Con casi un lleno total en La Riviera, The Waterboys salieron al escenario alrededor de las 22:00 horas. The Waterboys han pasado por varias etapas en los 25 años que han estado en activo, desde la más rockera a la más folk, y por todas ellas se pasearon durante las más de 2 horas de concierto.
Mike Scott fue alternando la guitarra con el piano. Por la formación que él creó 1983 han pasado más de una veintena de músicos. En esta ocasión estaba acompañado por otro excepcional teclista, guitarra, bajo, batería y el inolvidable violín de Steve Wickham. Si hay algo que no se puede negar es que la banda se deja la piel en el escenario y que son unos profesionales en plena forma. Excepcionales duelos de guitarra contra violín, violín contra hammond, finales apoteósicos y currados al máximo; todo deslucido por una ecualización que dejó tapados en la mayor parte del concierto tanto al batería como al guitarra. Pero la intención se notaba y se agradecía.
The Waterboys mezclaron sus temas también con canciones tradicionales y versiones de clásicos como un “Roll over Beethoven” bastante anodino y un “Purple rain” algo más emocionante. De sus temas legendarios, “A Girl called Jhonny”, “Fisherman blues” y “The Whole of The Moon” “We will not be lovers” fueron los más celebrados. Pese a que el violín de Wickham y la tremenda personalidad de la voz de Scott unificaron bastante el tono del concierto, el enganche con la gente lo consiguieron muchísimo más con los temas de los 80 que con el resto.
Se han cumplido 25 años del mítico disco “Fisherman Blues” y en La Riviera se demostró que sigue siendo el punto de inflexión en la carrera de la banda y lo que la gente espera de ellos.
En resumen, ir a ver a The Waterboys será siempre recomendable a pesar de los inevitables altibajos de su repertorio.