Miquel Allué Barreira es Eira en su aventura en solitario y en Magritte encontramos una apuesta personal que oscila entre el folk de raiz y elementos musicales y líricos bien cuidados, hasta el mimo.

El de Lérida abre el disco con Mondoñedo (pueblo de Lugo en el que solía veranear) en homenaje a sus orígenes gallegos y que aunque la acústica es vital protagonista lo cierto es que tiene un buen desarrollo que fusiona bien con esos pasajes costumbristas que la canción dibuja.

El teclado de la Huída marca la base de una notable canción sobre las voluntades humanas y el dejarse llevar. Otra intensa composición es 24 que en sucesivos cambios de ritmos y una línea vocal suave repasa una conversación y la determinación de abandonar algo que nos esté volviendo loco (nada que no pueda salvar un disco de los Beatles, en palabras de Eira)

La segunda parte del disco se compone de retratos más intimistas, a menudo canciones con guitarra, que trasladan cercanía en temas como En mi vida, uno de mis preferidos.