Crónica del festival Weekend Dance, celebrado en Madrid (auditorio Juan Carlos I) el pasado viernes 14 de septiembre.
19:00 hrs. 1ª Parada: Metro de Bilbao. Aquí me esperan mis dos amigas Mamen y Leisa. Vamos a necesitar un poco de alcohol para aguantar la electrólokura, así que decidimos proveernos de una botella de ron y cerveza en un “chino” cercano. Nos pide que abramos las bolsas para meterla dentro. ¡Vaya tela! La ley seca ha llegado a España, y Madrid, cada día se parece más al Chicago de los años 20. Después del inevitable paso por el proveedor, es hora de escuchar electrónica y no parar hasta las siete de la mañana. Línea azul del metro hasta Nuevos Ministerios, y de allí línea rosa hasta Campo de las Naciones. Conversamos sobre el festival.
20:05 hrs. 2ª Parada: ¿Dónde están mis amigos? Ya hemos llegado a Campo de las Naciones. No sabemos la ubicación exacta del Parque Juan Carlos I pero poco importa. Sólo hay que seguir la marea humana que nos lleva. Ellos si saben dónde vamos. Aquí comienza la búsqueda de nuestros amigos de Murcia que han venido al Weekend Dance, y están haciendo un botellón sabe Dios dónde. Es como buscar una aguja en un pajar. Más de 20.000 personas han venido y nosotros queremos encontrar a nuestros amigos. Suena a Odisea. Fon, amigo de Huelva aunque murciano por amor, nos guía con más gracia que precisión. Tengo la sensación de que si seguimos andando vamos a llegar a Vallecas, pienso más de una vez. Las instrucciones son las siguientes: “Andar hasta el segundo puente de hierro, cruzadlo, que nosotros estamos abajo”. No vemos ningún puente a nuestro alrededor, así que decidimos andar sin mucha fe. Entonces…¡voilá! ¡Ya hemos llegado! Estamos todos. El festival ya ha empezado pero no importa. Es el momento de calentar. Luego, ya veremos. Ron con limón para las penas y cerveza para intercalar. La euforia sube más y más.
22:00 hrs. 3ª Parada: Por fin entramos al Weekend Dance. Después de cargar las pilas en el aparcamiento del Parque Juan Carlos I, consigo movilizar a la gente para entrar de una vez. Ahora pinchan los Radiosoulwax y cómo lo hacen. Una sesión brutal. La gente se contagia con su electrónica festiva y divertida. Son el primer plato fuerte de la noche y triunfan sin ninguna duda. La mejor demostración de que una buena mezcla de electrónica e instrumentos, más algunos samplers clásicos son una receta fabulosa. Uno de los platos fuertes nos esperaba… Massive Attack. Alumno aventajado de un colegio que ellos mismos crearon. Experimentadores con el hip-hop, la electrónica, el post rock…y todo lo que os podáis imaginar. Crearon un género que fue etiquetado como Trip-Hop. Con una cuna muy concreta, Bristol. Una de las ciudades más importantes del sur de Inglaterra y que bebe de la influencia de los sonidos de la cercana Gales. No estuvieron mal. Pero la gente quería más marcha. Se escucharon algunas críticas de gente impaciente de fiesta pero tocaron algunos de los clásicos más conocidos de su discografía. La culpa no era suya, ellos tocaron y bien, pero los organizadores fueron los que decidieron en qué momento debían tocar y el tipo de música que contrataron. El repertorio no fue una sucesión de éxitos. Más bien se centraron en lo que va a ser su nuevo disco que todavía no está a la venta. Dicho sea de paso, también sonó algún himno.Un acierto por parte de la organización fue colocar tras ellos a los Faithless. Primos lejanos de los Massive Attack, si que consiguieron agitar un poco más el alma de los presentes. También tiraron de repertorio clásico con temas como Insomnia. Pero la “tralla” estaba por llegar. Y eso era lo que parecía que esperaba la gente. Las drogas tienen eso, te piden movimiento. En ese momento nos esperaba la música electrónica pura y dura. Los hermanos Deweale volvieron al escenario, esta vez como 2 Many Dj´s, remezclando clásicos de Tiga y The Gossip. Qué decir de ellos: fueron los triunfadores de la noche. No nos dejaron bajar ni un segundo. No hubo respiro. El resto del festival tuvo más sombras que luces. Vitalic, del que se esperaba mucho, no estuvo a la altura de las circunstancias. Flojo, flojo.Todo lo contrario que Carl Craig, que si bien en su papel de productor es conocido como uno de los grandes del panorama musical, dejo un sabor de boca más bien amargo. Demasiado duro, demasiado techno, … La gente estaba cansada, pero pese a todo todavía se veía a más de uno saltando. En resumen, todos lo pasamos bien. Muy bien. Los festivales tienen esto.
08:00 Última parada: Nuevos Ministerios Después de arrastrarnos por el Parque Juan Carlos I, llegamos a la estación de metro. La fiesta continuó en el vagón y tuvo como culmen un sonoro aplauso a la llegada a Nuevos Ministerios. Nos lo merecíamos, sin duda.