Lo de ‘Siempre Así’ es de esos casos en los que podríamos preguntar cuál es el secreto del éxito y, seguramente, nos responderían que con una humildad casi sorprendente, unas letras sencillas pero preciosas, y una unidad indisoluble se llega a cualquier parte. Al menos es esa la sensación que desprenden en el escenario. Desde niño, en los viajes de más de doce horas desde Cádiz a Galicia, hemos escuchado en el coche los discos de ‘Siempre Así’, y eso que en casa no somos nada “flamencos”. Pero hay algo en ellos que engancha, hay algo en sus letras que traspasa. Y hay un buen rollo perceptible incluso sin verlos en directo. Es algo especial que pude comprobar el pasado viernes 9 de agosto en El Puerto de Santa María (Cádiz), concretamente en Puerto Sherry. Días antes llegó a mis oídos que el grupo sevillano ya había vendido más de 1400 entradas. Una locura.
Las puertas se abrían a las nueve de la noche, y nosotros llegamos sobre las diez y media después de algún percance en el taxi. Había cola para comprar entradas, lo que nos hizo pensar que la locura de la que antes hablaba aumentaba. Había varias entradas, una de ellas era la “entrada VIP” por la que pasaba aquel público que había sacado de su bolsillo de 50 a 60 euros (ésta última cifra con cena incluida). El show estaba previsto que comenzara a las once de la noche, y mi fotógrafa y yo estuvimos “inspeccionando” la zona de la actuación un rato. Gracias a nuestros pases de prensa nos dejaron pasar al backstage, donde pudimos perdernos un rato entre los telonores y los propios componentes del grupo ‘Siempre Así’. Se respiraba un ambiente de juerga captable metros antes de la entrada.
La organización del evento nos mareó un poco con los asientos que debíamos ocupar y, finalmente, nos sentamos en las gradas, un poco alejados del escenario, motivo por el cual no pudimos hacer buenas fotos.
A las once comenzó el show con un grupo de teloneros acompañados de una caja y una guitarra, y cuyo instrumento principal eran tres voces masculinas. Cantaron unas seis o siete canciones que el público bailó y cantó. A eso de las once y veinticinco minutos se despidieron para dar paso a un segundo grupo de teloneros, más flamencos incluso que el anterior, cuya voz principal era femenina, acompañada de dos voces masculinas, y algo mejor que los anteriores, a nuestro parecer.
Los nervios acaecían y mientras contemplábamos un escenario grande y un puerto de barcos de fondo. La noche prometía.
A las doce menos diez de la noche se despidieron ambos grupos de teloneros, que se juntaron para tocar un popurrí de míticas canciones que todos conocíamos, con un aire muy flamenco: La chica Yeyé, Estando Contigo, Limón Limonero y Tómbola, entre otros.
Y, por fin, a las doce en punto aparecieron los integrantes del grupo. Minutos antes la banda estaba preparada tras los ocho micrófonos de los vocalistas del grupo. Comenzaron con Todo Lo Que Ha Llovido, algo que entendimos un homenaje a estos veinte años de carrera llenos de éxitos. Siguieron con Vivir y Amar y Todo de ti me enamora.
El grupo se presentó y se sintió muy agradecido con la localidad portuense, ciudad a la que guardan mucho cariño, ya que, como ellos mismos afirmaron “aquí hemos vivido los mejores momentos de nuestra carrera musical”. Durante todo el concierto nos hicieron partícipes de las canciones y de los momentos más divertidos de la noche. “Qué será lo que me pasa cuando El Puerto huele a flores” llegaron a recitar en una de sus canciones más conocidas: Qué Será de Mí.
Para Volver a Volver, Te Estoy Queriendo Tanto, un popurrí de canciones infantiles (Don Pepito, Don José; Susanita, La Gallina Turuleta…), La Puerta Abierta, o su tema más mítico, Si Los Hombres Han Llegado Hasta la Luna, fueron algunos de los temas que más emocionaron al público, que no paraba de cantar y bailar con ellos. Incluso durante una sevillana, el público la bailó con sus cuatro partes, pese a la multitud que se percibía. Versiones como La Vida En Rosa, Sobreviviré o A Mi Manera (con la que terminaron el concierto, y la cual cantaron en dos ocasiones) también estuvieron presentes.
Después de dos horas (más la primera con los teloneros) de show, se despidieron “hasta siempre” y dejaron al público con un muy buen sabor de boca y pidiendo “otra, otra”.