca mejor dicho) se hicieron presentes los cuatro navarros, acompañados de su eterna sorna, humor ácido y postura irreverente ante todo. De nuevo otro conciertazo, otra hora de Punk cachondo que se desbordaba desde el escenario, al igual que Aitor, micro en mano.
Si habéis visto algún concierto de los Lendakaris sabréis cómo se las gastan Asier, Jokin y, sobre todo, Aitor a la hora de tocar sobre un escenario (Potxeta se tiene que quedar sentado para tocar la batería, que si no…). Básicamente no aguantan sobre él.
Con la velocidad a la que imponen el ritmo de las canciones (al más puro estilo Punk), lo rápido que enlazan unas con otras y que estas son más bien breves, pues seguro que tocaron más de 20. La mitad de ellas con su cantante perdido entre el público o pateando las gradas en busca de algún co-vocalista espontáneo y casual. Otras veces, incluso con el guitarra y el bajista en parecidas lides entre la concurrencia.
Personalmente me encanta esta actitud. Los Lendakaris me parecen una banda que realmente explota el aspecto más popular del Punk. Y, además, las letras.
“Estamos en esto por las drogas”, además de “Drogopropulsado” y “Pasau de rosca” no parecen políticamente correctas. Pero “Cómeme la franja de Gaza”, “Marido y mujerta” o “Centro comercial” lo son aún menos. Sin embargo (o más bien gracias a ello) las letras son cantadas por casi la totalidad de los participantes en esta reunión musical, cantadas por los miles de concurridos en estrofas y estribillos breves, sencillos y sumamente pegadizos.
Además, la banda fomenta la “colaboración” del público con el show, de tal forma que no quedó otra que la aparición sobre el escenario de algún espontáneo que reclamó sus minutos de fama cantando (más mal que bien) alguna cancioncilla de los pamplonicas.
“DNI vasco? Ez, eskerrik asko”, “Fuimos ikastoleros” o una aclamada (…) “Gora España” no faltaron, así como “El último txakurra”, “Simpatía por el de Bildu”, “Detector de gilipolleces” o “Héroes de la clase obrera”.
Como digo, Aitor no paró de subir y bajar del escenario, saltando constantemente la valla que lo separaba del público. En “Besos gaztetxeros” incluso se comió los morros con un “chico guapo” que encontró entre las primera filas. En fin, genio y figura, como siempre.
Otros de los ya clásicos de la banda que fueron igualmente muy bien recibidos: “Teletecho o propofol”, “Esto no es punki”, “Vine, vi y me vendí” y “Veteranos de la kale borroka”. Pero, como era de esperar, el más deseado era “Oso panda”. Supongo que así sería cuando antes de aparecer sobre el escenario los Lendakaris, se veía gente con disfraces de oso panda y camisetas de ellos por doquier.
Lo dicho, otro gran concierto de uno de los grandes del Punk nacional.
Y si los Lendakaris son de los grandes, ¿qué me decís de Evaristo?
El tiempo de La Polla pasó y ahora tenemos Gatillazo (…). No obstante, Evaristo persiste en su actitud provocadora, inconformista, beligerante contra todo aquello que no le gusta y directamente no apta para oídos sensibles, al igual que lo hiciera antaño. Se sacude la compostura para continuar dejándonos sus letras descarnadamente críticas, pese a que los años se van marcando en su aspecto.
Con las espaldas bien resguardadas por sus inseparables Txiki y Tripi en la guitarra y batería respectivamente, Evaristo entonaba canciones de Gatillazo y junto con algunas de La Polla. Esto lo agradeció el público pese a una circunstancia curiosa: la edad de la mayoría de los asistentes hacía pensar que fueran apenas unos niños cuando algunos de esos temas de La Polla fueron editados. ¿Conclusión? Que La Polla son todo un clásico de la música nacional, ¿no?
Algunos de esos temas que sonaron fueron “Señor juez”, “Mucha muerte”, “Lucky man”, “Bla, bla, bla”, “Guerra social”, “Ultra”, “Sangre y mierda”, “Pijos powers”… Bueno, y una larga lista más porque los temas breves y rápidos son santo y seña del estilo de los alaveses, claro.
Evaristo es un punki de pro, desde siempre y hasta que se muera. Y con ello se permitió el lujo de no dejar títere con cabeza. Sobre todo en cuanto a las instituciones nacionales, a las que disparó con su metralleta verbal en unos modos que no podemos reproducir aquí, claro.
El público, no obstante, entregado al poder volver a disfrutar de Gatillazo y la voz (no precisamente melódica) que los acompaña. Más enfervorecido cuando sonaron “Johnny” o “Txus”, por ejemplo.
En lo meramente musical, el Punk de Gatillazo no deja lugar a muchos alardes, pero es que esta banda parece más una actitud que un grupo de música al uso. Seguramente muchos de los que anduvieron por la Fiesta Presentación del Lumbreiras entonando sus temas, también lo viven así.
Ya por la mitad del cartel aparecieron Def Con Dos. Lo siento por los que quieren leer la crónica de lo que hicieron los Rapcore, pero me temo que no los vi. La verdad es que nunca he sido seguidor de su música y, por ello, aproveché para reponer fuerzas y tomar unas birras. No dudo de que se montaran un buen show, llevando su último trabajo “España es idiota” a presentar sobre el escenario, pero me temo que no puedo contar nada sobre ello.
Y llegaba el tiempo para otro clásico. Enrique Villarreal (o sea, el Drogas), se presentaba con su banda bajo el nombre precisamente de El Drogas. El resto de la formación eran Txus Maraví en la guitarra, el Flako en el bajo y coros y el exKoma Brigi Duke en la batería. O sea, que podían haber aparecido como Txarrena y no pasaría nada…
Pero bueno, nomenclaturas aparte, ahí estaban El Drogas & Band para hacer un repaso de la discografía del insigne líder. Enrique aparecía ataviado con un traje de chaqueta y bastón, su clásico pañuelo en la cabeza y el sambenito de su larga trayectoria en una de las bandas más importantes del Rock nacional.
El setlist estaba pensado para reivindicarse y para no decepcionar a la concurrencia. Hay Drogas después de Barricada, pero Barricada también es el Drogas; ya entendéis.
Así, el público pudo enfervorizarse desde el comienzo con cinco trallazos de cuando andaba con el Boni y demás: “Bahía de Pasaia”, “En la silla eléctrica”, “Sofokao”, “No sé qué hacer contigo” y “Barrio conflictivo”.
El resto de la banda cumplía con creces con sus quehaceres, tanto en sus propios temas como en las versiones, de tal manera que la hora y pico que tuvieron de tiempo, contaron con la aceptación explícita de los congregados.
Fervor entre el público cuando sonaron “Nos queda poco tiempo” o “Fue 24D ¿Y qué?”, pero mucho más cuando llegó el tiempo de “Oveja Negra”, una de las canciones más relevantes en la trayectoria del Drogas.
Si Txus enfilaba los temas de buena manera y el Flako le seguía con destreza en las cuatro cuerdas, ere Brigi el que le arreaba con más fuerza a la batería. Ya en Koma iba sobrado de energía cuando se lanzaba al escenario con la guitarra, pues en Txarrena (…) hace lo propio y era muestra de ello alguna que otra baqueta que salía volando astillada por los aires.
En torno a un par de decenas de canciones se pudieron oír en esta noche de fiesta y Rock. La mayoría de notable composición pues había donde elegir entre las de ambos proyectos del señor Villarreal. “Todos los gatos”, “Directo a la cabeza”, “Cerocomasiete”, “Empujo pa’kí” o una cautivadora “Frío”. También “No hay tregua”, “Animal caliente”, “Tentando la suerte”, “Todos mirando” o “Víctima”. Todas ellas aunando en sus letras la crítica social y el espíritu rebelde y urbano del Rock macarra.
EL momento más coreado serían los minutos “En blanco y negro”. Un gran tema, sin duda, que ha atravesado las barreras del género y seguramente será una de las canciones de Rock en castellano más conocidas por el público general. Esto está bien, aunque para mí le resta un poco de encanto al estar tan manida. Una opinión personal, claro.
El remate fue a cargo de “Azulejo frío”, para echar el resto y que la banda terminara de desfondase, aunque el Drogas parecía aún encontrarse con fuerzas de sobra. Sin duda estamos hablando de un animal de escenario. Ya digo, con su traje de chaqueta, el pañuelo en la cabeza y el bastón en ristre; todo un señor del Rock.
Pasaban las horas y, ya en noche cerrada, nos encontramos sobre el escenario a Soziedad Alkohólika. De nuevo haciendo presencia en el Lumbreiras, convirtiéndose en uno de los grupos fijos del festival y su fiesta presentación, así como en uno de los importantes reclamos para los aficionados al Punk/Metal.
Seguramente que la mayoría de los espectadores hubieran visto ya a S.A. en unas cuantas ocasiones en directo. Es una banda que no para de girar y de dar buenos shows. No obstante, siguen siendo de los grupos que más expectación parece crear siempre. A mí me pareció que en esta ocasión volvieron a ser los que más gente apelotonaron frente al escenario y eso, después de tantos años, dice mucho de ellos.
Sin muchos rodeos ni mucha charla para arrancar los temas, Juan y sus secuaces se dispusieron a hacer otra descarga de decibelios rabiosos y letras enfurecidas.
Os decía al principio que el festival en general me pareció que estuvo a gran altura y que muchos de los grupos me dieron mejores sensaciones que las últimas veces que los había visto. S.A. es un buen ejemplo. Seguramente sería porque contaron con un buen sonido (para lo que permitía el recinto donde nos encontrábamos) o tal vez que le dieron un ápice de intensidad más a la actuación, que el show de esta noche me enganchó, me gustó más incluso de lo que esperaba.
Es curioso porque S.A. consiguen algo bastante difícil: realizar muchos conciertos y, sin embargo, mantener un gran nivel musical en prácticamente todos ellos. Grandes temas con buenas interpretaciones para una banda que lleva funcionando un cuarto de siglo a pleno rendimiento. Ahí es nada.
El tema es que, por ello, ya uno presupone un buen nivel en cualquier concierto de S.A. y puede ser difícil llevarse una sorpresa. Bueno, en esta ocasión no es que lo fuese, pero se agradece que sobrepasen (aunque sea un poco) las expectativas.
En cuanto al grupo, pues todos muy bien. Jimmy e Íñigo en las guitarras geniales, Pirulo y Roberto en una base rítmica atronadora. Juan no es que sea un showman, pero más o menos se comportó a la hora de animar al público (tampoco es que el público necesitara ser animado).
Sobre los temas, pues los que se esperan de S.A., que aún consiguen sacar discos con temas capaces de meterse en los setlist de manera permanente.
“La aventura del saber”, “Piedra contra tijera”, “Cuando nada vale nada”, “Peces mutantes”… Y los trallazos “SHAKTALE”, “Mótxalo” o “Nos vimos en Berlín”. En fin, lo que se espera de S.A. en un buen día.
El último par de bandas de la fiesta eran sevillanas ambas. Le tocaba el turno a la primera de ellas: Narco.
La banda del Vikingo se volvía a citar en el Lumbreiras para descargar una vez más su potente Metalcore. El sexteto se reencontraba ante un público que ya le fue propicio en ediciones anteriores, respondiendo de buen grado a la propuesta de esta banda que se perfilaba con un sonido algo más contundente que el de la mayoría de sus compañeros de la noche.
No obstante, Narco supo marcarse uno buenos ritmos con la base de la batería del Manipulador y también la mesa de mezclas de su DJ Abogado del Diablo. Diablero y Amnésico se encargaban de las cuerdas, haciendo que los riffs se engancharan a los oídos de un público que aún aguantaba de buena gana y en gran número, después de tantas horas.
También creo que estuvieron a un gran nivel, seguramente mejor aún de las últimas veces que los había visto.
El setlist contó con todos aquellos temas que han ido conectando a Narco con su gente a lo largo de todos estos años de carrera, tanto en disco como en directo. Con las voces del Vikingo y de Distorsión en plena forma para moldear el Metalcore de la banda en cortes como “Siempre enmarronao”, “Dame veneno” o “Son ellos”, con los que la gente no paró de saltar.
No obstante, también se pudieron oír algunas de las versiones que Narco ha escogido para componer su último larga duración: “Versiones para no dormir”. Con canciones como “Tu ley” de Prodigy, “Muy ciego para follar” de los Dead Kennedys o “Cruz de marihuana” de Grupo Exterminador.
De todos modos, pareció que aún conservan el gancho con sus seguidores cuando entonan algunos de sus himnos como “Tu dios de madera”, “Sotánico” o una espectacular “La hermandad de los muertos” donde el Abogado se volvió a salir a los platos.
Un buen show, con las voces (que el Vikingo se aclaraba a base de lingotazos de J&B) alternándose de manera muy correcta y dando unas grandes sensaciones para mantener los ánimos por todo lo alto a estas horas de la madrugada. Un concierto que remató, cómo no, con “La puta policía” que se coreó por todo la concurrencia.
Un final magnífico para la banda sevillana que dejaba su lugar sobre el escenario a sus paisanos O’funk’illo, para completar el cartel de la Fiesta Presentación del Aupa Lumbreiras 2.013.
El grupo de Andreas y Pepe Bao se echaba a los hombros la responsabilidad de clausurar un festival que había resultado muy bueno, con el hándicap añadido de que su propuesta Funk no coincidía con los estilos que habían sonado a lo largo de la jornada. Me temo que tuvieron que convencer a muchos asistentes agotados y que no terminaban de coincidir con el género que practican.
Así que la ocupación del aforo se vio mermada durante su tiempo, aunque también es cierto que estuvieron arropados por un buen número de gente que se intuían fans de la banda o, al menos, bastante seguidores.
Un gran ambiente reinó en el recinto de la plaza de toros de Villena durante la hora donde Andreas se arrancó a cantar los temas más populares de su discografía, como la que inició (como casi siempre): “Riñones al jerez”. O “Dame la pasta”, de su reciente “Sesión golfa”.
Un público que se antojaba variopinto se emocionaba con el archiconocido y aclamado slap del bajo de Pepe, que tomaba gran presencia conjuntamente con una no menos soberbia guitarra de Rafa Kas.
Un Funk andaluz y embrutesío (como les gusta definirlo) que creó una atmósfera con mucho carácter. No se resignaban a ser unos meros invitados testimoniales e intentaron aprovechar cada minuto de actuación a cargo de más cortes como la movida “Dinero en los bolsillos” o su aclamado “O’funk’illo Groove”, de ritmo trepidante.
Chacho Martín y el Moi establecían la base rítmica en batería y teclados, para que siguieran cayendo “A jierro” y la divertida “A shuparla ya”.
Momento estelar cuando Andreas pedía que la peña hiciera “Esso’ cuenno’” para presentar precisamente la propia. Andreas que contó con una buena voz para no mermar el nivel general del resto de la formación (…).
“Arte un waka”, “Fiesta, siesta”, “Planeta aseituna” o “Nos vamos pal ’keli” también hicieron acto de presencia, al igual que unas improvisaciones por parte de Rafa y otra de Pepe, claro. Magníficos, cómo no.
La sempiterna cover del “Killin’ In The Name Of” perfilaba el fin de la actuación con el público volcado con este tema y la banda, que se despidió definitivamente con el reprise de “Riñones al jerez”.
Total, un festival más que digno. Una Fiesta Presentación del Aupa Lumbreiras 2.013 que nada tuvo que envidiar a muchos otros eventos aún con más nombre. Por organización, cartel y propuesta musical, así como por el resultado de todo ello, se puede decir que fue todo un éxito. Antesala del auténtico Aupa Lumbreiras de agosto del que se espera, al menos, el mismo resultado.
Nos vemos en la próxima.
Salud!