Cuando el pop no es sólo una forma de componer la música sino también de sentirla nos encontramos con bandas como Teléfono Rojo, proyecto liderado por Pelayo Fernández que conjuga diversas corrientes en una línea general de optimismo.
Y quizás para empezar a comprender este disco habría que avanzar hasta el final, el último corte, Ser no es la cuestión como filosofía de vida que, irremediablemente se proyecta en el resto del disco.
Que se inicia con una historia contada en dos temas Una vespa blanca y azul y el hombre invisible como continuación. Numerosos guiños retro en la magnífica Aquellos maravillosos años y que los treintañeros como yo les hará sentir algo especial.
Por lo demás sin complicarse mucho la existencia a través de un pop inmediato, a veces surfero y veraniego, tenemos una voz en primera persona para quitarle sombras a los retratos aderezado de algún oportuno toque de humor…tal y como algún hombre del tiempo actual.