Nos hacía muchísima falta una buena descarga rock en tierras alicantinas. Por estas tierras hemos pasado siempre nos hemos vanagloriado de las rutas del techno chungo, del turismo barato para la tercera edad y de una ausencia cultural/musical apabullante. Por eso la llegada de un festival itinerante como el Turbo Rock FESTIVAL se antoja, como poco, un caramelo “imperdible” como lo definen desde la organización.
El cartel ha destacado por su homogeneidad y por haber logrado un nivel técnico muy alto pocas veces admirado por quien suscribe. Será que el cambio desde un lugar abierto como el parque de L’aigüera a la discoteca (techno!) KM Garden logró dar con cierto intimismo y reserva que le vino como anillo al dedo.
Tras un pequeño retraso en la apertura de puertas el primera día, pudimos disfrutar de los primeros grupos de la tarde: Layabouts con su rock directo, el acústico Jesse Mallin y los neoyorquinos The Del Lords fueron 3 bandas teloneras que abrieron paso a la noche más cañera, contundente y furiosa del festival.
Los BUZZCOCKS demostraron que la edad no es impedimento para revivir el punk de la vieja escuela. Pete Shelley y Steve Diggle no estaban para tonterías. Una detrás de otra iban soltando grandes singles de su carrera: “Autonomy”, “Get on your own”, “What do i get” -en la que Pete parecía ir con el automático puesto, parecía un tanto aburrido por tocar desde hace años ese clásico- y para terminar los bises, “Ever Falling in Love”.
De URGE OVERKILL puedo quejarme de algo que se repite desde que el rock es rock. Normalmente cuando vas a un concierto de un grupo favorito y te gusta, quieres volver a repetir la experiencia, y se da la extraña paradoja que si los vuelves a ver, digamos, 8 años después de la primera vez, y coincide con un festival, siempre sale a relucir la odiosa idea de la comparación. Eso es lo que nos pasó con este concierto. La espontaneidad, las grandes canciones de Exit the Dragon y Saturation ya no estaban. Tocaron canciones de su último disco “R’n’R Submarine” que no son tan apreciadas como las de sus anteriores trabajos ya citados. Aún así, recuperaron “Positive Bleeding” y “Back on me”. No les perdonaré el olvido de “Sister Havana” pero en general el sonido sigue siendo limpio y efectivo. Un notable para los de Illinois.
Lo mejor de la noche y probablemente del festival, fue la desgarradora apisonadora garagera rockera THE BELLRAYS. Y lo digo porque me dejaron fuera de juego. Un demoledor directo que deja a sus propios álbumes de estudio tan desfasados que deberían volver a grabarlos en vivo. Un setlist sin pausas, con breves referencias al funk pero siempre manteniendo el lado noise en su línea.
La noche terminó con el punk americano D GENERATION y el country rock de SLIM CESSNA.
El segundo día vino marcado por las melodías y la diversidad musical. De los country THE SADIES, que recordaron a Los Tornados con algunos instrumentales, y a Gram Parsons con sus baladas country, pasamos a los GIGOLO AUNTS: power pop con canciones sencillas y románticas, ahí estaban “kinda girl” (lo mejor de su noche), y “Where i find my heaven”. El lado curioso lo puso su versión de “La chica de ayer” de Nacha Pop con The girl from yesterday.
MATTHEW SWEET empezó bien, subió a Gigolo Aunts para tocar “I’ve been waiting”, lo cual fue bastante divertido y memorable, pero desbarró con un repertorio un tanto lento. De su actuación destaco “Girlfriend”.
NADA SURF también sorprendieron con el cover español de Mercromina “Evolución” aunque a Matthew Caws, no le entendimos casi nada. Tendría que haberla cantado el bajista madrileño afincado en Nueva York, Daniel Lorca. Divertidos y muy en contacto con el público, se fueron con bises y grandes ovaciones por parte de la audiencia. Los surferos MAN OR ASTRO-MAN pusieron punto y final a una noche bastante calurosa.
En definitiva, un buen festival que va apuntalando los cimientos de un estilo musical tan poco apreciado en nuestro país como es el rock (y sus derivaciones).
Fotos: Pilar Martínez Lopez