Mika, ese artista que desborda alegría y buen humor por los cuatro costados. Es una pena que, con tan buena predisposición, su concierto, desde antes de entrar a la sala hasta la última nota fueran todo complicaciones.
Para empezar avisaré de que no hay fotos y es que para mi también hubo problemas y me confiscaron la cámara antes de entrar alegando que había demasiados fotógrafos acreditados.
A mi llegada a la sala la Riviera comencé a ver la típica cola de concierto que iba aumentando según se retrasaba la apertura de puertas, la cola cruzaba hacia la calle de en frente. El retraso se debía a que Mika, caracterizado por su potente voz y por esos agudos y graves tan espectaculares, estaba enfermo de la garganta y tras mucha deliberación decidieron no cancelar el concierto. Cuando llegó el ansiado momento de abrir el recinto, la cosa se puso tensa. Hubo un conflicto con la organización y los menores de edad que habían comprado la entrada y pedido a sus padres que los acompañaran al concierto, en la Riviera está prohibida la entrada a menores. Los padres insistían en que los lugares en los que habían comprado la entrada les habían asegurado que si un mayor de edad los acompañaba tendrían el acceso a la sala asegurado. Tras largas discusiones, los menores se quedaron sin poder ver a su ídolo. Muchos comentaban que tenía que ver con lo sucedido en el Madrid Arena, pero la organización lo negaba rotundamente.
El concierto comenzó a las 21:15 aproximadamente, con su tema Relax, Take It Easy en el que se podía notar como su voz se rompía. Tras finalizar el primer tema saludó al público en un buen español y explicó lo sucedido: Ayer en Lisboa tuve un pequeño problema. He estado pensando en cancelar el concierto de hoy y el promotor, muy nervioso, estuvo retrasando la apertura de puertas hasta el final pero luego he pensando, ¡yo quiero cantar aquí! Aunque mi voz esté a un 70%, quiero estar con vosotros. Con esta declaración nadie puede criticarle su predisposición y menos sus problemas vocales.
El coro entraba y salía del escenario en función de la canción y curiosamente, aun teniendo problemas vocales, no parecía necesitarlos para aguantar la noche. Estuvo mucho más arropado por el público.
A partir del tema Blue Eyes, su voz comenzó a resentirse y sus leves gestos de dolor, principalmente cuando bajaba el tono o susurraba, demostraban que no estaba disfrutando de la actuación. Constantemente se llevaba las manos al cuello como seña de dolor, pero siempre manteniendo la compostura.
Una de las canciones mas complejas y duras para Mika fue Underwater; en el estribillo, en el que alarga constantemente la palabra "underwater", le resultó imposible mantener la voz a raya. En cierto momento de esta canción incluso paró de cantar para toser de espaldas al público y luego seguir casi como si nada hubiera sucedido. Esto se repitió en tres o cuatro ocasiones más. El público lo animó a seguir en todo momento con ovaciones en las situaciones complicadas de la noche.
Su repertorio se centró principalmente en su último disco The Origin of Love y los temas más conocidos de su carrera como son Grace Kelly, Lollipop, Love Today o We Are Golden.
Mi conclusión de este espectáculo es que al mal tiempo buena cara, esa fue la filosofía de Mika y la mía también.
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