Las "torres de Babel" a las que cantan este grupo afincado en Mallorca poco o nada tiene que ver, musicalmente, con las de Bisbal. Lo de Taifa es hacer el denominado rockandaluz fusionando elementos flamencos con rock añadiendo además algo de electrónica.
"Alhambra" es un disco con fuerza y buenas letras como la canción con el mismo nombre que el disco que es un bello piropo al momumento granaíno.
Otra de mis preferidas es la que abre el disco, "el color de la libertad" o "por un trocito de cielo", quizás las más melódicas que dan paso a otras más duras y pesadas, en clave de rock progresivo, como "nada que perder".
Con una formación que va cambiando sus componentes con el paso del tiempo, Luis Massot a la voz, Martí Riera a la guitarra y Antonio Medina a la batería conforman el núcelo central de Taifa que se ve enriquecido con guitarras y cajones flamencos que perfilan ese estilo cercano a "Medina Azahara", "Alameda" o "Triana" por citar a algunos y que no dejan de lado los elementos de la música andalusí y árabe.
Es un disco homogéneo, intenso, vitalista, que dibuja paisajes y sentimientos transparentes pasando por la oscuridad y las sombras pues la vida a menudo es así. Ilusión, esfuerzo, fusión y, por si fuera poco, la magia de la Alhambra.