Así arrancó el esperado concierto de Rosalía en Sevilla el pasado jueves 28 de septiembre en el CAAC
Si tú supieras, compañer@…el ambiente que se respiraba… La cantaora catalana fue capaz de congregar, junto con su compañero Raül Refree, al público más diverso. Hombres y mujeres que superaban los 70 años, niños que no llegaban a los 5 años, hombres vestidos de mantilla, bandas procedentes de todos los estilos musicales de la escena sevillana… compartieron entre ellos el respetuoso silencio que la voz de Rosalía y la guitarra de Refree invocaban en el público.
Cada minuto de espectáculo que ofrecieron fue atesorado por cada asistente durante las 12 canciones del show. Rosalía y Raül venían presentando su disco debut «Los Ángeles», un álbum cargado de crudeza y solemnidad. Durante el espectáculo del 28 de septiembre, la ciudad de Sevilla se inclinó ante la artista que, no solo emocionó con las canciones de su primer trabajo de estudio, sino que se atrevió con «Aunque es de noche» una poema de San Juan de la Cruz que ya cantó Morente en su día, o «Que nadie vaya a llorar», de Manuel Molina.
Hubo momentos de absoluta solemnidad y silencio sepulcral en el público, cuando la cantaora se puso en pie a cantar «Por mi puerta no la pasen» o «Catalina».
El silencio entre los asistentes se rompe cuando Rosalía termina «La hija de Juan Simón» y agradece a la organización, a Raül y a Sevilla, emocionada. El público aplaudió y vitoreó a la artista como si hubieran estado aguantando las ganas de hacerlo durante el resto del concierto. Al terminar la décima canción del show «Por castigarme tan fuerte», Rosalía y Refree bajan del escenario durante unos minutos y vuelven entre vítores, vivas y ovaciones, a despedirse de un público entregado con «Que nadie vaya a llorar» y, por último, «De plata». El final del espectáculo corrió a cargo de las palmas y oles de los asistentes, y las reverencias de dos grandes artistas que Sevilla espera de nuevo con entusiasmo.
Si tú supieras, compañer@…
FOTOGRAFÍAS: Curro Donaire