Llega la segunda entrega de la banda alemana Milking The Goatmachine. Ya hicimos una crítica de su primer disco: “Back From The Goats” y me apetecía escuchar la nueva propuesta de este grupo de cruento Death Metal y Grind Core.
“Seven… A Dinner For One” es el título que lleva el recién editado LP y que continúa con la línea de temas cortos, sonido grave y voz ultragutural, además de volver a incluir balidos de cabra y otros efectos para “ambientar” la escucha.
Lo cierto y verdad es que aparte de la tremenda brutalidad sonora con la que impregnan su música, también dan la impresión de ser unos cachondos a la hora de montar los temas. Lo digo no sólo por esos efectos que comentaba, sino que los propios títulos de los cortes hacen parodia de otros temas, y siempre con la omnipresente temática caprina (recordemos que la banda hace sus apariciones con máscaras de cabra tapándoles la cara…).
Y es que a pesar de la fuerte carga simbólica de la iconografía de la cabra, parece que, después de todo, estos Milking The Goatmachine llevan un carácter más frívolo. De hecho parece que el título, el artwork y hasta el guión del álbum tratan de aquel cuento de los siete cabritillos (Seven) y el lobo (One) que se los quería comer (Dinner). Lo que pasa es que, al menos a mí, nunca me habían contado el cuento como lo hacen estos tipos…
Los temas quedan muy relacionados entre sí no sólo por la temática, sino que los sonidos extremos perennes dentro de sus ritmos mantienen la intensidad del Death, Brutal y Grind en todo el desarrollo del álbum. También es cierto que este embrutecimiento parece ir progresando según pasan los temas. Comenzando por un “Seven” con intro y un predominante ritmo lento, seguido por un “Beware Of The Wolf” más grave a base de doble bombo, la “Crunchy & Tasty” que se marca un buen riff tanto de arranque como en el resto del tema… Y así hasta los cortes finales como la muy bruta “Black Horn Sun”, donde la batería y la voz extrema (muy lograda a lo largo de todo el LP, por cierto) se acompasan en un ritmo pesado. O la final “Goat On The Water”, muy clásica en cuanto a Brutal Death.
Así va transitando el álbum y, en mi opinión, con el incremento de la dureza de la música se va perdiendo un poco de feeling. Los cortes con algo más de melodía, riffs más claros y cambios de ritmo resultan más provechosos en la escucha. Como decía, la fuerza de los estilos donde se manejan Milking The Goatmachine está permanente en cada canción, así que los cortes donde se encuentra algo más de musicalidad se revalorizan. Por ejemplo “Here Comes Uncle Wolf” o “In Woods Of Unsuspected”. O en los breves solos de guitarra de “Ding Dong” o “Milk Me Before I Go Go”.
Por supuesto no faltan las pinceladas marca de la casa a modo de melodías infantiles que se entremezclan en “The Black Paw” o al final de “Down The Brook”, y los aullidos de lobo en “The Wolf Is Dead”, por ejemplo.
Pero es que los últimos cortes hacen parodias con los nombres de canciones muy célebres dentro del Rock, tergiversando los títulos de estas y llevándolas al terreno de la banda (esto es, las cabras). Algunas ya las hemos mencionado y así nos encontramos “Milk Me Up Before I Go Go” (cambiando “Wake Me Up Before You Go Go” de Wahm (bueno, estos quizás no eran muy rockeros…)), Cemetary Goats (cambiando “Cemetery Gates” de Pantera), “Black Horn Sun” (cambiando “Black Hole Sun” de Soundgarden) y “Goat On The Water (cambiando el “Smoke On The Water” de Deep Purple). Estos temas no son versiones pero, tal y como ocurriera en el disco anterior, no han dejado de marcarse un par de tributos. En “Seven… A Dinner For One” las dos versiones son las de “Last Caress” de Misfits y “Like A Sex Machine” (aquí “Like a Goatmachine”, cómo no) de James Brown. Esta última ha sido la elegida para realizar un video promocional del disco, para que no se diga que no tienen sentido del humor.
En cuanto al resultado de estas cover… bueno, creo que deben reseñarse más en el aspecto anecdótico que en el musical. No son los temas más afortunados del álbum, seguramente porque se deben a unas melodías originales que no casan demasiado con el estilo del grupo.
También han metido un bonus donde el sonido propio de la banda se combina con música orquestal. Sí, así es; Death metal extremo con voces muy guturales y acompañados por sinfonías de orquesta para dar como resultado un estupendo tema, por cierto. “For Goats And Orchestra”, no podía ser de otro modo.
Para ir terminando, comentar que el aspecto musical del álbum lo llevan los señores Goatleeb Udder a la voz y batería y Goatfreed Udder en la guitarra y bajo. Entre ambos sacan adelante todos los instrumentos para la grabación, aunque en directo cuentan con Tony Goatana como guitarra y J.A. Hornlicker como bajo. Evitaré el chiste fácil de decir que los cuatro son unos auténticos cabrones…
En fin, un disco muy entretenido, muy fácil de escuchar y, en mi opinión, de disfrutar. Una música que aúna parte de técnica, mucha brutalidad y un poco de ironía. A mí se me ha pasado volando el tiempo cada vez que me he puesto a escuchar este “Seven…”. No será el disco de mi vida, pero lo he disfrutado cada vez que lo he puesto. Y eso es más de lo que puedo decir de muchos de los últimos álbumes que me he baj… quiero decir, que he escuchado de bandas mucho más consagradas.
Ah, y recordemos que en el cuento (de los hermanos Grimm, por cierto) las cabras acaban venciendo.