Los murcianos ya llevan un tiempecito en esto de crear canciones y a juzgar por cómo les ha quedado este álbum, Down in the sky, podríamos decir que el tiempo no ha sido en vano pues el resultado a la escucha es de un trabajo sólido que no baja el pistón en ninguno de los cortes.
Y eso que hay heterogeneidad. Densidad ambiental de guitarras en Bonnie and Clyde que se alinea más con la efusiva Snakes and Ladders que con la setentera y agradabilísima en lo musical Long Winter.
Las letras nos evocan un avance dificultoso, un continuar hacia delante, con visión periférica y lentitud. Es posible incluso enredarse con Leaded Boots o sentir la batería en toda su dimensión en Newcomer. También destacaría el gusto por los detalles, tanto en arreglos, efectos como el cuidado de los comienzos y finales que demuestran que se han trabajado las canciones con mimo. Por si había dudas de esto que os contaba…llegamos a Karoshi.
En Mia nos encontramos a la versión más cercana de la banda, una de esas canciones que pareces que recibes mientras alguien te mira directamente a los ojos y que es mi favorita. Mención aparte la homónima al álbum, Down in the sky, que con sus más de 8 minutos de duración confirma como cierta esa denominación de Dream Rock y que recuerda en epicidad a Mogwai.