El 11 de diciembre de 2012, Tomatito, uno de los músicos españoles más impactantes y emotivos del momento en cualquier género, vuelve al Teatro de la Maestranza, un teatro donde siempre ha sido aclamado como un gran maestro.
Su último trabajo publicado por Deutsche Grammophon, “Sonanta suite” (2010), es un sorprendente maridaje de ritmos diversos desplegados sobre un poderoso desarrollo sinfónico compartido con la Orquesta Nacional de España bajo la dirección de Josep Pons, en el que Tomatito sitúa a su guitarra flamenca como el epicentro de todo el entramado orquestal.
Consagrado como uno de los pioneros del “nuevo flamenco” tras ser el más íntimo camarada de aventuras musicales de Camarón de la Isla durante los últimos 18 años de carrera del mítico cantaor, el guitarrista almeriense José Fernández Torres (1958), “Tomatito”, es hoy una de las estrellas de la escena flamenca con mayor proyección internacional del momento.
Miembro destacado de la brillante generación de guitarristas que renovaron el género bajo la decisiva influencia de Paco de Lucía, al que siempre ha reconocido como su gran maestro, Tomatito es un músico autodidacta de sólida raíz familiar. Su abuelo ya animaba fiestas privadas en la Almería de principios de siglo y su padre, además de guitarrista, tocaba el clarinete en la Banda de Música. Criado en un entorno de fuerte esencia flamenca, el popular barrio de Pescadería, el insólito talento natural que muestra desde muy niño para la guitarra le abre paso rápidamente y, a los 10 años, Tomatito debuta en la Peña El Taranto de Almería, donde la visión de un niño acompañando a veteranos cantaores se vuelve un raro espectáculo, al mismo tiempo, natural y asombroso.
El traslado de su padre a Málaga, en 1970, propicia el encuentro decisivo. Un día de 1973, Camarón, de paso por Málaga, requiere urgentemente un guitarrista que le acompañe y alguien propone a ese niño de 15 años que toca tan bien “las cosas de Paco” en los tablaos de la Costa del Sol y la ciudad. El encuentro trazará una raya en el agua: rápidamente, Tomatito se convertirá, durante 18 años, en el tocaor exclusivo del cantaor más revolucionario del flamenco contemporáneo. Luego, el otro gran gigante del cante moderno, Enrique Morente, lo convertirá asimismo en uno de sus colaboradores más estrechos y asiduos formando una pareja de titanes que en 2005 arrancan un éxito clamoroso durante un concierto mítico en el Carnegie Hall de Nueva York. Pocos guitarristas como Tomatito, pueden presumir de haber liderado la revolución flamenca de los últimos años mano a mano junto a los cantaores, sin duda, más influyentes de los últimos tiempos. Entre una larga lista, otros cantaores y guitarristas con los que ha colaborado son Vicente Soto “Sordera”, El Potito, Carmen Linares o Juan Habichuela.
Mientras tanto, el guitarrista crece vertiginosamente, demuestra no ser sólo un tocaor para el cante, enseña sus credenciales como brillante solista mostrando un sentido contundente de la rítmica y un estilo intenso y único de la melodía y se convierte en un músico maduro capaz de compartir escena con otros gigantes de la estatura de Frank Sinatra, Elton John, Chick Corea, Michel Camilo, George Benson el grupo cubano Irakere o el maestro turco de baglama Arif Sag, situados en esferas creativas muy lejanas a la suya. En esa línea de inquietud permanente y en julio último, Tomatito presentó en Barcelona un nuevo espectáculo junto al vanguardista flautista turco Omar Faruck.
Sin embargo, esta capacidad para las colaboraciones múltiples, nunca han alejado a Tomatito de la más pura raíz flamenca. Artista de toque, según Miguel Mora “recto, redondo, a compás y por derecho”, Tomatito también es, sin embargo, ese ambicioso compositor de bandas sonoras y para el teatro, la escena o la danza –como su música para la “Salomé” de Carlos Saura y el Ballet de Aída Gómez-, que ha publicado una amplia discografía –ocho trabajos, solo o acompañado- y ha desarrollado una impresionante carrera como concertista en las mejores salas del mundo, donde siempre impactó por la emoción y la brillantez de sus falsetas.