Yo llegue simplemente con ganas de ver cómo es el concierto de una banda mítica del punk rock cuya gira actual es la de su 40 aniversario.
Sólo estaban el bajista (Jean Jacques Burnel) y el teclista (Dave Greenfield ) de la formación inicial. Aunque Jet Black sí grabó las baterías de Giants (último disco del 2012), seguramente sus 73 años de edad le impidieron asistir al evento por lo que un fantástico Jim MacAulay tuvo que cubrirle.
Todo estaba a favor, una sala con un excelente sonido, iluminación sencilla pero potente, un público entregado y cuatro personas en el escenario con ganas de tocar. Además había una ayuda que aunque suele ser importante aquí fue crucial: un técnico de sonido que apoyaba cada uno de los sonidos, cambios y arreglos que The Stranglers producían con una efectividad alucinante.
La verdad es poco grupos pueden presumir de utilizar sonidos más estridentes de teclado, disonancias más imposibles y cruces de guitarra y teclado más raros y que incomprensiblemente queden tan bien. Las cuidadísimas voces de J.J Burnel y Baz Warne hicieron el resto.
El concierto fue un recorrido por toda su discografía reparando más en los grandes exitos (Something better change, hanging around, nice and sleazy, five minutes, etc) que en los temas de su último disco, y hasta nos regalaron una especial versión de los Kinks de All day and All of the night.
Después de todo esto, ahora sí soy un fanático de The Stranglers.