Es difícil hablar de Sidecars sin hablar de Pereza por la estrecha relación y similitud en el estilo que guardan ambas formaciones. Si a eso le unimos que su vocalista Juancho es hermano de Leiva (de ahí el parecido en el registro de voz) y que el propio Leiva produce el disco el resultado por tanto es rock and roll apoyado en letras directas y cierto aire de descaro.
Recuerdo verlos como teloneros, precisamente de Pereza, en Sant Vicent del Raspeig (Alicante) compartiendo además teclista, Cesar, si no recuerda mal… Me causaron muy grata impresión, rock con fuerza, canciones con melodía y cumplieron sobradamente su papel de telonero aquella noche. Consiguieron que retuviera su nombre y cuando escuché el disco confirmaron esa impresión.
De noches intensas con sus mañanas de resaca, historias sobre lo efímero de las cosas y el amor versan letras de unas canciones que buscan resuenen su melodía en tu cabeza y recuerdes pronto su estribillo como en "No tengo problemas" donde además aparece en los coros…¿quién? pues sí, Miguel Leiva.
A veces la popularidad de un grupo y/o un estilo lleva consigo reproducciones y similitudes que no por ello signifiquen imitaciones. Quizás es una estrategia o coincidencia natural, el caso es que Sidecars conjuntan un disco de fácil consumo, de buen desarrollo sobre el escenario y esperaremos con curiosidad cómo continúa su carrera musical.
Canción destacada: El jugador