El guitarrista madrileño, de ascendencia argentina Javier Vargas, asomó al escenario casi a las diez de las noche acompañado por su trío de músicos; Luis Mayo, al bajo, Peter Kunst, a la bateria y Gaz Person, un vocalista de rock y blues que le da un toque diferente a la habitual tendencia musical y discográfica del madrileño.
Quizás porque este último disco, el “Heavy City blues”, sea el más rockero de su discografía, posiblemente. Un disco publicado en septiembre del 2013 y que ha contado con la participación del conocido batería estadounidense Carmine Appice y los cantantes, Paul Shortino y Bobby Alexander.
La noche empezaba con las influencias más roqueras del madrileño, del rock de los 60 y 70 sin perder de vista el blues,y con un acercamiento al hard rock de finales de los 60.
El “Rock ‘n roll circus”, uno de los cortes de ese último disco, era el tercer tema y como explicó Javier, habla de un mundo teatral, de iluminados y de todos aquellos que somos felices escuchando rock and roll y buen blues. El personal allí presente se sintió identificado y la canción sirvió de nexo de unión y comunión definitiva entre público y escenario que marcaría lo que iba a ser una noche grandiosa.
Seguimos paseando por el “Heavy city blues” con una balada llamada “Searching for love”, donde la áspera voz de Gaz Person le daba ese toque de balada rockera de los 70. Esperé la versión del “Love Hurts” de Nazareth, incluida en ese disco, pero me quedé con las ganas. Esa balada antes mencionada, no obstante, me dejó el buen sabor de boca de aquellas buenas baladas rockeras de antaño.
Otro tema del disco, el “Banker Blues”, nos demostraba el giro más rockero de la banda. Un repaso por antiguos temas propios y un homenaje a Freddie King, uno de los tres reyes del blues eléctrico, junto con B.B. King y Albert King, con el que el respetable se ponía en pie. Una maravillosa versión del “Palace of the King” nos dejaba a todos dispuestos a empezar a reconocer que a Javier vargas el buen blues le corre por la sangre.
Algunos temas clásicos blueseros con la interpretación en solitario del argentino Luis mayo, dieron paso a uno de los momentos más especiales de la noche; un recuerdo a los guitarristas fallecidos, con dedicatoria a los miembros de la Casa del Blues de Sevilla, quienes allí presentes disfrutaron de una noche muy especial, trajeron los sones del archiconocido y no por ello menos sentido “Still got the blues” del desaparecido y admirado guitarrista Gary Moore.
Fue uno de los momentos más especiales de la noche, hubo una conexión especial entre las notas de la guitarra y los allí presentes; quizás por la magia del blues, quizás por la magia de la pasión compartida.
El “blues local” del argentino Norberto Napolitano,”Pappo” interpretado por Luis Mayo, nos acercaba a la obra de uno de los fundadores del rock argentino de los 60, y con ello, daba paso a los últimos temas, con los que se despedía a la banda.
Y en esas asomó Raimundo Amador, rozando la medianoche, para dejarnos a todos los que habíamos estado paseando por el blues y el rock and roll, con la boca abierta.
Son muchas las colaboraciones con las que la guitarra de Javier Vargas ha contado, pero sin duda, la maestría y el estilo diferente del rock gitano, pusieron el broche de oro a una noche de blues, rock donde los allí presentes, comprobamos que a Javier Vargas, el amor por una música tan pasional como el blues le corre por las cuerdas del su guitarra desde su corazón, y que los trescientos asistentes de anoche, conectamos con esa magia.
Espero que siga visitándonos a menudo, y que como dice Gary Moore, “hay solo una cosa que yo se, que yo aún tengo un blues para ti”
Que siempre tenga la Vargas Blues Band un blues para nosotros