Hay grupos y grupos. Vetusta es de esos grupos inclasificables. Tras el éxito cosechado con la publicación de su último trabajo, La Deriva, y la gran acogida por parte del público en los correspondientes conciertos de promoción, Vetusta Morla se encuentra de nuevo en la carretera. Esta vez se trata de una nueva gira, un espectáculo del que todavía no han querido desvelar nada, ya que quieren sorprender a sus fans como han hecho hasta ahora. Con motivo de su parada en Sevilla, el 9 de mayo, la banda madrileña ha querido adelantar su visita a nuestra ciudad para compartir un rato de confidencias con Musiqueando y sus lectores.
Un día en el mundo fue vuestro primer trabajo en el 2008, con gran acogida tanto por parte de la crítica musical como del público, pero Vetusta Morla nace mucho antes, en 1998, ¿Qué evolución tiene el grupo durante esos 10 años, desde que se origina hasta que lanzáis vuestro primer trabajo?
David: Pues la evolución del grupo fue una evolución que fue despacito debido a diferentes circunstancias. Nosotros nos juntamos siendo universitarios, mas bien empezando nuestros estudios en la universidad y para nosotros la música era un hobbie. Durante muchos años disponíamos de un local de ensayo donde hacíamos canciones, preparábamos pequeños conciertos que iban surgiendo en Madrid y alrededores, donde preparábamos alguna grabación que iba surgiendo y mientras cada uno tenía sus vidas, sus carreras, sus trabajos…pero bueno poco a poco si que íbamos teniendo y dando forma a un grupo de música con un estilo y con un buen montón de canciones. Entonces nunca paramos esa actividad que teníamos, nunca fue más rápido porque no llegó nunca a surgir nada más allá, ningún contrato, ni ninguna cosa más formal que hiciera que pudiéramos sacar algún disco por diferentes circunstancias, por eso surgió que al final llegáramos hasta el año 2008 que fue cuando se publicó el primer disco. Pero que, ya te digo, durante esos años si que se hicieron grabaciones, se grabaron discos que se llegaron a mostrar a algunas discográficas pero en general no hubo ninguna respuesta para poder llegar a hacer discos enteros y, pues, al final decidimos hacer nuestro camino, fundar nuestro sello discográfico y editarlo nosotros.
¿Os imaginabais en algún momento toda esta repercusión? ¿Llegar algún día a este punto?
David: Yo creo que no, evidentemente no sé a los demás, a algunos les hace más ilusión que a otros el a lo mejor llegar a un sitio o hasta otro, yo personalmente me hacía ilusión el poder sacar un disco con mi grupo lo primero y si luego podía vivir de ello y tocar con mis amigos la música que me gustaba, pues eso era lo ideal. Otra cosa es poder hacer estos discos, los cuales los podemos hacer siempre de la manera en que queremos, hacerlo más o menos y poder hacer estas grandes giras y poder disfrutar de todo el proceso.
Desde la publicación de vuestro último trabajo La deriva no habéis parado de rodar, yendo de sold out en sold out, ¿qué balance tenéis de esta acogida del público?
Pucho: La verdad es que ha sido un año muy bueno, el disco ha gustado, bueno por los comentarios de la gente y por esos sold out que dices tú, que creo que también tienen que ver, si no la gente está claro que no irían…pero también es cierto que antes de que saliera el disco también había muchos sold out, quizás también porque lo anterior también les había gustado…
También tenéis un público que es bastante fiel.
Pucho: …si, la verdad es que tenemos seguidores fervientes, entonces la verdad es que es bastante bueno, lo que pasa es que a nosotros nos gusta hacer el balance cuando ya hemos cerrado el ciclo y la verdad es que ahora estamos en la mitad del ciclo, prácticamente no ha hecho ni siquiera un año todavía desde que salió el disco, que salió en Abril del año pasado. Entonces nos gusta más cerrar las etapas y luego ya hacer un poco de balance, pero lo que llevamos hasta ahora la verdad es que bastante bien.
Explicaba David en una entrevista reciente que el proceso de grabación se produjo en dos fases, la primera durante el verano de 2012 y la segunda casi un año después en el verano de 2013, ¿podemos percibir en el disco un cambio en el sonido de la primera a la segunda? ¿O fue más bien una continuación de lo ya iniciado?
David: Yo creo que eso que hicimos en el verano de 2012 en realidad fue registrar algunas canciones, alguna terminada, otra por terminar, que se habían quedado como que no entraban en Mapas, que se quedaron fuera en la fase final del disco y queríamos que quedaran registradas, que se pasara un poco el momento de esas canciones. Supuso las líneas que como tú has dicho meses después retomaríamos y que eran las líneas de por donde podía ir el disco, aunque es cierto que realmente es más tarde cuando llegó el concepto de La deriva que trajo Guille y que hizo que sirviera de pistoletazo a partir del cual ir enganchando todas las cosas, tanto musicalmente como a nivel de letras y dirigir todo ese camino que se convertiría en el disco.
Pasando un poco a los temas, elegisteis Golpe Maestro como primer single, tema cargado de rabia, un grito contra la opresión, ¿Quiso Vetusta con esta presentación reivindicarse ante la actualidad del país o fue una elección más sonora?
Guille: Fue una elección como canción, nos parecía que era un tema que reflejaba muy bien como nos sentíamos en ese momento y con el que musicalmente estábamos muy contentos de como había quedado. Podía ser perfectamente la carta de presentación de un disco muy urgente, frontal, inmediato… y también era de alguna manera como un toque de atención, un grito que en un momento determinado que pensamos que era bueno dar. Si que fue como un adelanto, salió meses antes de que saliera el disco.
Pucho: También veníamos de hacer dos discos muy distintos que eran el proyecto con la Orquesta Sinfónica de la región de Murcia y la bso del videojuego de Los ríos de Alice, entonces nos gustó como una manera de decir “Esto es Vetusta Morla, esto es el grupo madre…”, somos una banda de rock y nos pareció un buen tema para hacer un punto y aparte de lo que traíamos.
Un día en el mundo fue la presentación deseada, Mapas fue la confirmación y La Deriva es ese trabajo que rompe con todo lo anterior ¿Qué percepción os queda de La deriva? ¿Créeis que es ese paso definitivo en vuestra carrera?
Pucho: Hombre, el paso definitivo suena como el paso final ¿no? (risas)
David: El tema está en que se está muy implicado, , normalmente se suele estar contento con el resultado final, más o menos, porque siempre hay cosas que te gustan más y cosas que te gustan menos, pero hemos estado contentos cada vez que hemos acabado un disco como se ha acabado y es lo que creemos que hay en ese momento y lo que hay que defender durante una temporada importante. Así que, como ya te digo, hay que tomar una perspectiva diferente, tiene que ser gente de fuera la que ya se ocupará de decir: “Este el disco tal de Vetusta…” y ya poner nombres y clasificar y decir lo que hizo cada uno.
Bueno si entre Un día en el mundo y Mapas se notaba una diferencia a nivel compositivo brutal, entre Mapas y La deriva existe también esa evolución que deja atrás todo lo anterior, se percibe un trabajo incluso más crudo que los anteriores ¿Cómo valoráis musicalmente La deriva respecto a vuestros otros trabajos?
Guille: Uf, claro es que desde dentro cada uno corresponde a una lógica y lo ves como adecuado al momento en el que te pilla, al final la evolución de cada uno tiene que ver con la evolución de cada uno porque es una suma de personalidades, de maneras de entender la música, de ver lo que te ha ido sucediendo e ir mezclado experiencias…Entonces yo creo que cada disco refleja bien lo que era el grupo en ese momento, ni La deriva, desde mi punto de vista, es mejor que Mapas, ni Mapas es mejor que otro. Yo creo que lo importante cuando compones o creas un disco es que encamines lo que estás haciendo a lo que tienes en la cabeza, un disco no es mejor ni peor, se parece o llega a aproximarse a lo que a priori piensas.
Un día en el mundo era una colección de canciones compuestas en un período más amplio, se buscaba la identidad de un grupo, la identidad de gente con veintipico años que está buscando, pues eso, un lugar donde buscarse la vida. Mapas respondió a otro tipo de cosas y La deriva responde a otras, entonces a mí desde el punto de vista de estar dentro e implicado no puedo hablar de que este disco es más fiel o menos fiel, más definitivo o menos definitivo, después lo único que puedes hacer es escuchar los discos con cierto cariño y cierta deportividad, decir “Joder, aquí pensaba que me estaba saliendo y no suena tan bien…” (risas) Piensas ”No tenía a lo mejor técnicamente la capacidad que tengo ahora, no tengo el equipo que tengo ahora…” . Probablemente la percepción que tenga ahora que hemos grabado pasen diez años y no exista, o lo veas con otros ojos, por lo que al final trabajamos con cosas que no son matemáticas, si no que tienen que ver mucho con los sentimientos y la subjetividad, al final es más importante que lo que hagas trasmita que pienses que es lo más perfecto que te ha podido salir porque ese baremo de la perfección es algo tan relativo y tan cambiante con el tiempo que al final no puedes estar empecinado en ciertas cosas, porque después el tiempo te las va a terminar tirando por la borda.
Y contestando a lo que decías, yo personalmente no escucho los discos una vez que los grabo, me cuesta mucho ponerme a escuchar Mapas, Un día en el mundo e incluso La deriva, porque los vivo, para mí los discos son un proceso que tiene que ver con ese momento exacto, llegar a que entre todos sumemos algo único en ese momento y en el momento en que se termina me tengo que poner a pensar en otra cosa, y no tengo tanto interés en volver a escuchar y a analizar eso.
David: Es que yo creo que es como que dejas grabado el disco, has hecho un trabajo, has estado muy metido preparando la grabación, haciendo la mezcla y ya está, se queda ahí registrado, pero las canciones igualmente siguen vivas, porque vienen de un local de ensayo, se tocan de una manera, se graban de otra manera, ahora vas a tener que volver a tocarlas en directo y saldrán de otra manera, así que las canciones siguen su curso, un curso que están vivas entre nosotros y después cuando la tocas delante de la gente tienen otra vida que es la que se ha quedado en el disco y es una parte más, realmente yo tampoco suelo escuchar los discos la verdad pero porque es como que se ha terminado ese curro y para mí la canción la tengo dentro, sé lo que es la canción, la vivía antes, la he vivido durante la grabación y la vivo después y no me hace falta más. Después con el tiempo la escucho y digo “Ostia…”
Pucho: “…esto era así” (risas)
David: “O esto lo estoy tocando mal, estaba tocando mi propia parte mal” (risas) O te hace ilusión “Ostia, fíjate como quedó esto” te provoca ilusiones bonitas o te provoca recuerdos también. Pero no la necesidad de escucharlo luego, con música que no es tuya si evidentemente, es lo que te alimenta, los músicos que te encantan y lo escuchas y lo escuchas y lo escuchas, pero lo tuyo tiene una vida que no es la del disco, es una vida paralela.
El clip de vuestro último single, Fuego, es una idea original de Guillermo, autor de la canción, bajo la realización de Fernando Franco, con quien ya trabajasteis en El hombre del Saco y Lo que te hace grande ¿Cómo surge la idea de Guillermo y cómo ha sido este reencuentro con Fernando?
Guillermo: Surge de la necesidad (risas), porque tuvimos varias propuestas y varios proyectos previos para hacer el videoclip de Fuego que al final por unas cosas o por otras no se pudieron hacer. Y dándole vueltas y pensando, volviendo a la raíz de cómo surgió la canción, una canción que habla de cosas muy básicas, muy de raíz, intentaba pensar en algo que fuera muy físico que fuera muy sencillo a la vez y que estuviera muy ligado a lo físico y no a lo conceptual, para que a su vez se entendiera aquí y en cualquier otro lugar aunque no entendieran la letra. La idea ruge también por la rítmica de la canción que es como un bucle que no deja de girar y de ahí pensando en una red, en una madeja…algo que se pudiera ir desenrollando constantemente, me pareció bonita la idea de que lo que se desenrollara fuera alguien, fuera también alguien por esa sobreprotección de la que habla la canción en repetidas ocasiones, de pensar en qué pasaría si la sobreprotección que tiene alguien empiezas a desmadejar y desmadejar y de repente lo que descubres no es a alguien desprotegido, si no alguien en su pureza, en su esplendor y en su potencialidad máxima que en este caso era Pucho, el cual venía bastante a cuento que fuera él. Hablamos con Fernando, básicamente le liamos (risas), nunca mejor dicho también, porque esto lo hicimos en una semana básicamente y él habló con su director de fotografía, que es un fenómeno, y la verdad es que la fotografía quedó espectacular. Por otro lado, también hablamos con Antonio Ruz para el tema de la coreografía con el que también trabajamos en el clip de La deriva y bueno a partir de ahí lo que fue mi idea se convirtió en su trabajo (señala a Pucho), por lo que él te puede contar mejor.
Pucho: Yo formé parte de esa idea también, puse mi granito de arena (risas)
Guille: Acabó con la espalda hecha polvo.
Pucho: Parte de estar encogido.
El público coincide en que Cuarteles de invierno es la canción más Vetusta de todo el disco, un disco en el que huis de los sonidos del pasado, ¿por qué entonces volver con este tema?
Pucho: Tiene mucho que ver con la letra de la canción porque el disco se plantea como lo que dices tú, no una ruptura total pero si como una especie de golpeo de tablero, de nuevas ideas en el universo Vetusta y esta si era una idea que si que remitía a ciertos sonidos de los anteriores discos. En un principio, estuvo a punto de quedarse fuera precisamente por esta misma cuestión pero creo que la canción habla de cerrar ciertas etapas que llevas mucho lastre del pasado, de cerrar esas etapas para no quedarte en ellas regodeándote de lo bueno o de lo malo, eso da igual, así que creo que era una manera también de hacer esa ruptura con el pasado en un disco como La deriva. Nunca lo habías visto así ¿verdad? (risas)
La verdad es que de esa forma no, pasando a otro tema, suele haber artistas que a sus grandes éxitos les suelen coger cierta manía, es inevitable hablar de Copenhague ¿Le tenéis cierto cariño o terminasteis por cogerle manía?
David: Cariño, cariño, no fue tampoco un tema que tuviera videoclip ni lanzamiento comercial por lo que no es un tema que acabaras hasta los huevos de escucharlo o tocarlo por todos lados, o sea realmente no es que haya sido para tanto. Si es verdad que es un tema que ha gustado muchísimo y que venimos tocando igual que muchas otras canciones de ese momento, se sigue tocando, se sigue disfrutando y si que es verdad que en algunos momentos se sigue buscando maneras diferentes de tocar las canciones porque si es verdad que si llevas tocando mucho tiempo pues, a veces, incluso pierdes la perspectiva que si que suele pasar y dices «venga, la toco de manera diferente y me reengancho a eso que me trasmitía la canción».
Se suele olvidar desafortunadamente Los ríos de Alice, ese trabajo que lleva de Mapas a La deriva, ¿es este el enlace, el punto de transición entre estos dos discos?
David: Más que transición sonora tanto Los ríos de Alice como el proyecto de la Orquesta Sinfónica y el disco probablemente haya sido el punto de experimentación más grande que hemos hecho y, en ese sentido, ha sido un viaje de exploración que nos ha permitido volver a La deriva de forma más contundente. Cuando hablábamos antes de por qué salió Golpe maestro como adelanto precisamente era por todo esto, habíamos hecho indagaciones en otros mundos, otras composiciones y de tímbricas y La deriva fue una reacción a todo esto, no en plan negativo, pero si una necesidad de volver y en lugar de estar pegados al ordenador grabando y editando ruiditos en plan artesanal con cositas muy finas como hicimos con Los ríos de Alice pues volver a juntarnos los seis y darle duro. Entonces si que es un eslabón perdido entre Mapas y La deriva, pero no es una consecuencia directa, si no más bien una reacción, una contra.
¿Cómo fue la experiencia de grabar con la Sinfónica de Murcia?
Guille: Alucinante, no se tiene la oportunidad de tocar con una orquesta así todos los días y menos tus propias canciones. Surge a raíz de la propuesta de uno de los profesores del conservatorio de Lorca, a raíz del terremoto. Querían hacer una actividad benéfica donde se tocaba una canción nuestra y al final nos líamos todos y nos involucramos tanto en el proyecto que no solo hicimos una si no que hicimos un concierto entero, entonces estuvimos durante 8 ó 9 meses trabajando con los arreglistas, elegimos un arreglista para cada una de las canciones de allí del conservatorio y el ritmo de trabajo era: ellos hacían el trabajo, nos lo mandaban en Midi y nosotros trabajábamos el Midi en el local, íbamos revisando cosas, recomponiendo nuestras canciones en función de sus arreglos y ya cuando estuvo todo se cerró el concierto, se vendieron las dos fechas y a hacer dos ensayos generales ¿no?
Pucho: Tres.
Guille: Es verdad, y llegamos allí todo el mundo con sus partituras y hacías un gesto y de repente todo estaba sonando, te pone los pelos de punta. La experiencia se juntó con una cosa muy bonita para nosotros y a nivel humano al tratarse de una experiencia solidaria y haberse conseguido lo que se quería conseguir, que era que se reconstruyera el conservatorio, pues fue un ejercicio que guardaremos siempre en un muy buen lugar.
Habéis conseguido dar a La deriva un ritmo más intenso, con bases rítmicas que dejan un poco más de lado las guitarras y esto prevalece a lo largo de todo el álbum, sin embargo cerráis con La sonata fantasma, tema más lento e íntimo, ¿por qué cerrar La deriva con La sonata fantasma?
David: Porque después de la tormenta siempre llega la calma (risas)
Pucho: Bueno, es un tema que también habla de «derivas», pero quizás más de derivas casi al final de la vida, cuando una persona se está despidiendo de sus seres queridos y habla de otro tipo de derivas como pueden ser las físicas o mentales, como es en este caso que habla de una enfermedad como es el Alzheimer que es una especie de deriva también donde vas perdiendo poco a poco tus recuerdos y te vas sintiendo perdido, así que también es un tema íntimo pero es un tema que la verdad es que también habla de derivas.
Cambiando un poco de registro, habéis tenido una gran acogida en vuestra gira internacional, sobre todo en México, ¿es quizás el público con el que mejor habéis conectado?
Guille: Puede ser, también es el sitio donde más hemos ido así que aunque sea por cabezonería nuestra pues acabas enfrentándote a más gente. Han sido 8 ó 9 veces ¿no?
Pucho: 9, son 9.
Guille: Si que es un lugar para nosotros muy familiar ya.
Estáreis pronto por Sevilla, habéis comentado en más de una ocasión que uno de los puntos fuertes de esta gira es la gran parte visual que acompaña al directo, ¿Qué vamos a poder encontrar el 9 de Mayo en este directo?
Pucho: Ah, ¡hay que venir! (risas). Bueno es una evolución un poco de lo que ha supuesto este año la gira de La deriva, toda la parte visual, pero obviamente toda la gira cambia, los escenarios cambian, son mayores y se va a hacer una ampliación de todo eso, una mejora también de todo el planteamiento inicial del show de La deriva. Aún así el show es un poco más largo que los anteriores por lo que se tocarán también temas de otros discos que estaban un poco en el cajón, sin tocar y demás, se les ha sacado del armario, se les ha cosido los botones que estaban así un poco caídos y sueltos y lo podremos relucir con las galas del show.
Para terminar, me gustaría que me dijerais cuáles son los proyectos a largo y corto plazo de Vetusta Morla.
David: A corto plazo estamos aquí con esta gira que vamos a hacer en grandes espacios, el 9 de Mayo aquí en Sevilla en el Estadio Olímpico, es lo más inmediato que tenemos y, a continuación, terminaremos de pasear esta deriva por algún que otro festival en España, alguna salida más por América también en otoño. A continuación, descansar un poco, tomar perspectiva y a seguir con el siguiente proyecto.
Pucho: Contestar de nuevo a las preguntas de los balances del disco (risas).
Fotografía: Patricia del Zapatero