Los dos raperos madrileños certificaron el pasado viernes su futuro en el rap madrileño y, por ende, en la escena urbana nacional. Los dos están dando pasos agigantados en sus respectivas carreras musicales, en las cuales solo ellos mismos pueden ponerse límites. Después de varios años haciendo música por pasión (algo que se echa de menos hoy en día) empiezan a ver sus frutos. Se puede decir que consiguieron el pasado viernes lo que soñaban desde hace años: llenar una sala de la capital, en este caso la Sala Shoko, organizado por la compañía No Art Factory.
Con la sala abarrotada, Selecto Picasso salió al ruedo como quien sale a comprar el pan. Una tranquilidad absoluta como el que lleva años en esto. Comenzó su show con Miedos, versión propia del mítico Ruidos, tema de un joven C.Tangana (o Crema) que se ha convertido en referencia para muchos, entre ellos Selecto Picasso. Además pudimos ver lo que ya son considerados himnos por muchos de sus fans, como Filosofía de Acera, Corriendo Palante, Chulo y Wapo o Todo Vuestro. También contamos con la presencia de raperos importantes, como Soukin con su colaboración 24horas, y raperos que asoman la cabeza en una escena repleta de talento, como es el caso de J Battle con su colaboración Pensándote. Además, también pudimos ver a Burgas Vandal cantando Signos junto a Gonzalo. Especial mención merece su canción Voy a poner a Madrid a llorar, con Sadly, el tema más emotivo de la noche. Su capacidad y sus ganas se ven en las letras y ritmos que usa, adoptando un estilo más oscuro y moderno en este último año, pero manteniendo la esencia que vimos en temas que marcaron su carrera, como Back in the Days, publicada hace ya más de seis años.
La segunda parte del concierto la protagonizó Sosad 97. El rapero de Alcalá de Henares vive el mejor momento de su carrera, y eso se notó en el ímpetu y la actitud que vestía al salir al escenario. Decía durante el concierto que nunca supo qué hacer con su vida, ya que nada le motivaba, hasta que encontró en el rap una vía de escape. Sin duda define el “hacer las cosas por pasión”, incluso sin esperar recompensa. Sin embargo, la recompensa no ha tardado en llegarle, como pudimos ver el pasado viernes. Cantó canciones de su primer álbum, Ganzúa, como Desayuno, Reglones Torcidos o Planes, esta última provocando una marea de flashes para alumbrar al protagonista. Otros temas levantaron a los espectadores, como Viajes Caros, Tentaciones, Llamadas Perdidas o No Fame. Vimos también su colaboración Respira con Selecto Picasso, canción esperada por todo el público, además de su colaboración con Miranda, titulada Huecos.
Algo están haciendo bien los dos raperos para estar donde están actualmente, teniendo en cuenta varios factores que les diferencia frente a muchos otros artistas: primero de todo, empezaron a hacer música sin esperar nada a cambio, algo que echamos de menos entre tanta sobreexplotación del rap y su potencial beneficio económico actualmente. Y segundo, tuvieron claro desde el principio que la música no es un sprint y ya consigues resultados inmediatos, no son los 100 metros lisos. Aceptan que han elegido correr una maratón hacia el éxito, una carrera sin fondo.