Con 45 millones de discos vendidos y cinco Grammys en su haber, Usher (Dallas, 1978) es una de las grandes referencias de la cultura popular actual.
Cantante, compositor, productor, actor, diseñador, empresario y filántropo, el artista estadounidense se ha convertido de un icono de la música contemporánea de las dos últimas décadas y ahora, el próximo 18 de mayo, publica en España Raymond v. Raymond, su sexto álbum de estudio.
Como siempre, el disco llega avalado por el éxito. Ha entrado directo al nº1 en Estados Unidos (329.000 ejemplares vendidos en la primera semana) y su single, la canción OMG, también ha sido nº1 en iTunes, con audiencias en radio superiores a los 14,7 millones de personas. OMG es una de esas canciones perfectas, dinámicas y estupendas para club, en la que colabora el rapero Will.i.am (Black Eyed Peas) y se lanza con un explosivo vídeo dirigido por Anthony Mandler (Rihanna, The Killers, Eminem, Beyoncé…) que refleja la enorme personalidad de Usher y la potencia de su planteamiento, en el que convergen todas las tendencias de la música negra para crear algo nuevo y diferente. Según Mandler, “el vídeo es un espectáculo y enfatiza el carácter y la personalidad de Usher en su apogeo”.
Usher es uno de los artistas preferidos y más respetados en Estados Unidos y las primeras reacciones ante el álbum Raymond v. Raymond no se han hecho esperar, con excelentes críticas en los medios: “Usher elabora una gran música y hace querer Raymond v. Raymond” (Washington Post). “Variado y magnífico” (Boston Herald). “Parece claro que ha acertado de nuevo” (Newsday). “Una mezcla de hits para la pista de baile y grandes baladas” (Toronto Star), mientras ha conseguido las máximas puntuaciones en Los Angeles Times, People Magazine o The Philadelphia Inquirer. “Es un disco sobre el equilibrio entre la percepción que se puede tener sobre la vida de alguien en mi posición (mujeres, noches salvajes…) y la realidad, las emociones verdaderas, el amor y la experiencia”, dice Usher. “El encuentro entre estos dos aspectos da como resultado un individuo complicado que se esfuerza en hacer las cosas bien y aspira a hacer un mundo mejor a lo largo de su vida”.
En Raymond v. Raymond, Usher plantea estas ideas con sabiduría, despojando su corazón y sus sentimientos en un álbum completo, conmovedor, muy serio, con la ayuda de productores como Jermaine Dupri, The Runners, Ester Dean, Polow da Don, RedOne, Jim Jonsin, Jimmy Jam & Terry Lewis, Bangladesh y Tricky Stewart. Desde el lirismo de There Goes My Baby a la creatividad cósmica de Monstar, el disco enlaza con el estilo de su seminal trabajo Confessions dejando volar la imaginación y poniendo sus cinco sentidos en una impresionante entrega vocal. “Cada superhéroe debe tener su propia música” canta en She Don’t Know, mientras en OMG (con la participación de Wiil.i.am de Black Eyed Peas) Usher se lanza con una magnífica melodía a un frenético crescendo. En Mars vs Venus, la voz de Usher planea sobre sonidos de sintetizadores cuando canta sobre sus deseos y en Hey Daddy (Daddy’s Home) no tiene reparos en reunir toda su esperiencia para ofrecer un magnífico tema.
Raymond v. Raymond fue grabado en Atlanta y Las Vegas, “ciudades que representan para mí la realidad y la percepción”, dice Usher. Esa realidad ha cambiado radicalmente desde que Usher se lanzó en 1994 con su disco de debut y firmó con LaFace Records. Su primer éxito (Think of You) apuntó la aparición de una estrella y su segundo álbum (My Way) consiguió seis discos de Platino y vendió más de siete millones de ejemplares en 1997 con canciones como You Make Me Wanna o Nice & Slow. Después llegaron 8701 (2001, cuatro Platinos), el citado Confessions (2004, nueve Platinos) y Here I Stand (2008, con más de 1,5 millones de discos vendidos) con una nómina de productores entre los que estaban Timbaland, Dre & Vidal, Jermaine Dupri, T-Pain, Kayne West, Ne-Yo y Polow Da Don.
Ahora, el 18 de mayo, llega Raymond v. Raymond, el sexto álbum de estudio de Usher. Es la continuación de una impresionante carrera que ha situado al polifacético artista americano en la cima de la música popular actual. Un disco que resume y lanza al futuro las mejores virtudes de la gran música negra con el reconocimiento unánime.
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