La banda bilbaína celebra su vigésimo aniversario, que se dice pronto, a base de buen blues que a veces se acelera y parece funk.
Desde la crítica social económica pura y dura en Amigo Finaciero hasta la inclusión de un par de versiones de Vince Converse y Buddy Guy el disco es una buena muestra de un género, el blues, ejecutado con empaque y credibilidad.
Una armónica por aquí, bases de bajo hipnóticas y guitarras que con libertad van llenando espacios en las canciones van acompañando una voz algo rasgada, que el génermo merece, y que brilla en temas como Armarios Vacíos o Versos azules, hechos a la medida de la banda.
Una interesante oportunidad de engancharte con un género olvidado por las radiofórmulas pero vivos e intensos como pocos.