Joy Eslava22-11-2008
El viernes desayunábamos con la noticia del cierre (esperemos que temporal) de la sala la Riviera, lo que ponía en serio peligro la celebración del concierto de Sidonie. Gracias a las rápidas gestiones de la banda y de su agencia de management, Attraction, el concierto finalmente se pudo celebrar en la sala Joy Eslava, más pequeña que la Riviera (estuvimos como sardinas) pero con un sonido mucho mejor.
Tras la aparición de Carlos Cross, a quien no pudimos ver, ocuparon la escena Sidecars, dignos sucesores de todas esas bandas de La Alameda de Osuna que han llenado, y llenan, el espacio musical rockero de este país. La banda, que atrajo a bastantes seguidores, sonó como un tiro, y demostró que conocen bastante bien los trucos del rock. No todo es música, también hace falta tener pose y descaro. Su primer largo es una colección de hits que fueron convenientemente desgranados por los madrileños, con Juancho y Manu como estrellas. A pesar de la bola mediática que se le ha dado Juancho, por su hermanísimo, y por lo bueno que es, Manu es otro crack de las 6 cuerdas, y del postureo. Un excelente guitarrista, que además apoya a Juancho con unos coros muy certeros.
Con el ambiente caldeado llegó el turno de Sidonie. Un grupo que ha demostrado una característica muy importante en la música, que son una banda de largo recorrido. Tras unos primeros discos llamativos, pero poco contundentes, con su cuarto trabajo, “Costa Azul”, han dado el do de pecho. Un disco redondo, hermoso, en donde los estilos no marcan las canciones, sino que las necesidades de éstas van incorporando sonidos diversos. Todo es se plasma en un directo magnífico, con los tres sidonies apoyados por percusiones, guitarra, teclados y pedal steel. El concierto se centró sobre todo en las canciones de su último disco, destacando “Costa Azul”, “Sylvia”, “Nuestro baile del viernes” y Los olvidados”. Mención aparte merece la interpretación de “El giraluna”, con una performance muy adecuada. La que no sonó tan bien fue “Dandy del extrarradio”, en donde la voz invitada de Carlos Cross desmereció bastante tan magnífico tema. La banda también tuvo tiempo para momentos psicodélicos, con un sitar en escena, y para invitar a sus colegas de Pereza a cantar “Fascinado”, uno de los himnos de la banda al cual los madrileños aportaron poco.
Para el fin de fiesta la banda se bajó al foso para interpretar a capela, con acústicas, acordeón y pandereta, “Todo lo que nos gusta”. Sidonie se despide de una gira completísima, pero seguro que vendrán más conciertos memorables.
Fotos: Mercedes Espinosa García