Los miembros de The Gift, en un perfecto español, no pararon de expresar su amor por nuestro país. Sonia Tavares llegó a decir: “Las mejores cosas que nos han pasado han sido en España”.
En una entrevista que publicaron mis compañeros en la sección “musiqueando con…” nos contaban que su intención era hacer de la noche el 28 de Enero en el Price una noche histórica. Reto conseguido.
The Gift siempre han optado por olvidarse de los sonidos de las formaciones tradicionales. Los teclados/sintetizadores y la percusión toman el principal protagonismo para dejar en un importantísimo segundo plano a las guitarras y bajo. Pero el peso del universo de The Gift recae sobre su cantante.
Timbre, resonancia, tesitura, registro… Todos son conceptos que se utilizan para definir y acotar el alcance y la personalidad de una voz. Sonia Tavares se ríe de todo esto. Quienes han escuchado a esta mujer me entienden sin duda.
El concierto lo abrieron con “love without violins”, primer adelanto del disco producido por Brian Eno que está a punto de ver la luz. También tocaron la frenética “clinic hope”, (recomiendo los videoclips de ambos temas) y además nos regalaron, en primicia mundial, la primera puesta en directo de su tercer single, “big fish”, con una espectacular acogida. Pero, evidentemente, el grueso del espectáculo se cimentó sobre los grandes éxitos de su carrera que fueron recorriendo a lo largo de casi dos horas. No faltaron ni los 12 minutos de “the singles” ni la preciosa “front of”, ni por supuesto “in repeat”, que seguirá resonando en la memoria de muchos de los que asistieron al evento.
Por mi cabeza se apelotonaron las sensaciones que en otros momentos me produjeron Siouxie & the banshees, Amy Winehouse o Bjork, siguiendo por Depeche mode y hasta the smiths o Nina hagen. ¡Y mucho más! The Gift deambulan desde lo más clásico a lo más eléctrico, desde lo minimalista a lo épico, del folklore al vanguardismo. Saben crear atmósferas grandiosas y transportarte a los lugares donde a muchos nos gustaría estar no sólo por unos instantes.
El público estuvo entregado desde el primer minuto y, el hecho de estar en un teatro no privó a nadie que así lo quisiera de lanzarse a bailar durante la mayor parte del concierto. The Gift no pararon de animar con Nuno Gonçalves, el “ordenador” de la banda, a la cabeza junto a una inspiradísima Sonia Tavares, que acabó cantando “my way” rodeada por el público del patio de butacas.
Portugal mira gran parte del mundo a través de España. Aquí es raro que nos sepamos el nombre del Presidente de la República vecina.
Partiendo de esta premisa, y extrapolando al plano musical, se puede pensar que es considerable el reconocimiento que ha conseguido The Gift en España. Pero sin duda es mucho menos del que se merecen y del que han cosechado detrás de fronteras mucho más lejanas.
Estamos a principios de año, pero me atrevo a decir que ya he asistido a uno de los mejores conciertos del 2017.
Declaro mi amor eterno a The Gift. ¡Y a Portugal!