14 discos de estudio de Tankard. Nada menos, desde aquel “Zombie Attack” del ’86. Y creo que no me equivoco cuando digo que tienen más álbumes editados que conciertos dados en nuestro país. Realmente es una pena que no recalen tanto en España porque tienen un directo sensacional. Los que hemos tenido la fortuna de verlos en vivo lo podemos garantizar. De todos modos, parece que en pocos meses vendrán a hacer un par de bolos por estas tierras. Los que puedan ir no deben perdérselo.
Pero pasemos a lo que es este nuevo disco de estudio. Un disco continuista, sin duda, y este es uno de los más grandes valores de Tankard: la fidelidad para con un estilo. El estilo genuinamente Thrash germano que llevan facturando desde su comienzo da una estabilidad a su música que se viene transmitiendo a cada nuevo trabajo. Y parece que esto también alcanza a lo que es la formación en sí, que es la misma desde hace más de una década.
Si queremos precisar en este álbum respecto a los anteriores se podría decir que parece, también siguiendo una progresión de sus últimos discos, que ha ganando un tanto en elaboración y matices musicales a cambio de la frescura y desenfado de trabajos más antiguos. Bueno, esto no creo que sea algo fuera de tónica en la trayectoria de la mayoría de bandas. Creo que es normal que un grupo joven despliegue una fuerza que va transitando hacia la técnica según madura. De todos modos, que nadie se asuste; Tankard siguen siendo los mismos y la diversión está garantizada.
El arranque del disco, no obstante, es bastante pausado. 1 minuto y medio que no debe llevar a engaño y que se puede considerar una intro hacia la auténtica “Time Warp”. Entonces llegan las magníficas guitarras de Andreas Gutjahr, los estribillos pegadizos, los cambios de ritmo y los punteos cojonudos… vamos, genuino Thrash.
El resto del “Vol(l)ume 14” ronda por estos derroteros, con la ayuda inestimable del bajo de Frank Thorwarth y la batería de Olaf Zissel. Los ritmos que imponen estos otorgan mucha solidez a los temas. Combinando la particular voz de Gerre a estos ingredientes obtenemos los temazos que componen el álbum. Por ejemplo un “Rules For Fools” muy movido y con unos riffs muy atractivos.
Creo que Tankard consigue hacer temas muy directos y fáciles de oír para el oyente, sin tener por ello que ser composiciones simples. Así, ciñéndose al Thrash y con estructuras clásicas, consiguen canciones muy sugerentes.
Buenos riffs en guitarras rápidas, como en la agresiva “Fat Snatchers (The Hippo Effect)”. O en guitarras más lentas, como en “The Agency”. Así se va luciendo el señor Gutjahr, además de con los magníficos solos que elevan el nivel del disco.
Y sin olvidar la percusión que rompe y rasga de principio a fin, y destaca por su fuerza en momentos de “Rules For Fools”, “Condemnation”, la fulgurante “Somewhere In Nowhere” o “The Agency”, por ejemplo. Una “The Agency”, por cierto, que me resulta el tema menos interesante. Supongo que tuvieron momentos de más inspiración y otros de menos.
De la voz de Gerre, pues poco que decir a estas alturas. Aparte de que no podemos esperar que sea exactamente la misma que grabó “(Empty) Tankard”, pero se mantiene a un gran nivel. Se puede decir, al igual que la música, que ha cambiado un tanto de garra por técnica. Sea como sea, sigue siendo una de las marcas características de la banda.
Tankard sigue facturando temas muy propios y genuinos. Echadle una escucha a las cachondas “Black Plague (BP)” (con ironía en el nombre incluida), “Brain Piercing öF Death” o “Beck’s In The City”.
En la penúltima “Condemnation”, además, se marcan unos coros en el estribillo que compiten con la voz de Gerre y las cojonudas guitarras de Andreas. Y para terminar “Vol(l)ume 14” llega el tema más largo: “Weekend Warriors” (sí, como el de los Maiden, pero en plural). Con un comienzo más denso pero que se acelera apoyado en la batería y un buen riff, hasta el (como no) gran solo de guitarra.
Así pues, un disco de Tankard a la usanza; esto es, magnífico. Si te gusta el Thrash (y más el germano) no puedes saltarte este grupo. Es más, no puedes saltarte este disco. Eso sí, por hacer un apunte a este trabajo, creo que la producción no es todo lo buena que podría y las guitarras parece que suenan un poco bajas. Pero bueno, es por poner alguna pega.