JACCO GARDNER + RAMÍREZ
Allá por los años 70, el mundo de la música miraba hacia Sevilla y aquello que se conoció como “rock andaluz”: bandas como Smash, Alameda o Triana mezclaban la tradición local con el aire de psicodelia que llegaba de los países anglosajones. Aquello fue toda una revolución que, 40 años después, parece haber echado raíces en la ciudad. Solo así se explica que un miércoles de enero, cerca ya de la medianoche, la Sala X (una vez más, todo un bombón para los grupos debido a la calidad del sonido de la sala, y un merecido éxito al arriesgarse a programar estos grupos y ver la respuesta del público) registrase un lleno total para ver al nuevo príncipe de la psicodelia: Jacco Gardner. Sí, definitivamente Sevilla sigue siendo psicodélica y lisérgica y, a buen seguro, los Gualberto García, Julito, hermanos Marinelli, Jesús de la Rosa y demás tienen gran parte de culpa.
Con los primeros compases instrumentales de Clear the air (eso es empezar por todo lo alto), canción que abre “Cabinet of curiosities” (Trouble in Mind Records, 2013), aparecían Jacco Gardner y su banda; una banda de las que uno sabe que se han pateado mil y un escenarios durante años. Una banda en la que destaca sobremanera Ben Rider a la guitarra, todo virtuosismo sin caer en la pesadez de solos interminables (e infumables).
Durante toda la noche se fueron intercalando temas del mencionado primer disco como del reciente “Hypnophobia “(Full Time Hobby Records, 2015), secuenciando con inteligencia aquellos más psicodélicos y desarrollos más largos con las canciones más pop. Y todo esto, con un público entregado jaleando todas y cada una de las canciones, ante el asombro del propio Jacco .
Jugando con el uso de efectos y reverb en la voz, la banda se encontró “jugando en casa” y alternaba momentos de intensidad protagonizados por el teclado, guitarra y sintetizador (Another you, Notus, Before the dawn convenientemente acortada) con otros donde las armonías vocales nos recordaban lejanamente a unos Zombies o Beach Boys (Outside forever, la aclamada Find yourself o la preciosa y delicada Where will you go).
Todo un éxito, seguramente inesperado tanto por el grupo (“Sevilla is much cooler than Madrid”) como por el público, en una noche que pintaba fría y acabó bañada en sudor y psicodelia, mucha psicodelia.
Antes que la banda holandesa, el valenciano Ramírez tuvo 20 minutos para demostrar las muchas bondades de su “Book of youth” (Demian Records, 2015) (nota: aprovechad las rebajas que hay en la web del sello para haceros con el LP, no os arrepentiréis). Un talento oculto, con influencias del folk británico (¿soy el único que se acordó de Nick Garrie?) y bandas como East River Pipe o Magnetic Fields.
Una voz muy personal que llenó la sala sin más acompañamiento que su guitarra y un pc. Tuvo además a bien regalarnos una preciosa versión de Marc Jonson, Suddenly sunshine que encajaba como anillo al dedo en su cancionero y que estará en su próximo single, producido por Ken Stringfellow. Un mini concierto delicioso que nos dejó ganas de mucho más .
Fotos: Lidia de Dios