Cuando vienen épocas de vacas flacas la industria musical siempre tira de catálogo para no perder comba, agitando la memoria con los recuerdos que tenemos ligados a viejas bandas de rock. No en vano radios como Kiss FM o M-80 nos acribillan las 24 horas del día con éxitos de toda la vida. ¿Para qué innovar?¿Acaso lo nuevo no alcanza a lo viejo?
Si hay una banda cuyo retorno pocos esperaban esa es Tequila. Aunque su legado al rock en castellano es fundamental (¿existe alguna banda de rock que no sea deudora de ellos?) sus miembros nunca habían mostrado ningún tipo de interés por juntarse de nuevo. Así que su vuelta a los escenarios ha sido una sorpresa y una alegría para los que nunca pudimos verles en directo pero hemos machacado nuestros mp3 con sus canciones.
De primeras uno se acerca a esta vuelta con cierto escepticismo. Solo quedan dos miembros originales (Stivel y Rot, el núcleo gordiano) tras la espantada del tercero que sigue vivo (Lipe). Pero ni Ariel ni Alejo son tontos y han sabido rodearse de una excelente banda de acompañamiento formada por Josu García (guitarras), Mac (bajo), Daniel Griffin (batería) y Mauro Mieta (teclados). Músicos expertos que han sabido adaptarse a las vieja canciones tequileras.
A pesar del buen sonido creado el shock que produce ver a Stivel cantar Rock´n´roll en la plaza del pueblo es enorme. A Ariel se le ve sueltísimo, disfrutando como un enano de su papel de guitarrista con su vieja telecaster de los 70. Pero Alejo no termina de convencer; su voz sigue sonando como hace 30 años, que no es poco, y mantiene ese aspecto lánguido de su juventud, un poco Jagger en los movimientos, pero se mostró torpe en escena, poco comunicativo, fuera de lugar. Demasiados años fuera de los focos.
Además algunas canciones han envejecido horrorosamente (Me voy de casa) aunque otras siguen siendo absolutamente relevantes (Las cosas que pasan hoy). Con Nena, Necesito un trago y Mr. Jones la banda muestra todo su arsenal, con un Mac al bajo entonadísimo, tanto por su forma de vivir las canciones como por su estética ochentera. La respuesta del público fue muy positiva en todo momento, con muchas caras conocidas por allí: Fito, Jaime Urrutia, Carlos Tarque (disfrutando en primera fila de los temas), Lichis, Quique González o Coque Malla (desbocado con Me vuelvo loco)
La sensación que queda tras ver a este grupo es que tanta nostalgia empalaga, pero no deja de ser significativo que pocas cosas (solo el rock y el fútbol) son capaces de unir tantas generaciones en una misma actividad. Y que, a pesar de calvicies y canas, tocar rock es el verdadero elixir de la eterna juventud.
Fotos: Nuria Aguilar