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SAMAEL + MELCHESH EN LA DURANGO (MELIANA – VALENCIA). GIRA LUX MUNDI.

Poradmin

Oct 16, 2011
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La gira Lux Mundi de Samael recalaba en Valencia. Concretamente en Meliana, en la sala Durango. Junto a Melechesh y Keep Of Kalessin y un par de bandas más (Noctem y Six Reasons To Kill) para casi cerrar la gira Ars Mundi que les ha llevado por buena parte de Europa en las últimas semanas.

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Pues bien, allí me presenté a ver lo que nos ofrecían estos caballeros, aunque bien es cierto que sólo pude acudir para los dos últimos conciertos. A Noctem y Six Reasons To Kill no tenía el placer de conocerlos previamente, pero Keep Of Kalessin me resultaban lo bastante atractivos como para querer verlos de nuevo, después de varios años desde la última vez que tuve la oportunidad como teloneros de Satyricon. En fin, que finalmente no pudo ser y me quedé con las ganas, aunque por lo que oí por la sala posteriormente, parece que sonaron demoledores. Pues eso, que otra vez será…

 

Así pues pasamos directamente a lo que fue la actuación de Melesech. Una banda formada en Jerusalén pero que no se podría considerar exactamente israelí (ni palestina, claro). Sus miembros son de diferentes etnias y están afincados en holanda.

 

La actuación arrancaba a las 10, con la formación sobre las tablas preparada para hacer valer su propuesta de Black / Death con reminiscencias Folk de oriente medio.

 

Melechesh Ashmedi, Moloch, Xul y Rahm con los amplis a tope para arrancar con “Illumination: The Face Of Shamash”, de su último Lp “The Epigenesis”. Ya desde un primer momento quedó de manifiesto el profundo ambiente étnico que acompaña al Metal que facturan y que venía a traducirse en unos ritmos muy atractivos para nuestras orejas.

 

Por cierto, que Moloch apareció con la camiseta quitada y enrollada en la cabeza como si fuese un pasamontañas. Un aspecto un tanto curioso y que, obviamente, no duraría mucho en cuanto se pusiera a moverse y pasar calor sobre el escenario.

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Melechesh, con más de 15 años de carrera, tienen su público y alguna parte de él se encontraba en la sala, sin duda. De entre los cientos de concurridos, unos cuantos se encontraban totalmente entregados a los acordes de la banda y el resto, pues creo que satisfechos con lo que nos ofrecieron.

 

“Sacred Geometry” continuaba con “The Epigenesis” que, a la sazón, copó la mitad del setlist de la noche. Esta continuaba por los derroteros de la previa, aunque algo menos tribales. Con Ashmedi ciertamente desgarrador a las voces y unos cambios de ritmos marca de la casa, muy trabajados y soportados en la batería de un Xul al que se le encontraba bastante cómodo en su puesto.

 

Y desgarradores continuaron con “Deluge Of Delusional Dreams”, con la sala ya prácticamente repleta y expectante.

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Tras estos tres temas se permitieron la licencia de un pequeño respiro que también aprovechó Ashmedi para saludar a la peña reunida en la Durango. Con una presencia que llenaba el escenario y que armonizaba con la voz brutal, presentaba “Ladders To Sumeria”.

 

Las guitarras de Moloch y el propio Ashmedi arrancaban con un trepidante ritmo muy Black que acompasaba con la enorme batería de Xul y el moshing de los músicos. Un moshing, por cierto, que eché un poco en falta abajo del escenario. Más aún tras el breve solo de guitarra que se marcaron a toda velocidad.

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Los continuos cambios de ritmo e incluso los coros brutales de Rahm terminaron por hacer de este un tema muy “completo” que fue de los que más disfruté de su repertorio.

 

Más breve pero igualmente fulminante resultó “Grand Gathas Of Baal Sin”, ya con Moloch aireando su calva (era de prever que no terminara el concierto con la camiseta en la cabeza) y con Rahm a las voces. Y con Ashmedi quitándole la baqueta a Xul para marcarse un punteo con el que remataba el corte en un alarde más vistoso que otra cosa, la verdad. Pero bueno, también se agradecen que de vez en cuando se salgan un poco del guión.

 

Realmente estaba siendo un buen show. No sé si estaban en la línea de sus conciertos habituales porque era la primera vez que veía a Melechesh en vivo. El caso es que me gustaba lo que oía. No sé si gustó por igual a todo el mundo porque, como decía, no se notaba demasiado movimiento entre el público. Creo que reinaba una “contemplación expectante” que podríamos llamar, más que el fervor. Pero bueno, ya digo que objetivamente creo que fue un buen concierto.

 

Precisamente la siguiente en caer me pareció la menos jugosa de las elegidas para el setlist: “Triangular Tattvic Fire” quedó un tanto lineal y sonó como un preludio hacia un final que sí levantó más pasiones.

 

“Ghouls Of Nineveh” concluyó el particular repaso de la noche a “The Epigenesis”. Un corte largo, reiterativo, con bastante pose Pagan pero con mucho feeling. Gracias en parte precisamente a ese halo Middle-East Folk que envuelve de por sí a Melechesh (y no sólo a su música). Un tema que podría hacerse un tanto pesado a priori pero que sonó estupendo, cautivador y donde se potenció justamente la esencia de Melechesh más allá de la brutalidad de su música.

 

Ashmedi volvió a agradecer la presencia de fans y aficionados y así enfilaron los últimos minutos de su tiempo dando rienda suelta a “Rebirth Of The Nemesis”. Arrancando con un sonido más genuinamente Black, aunque pasó a impregnarse poco a poco de ritmos más étnicos.

 

Por fin apareció un circle-pit frente al escenario. Supongo que muchos esperaban este corte en concreto porque no creo que sonara muy por encima que el resto del repertorio. Si bien es cierto que acabaron muy fuerte para dejar un buen colofón a los 45 minutos de música que nos habían ofrecido.

 

Así abandonaron el escenario Ashmedi, Moloch, Xul y Rahm dejándonos una grabación con música oriental que escoltó su retirada, junto con buenas sensaciones respecto a su actuación y un intenso olor al incienso que ardió en el escenario mientras tocaban.

 

Tras un breve descanso para cambiar equipos y, en caso de los asistentes, tomarse una birra, llegaba el turno de Samael.

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Tengo que reconocer una cierta predilección por este grupo que, sin embargo, ha hecho temas (si no discos) que directamente me aburren. Pero, pese a todo, suelo estar bastante atento a lo que hacen y me intereso por escuchar todo aquello que sacan. No sé si es que me queda subconscientemente la esperanza de un nuevo “Ceremony Of Opposites” u otro “Passage” (sí, me gustan los dos. ¿Qué pasa…?), pero el caso es que ya los he visto en directo unas cuantas veces, auspiciado por ese interés.

 

En fin, que aquí estábamos de nuevo con todo preparado para ver a los suizos, cuando conectan un proyector que empieza a emitir imágines de video que se veía que iban a acompañar a la banda según tocaran los temas. Esto siempre lo hacen así que no es ninguna novedad. Y no queda nada mal para ambientar un poco más.

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Con las imágines ya funcionando se hicieron presentes sobre las tablas los integrantes de Samael. Vorph enfundado en un peculiar traje de cuero rojo, el resto de clásico negro, y sin más dilación empezaron con “Luxferre”.

 

Este es el tema que arranca “Lux Mundi”, el disco que da nombre a la gira, y cuya crítica podéis leer aquí: http://www.musiqueando.com/content/view/2952/34/.

 

Seguramente será el mejor tema del Lp y lo inicia con mucha fuerza, exactamente como hizo con el show; pese a que la peculiar voz de Vorph se vio un poco tapada de principio.

 

Hubo que esperar hasta mediada la siguiente “Rain” para que Xy le diera caña a la batería que tenía montada al fondo del escenario. El primer tema y gran parte de este, así como la mayoría del resto del recital, actuó como teclista y metiendo la percusión programada como en una caja de ritmos. Desde luego, cuando cogía las baquetas el sonido era totalmente distinto, se diferenciaba perfectamente la batería real y la virtual.

 

El set lo componían un par de timbales, un golliat y la caja junto a tres platos. Y no, no llevaba bombo (conozco a más de uno que se echaría las manos a la cabeza al oír esto sobre un grupo de Metal). Eso sí, no se trataba de una batería sintetizada como les he visto en otras ocasiones. Pero vaya, parece que Xy se las trazaba bastante bien y se encontraba cómodo con lo que tenía. Al fin y al cabo es quien escribe las canciones junto a su hermano Vorph y también produce los discos.

 

Entre un tema y otro la banda paraba unos instantes para recuperar y se creaban unos momentos de distensión un poco desangelados. Vorph solucionaba algunos de ellos hablando al público en un castellano chapurreado que en algunos momentos mereció algunos aplausos por parte de la concurrencia. Todo un detalle, desde luego. Básicamente agradecía la presencia de los congregados y presentaba el tema siguiente. Como “Baphomet’s Throne”.

 

Para muchos el mejor tema de Samael. Muy esperado y con una fuerte carga simbólica, toda vez que el estilo musical, letrístico e incluso estético que la banda hacía en aquella época no tiene ya mucho que ver con su historia más reciente.

 

Yo pensaba que esta sonaría más entrada la noche y tenía muchas ganas de oírla. Con la videopantalla ofreciendo imágenes de un pentáculo y del Baphomet, el corte sonó bien, pero tenía mejor recuerdo en actuaciones pasadas. Creo que podían haberle sacado más jugo a un corte tan significativo en su discografía.

 

No obstante, parte de los fans comenzaron a agitarse más entusiasmados. Más acordes con el ágil y dinámico Mas que, con su bajo al ristre, no dejaba de saltar en los compases iniciales y no lo haría en el resto del show. Makro más estático, aunque con una pose muy “metalera” y centrado en su trabajo.

 

“Of War” dejó claro que en esta noche caerían un puñado de temas de “Ars Mundi”. Era el álbum que presentaban, pero las opiniones se me antojaban divididas en el foso: algunos estaban de acuerdo con las canciones del nuevo disco y otros preferían tiempos pasados. Pero bueno, el setlist estaba ya elegido y esto era lo que había.

 

Un tema que sonó con un arranque atronador, pero que se diluyó un tanto en los sonidos programados. Luego le tocó el turno a “Slavocracy”, que también dejó patente que en esta noche se repasarían todas las épocas de la banda, saltando de una en otra sin prejuicios. Esto sí que me pareció una gran idea. No sé los demás, pero yo la agradecí.

 

Incluso el “Reign Of Light” estuvo presente con el tema que le daba nombre. Ya con Vorph despojado de la chaqueta de cuero con la que estaría pasando una calor tremenda.

 

Y hasta el “Worship Him” reencarnado en la “Medieval Prophecy” compilación de 2008 se rescató del olvido cuando sonaron los primeros acordes de “Into The Pentagram” en las guitarras de Vorph y Makro. De hecho la presentación que hizo el vocalista era de un tema “muy Heavy y muy oscuro”. Sin duda que lo fue. Un tema del pasado más profundamente Black de la banda. Revisado, eso sí, pero no dejaba de ser el “Into The Pentagram” que muchos de sus acólitos esperaban que sonara.

 

De hecho, luego le tocó el turno al “Flagellation” del “Ceremony…” que permitió que la banda siguiese sumergida en los sonidos oscuros, auspiciados por los ritmos de Xy; mayoritariamente electrónicos.

 

Con la peña más enganchada al show y la banda dando las gracias a todos por apoyar a Samael y al Heavy Metal en general, le tocó el turno a “Western Ground”, con el grupo haciendo valer la experiencia acumulada en toda la gira.

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Y vuelvo a comentar lo incansable de Mas que no paró de saltar y moverse en todo el tiempo que estuvo sobre la tarima. Así acabó sudando a mares en los últimos temas.

 

Como mencioné antes, el setlist brincaba de un disco a otro dentro de toda la trayectoria de la banda. Alternaban épocas y esto les dio buen resultado en el global. Ya digo, incluso tocando discos con los que no comulgo. Eso sí, todo ello pasados por la máquina que actualizaba los sonidos a su era actual.

 

Con más de la mitad de su tiempo transcurrido se volvió a retomar “Ars Mundi” con una terna a cargo de “Soul Invictus”, “In The Deep” y “The Truth Is Marching On”. En la primera pareció que se volcaban de sobremanera. Pareció que fuese un tema particularmente importante para ellos. Sonó con unos ritmos muy marciales y la característica voz áspera de Vorph muy envolvente, pero para mí es un corte que no me dice demasiado, la verdad.

 

“In The Deep” sonó mejor, con un buen trabajo de Xy. El público algo dividido entre algunos activos y otros bastante contemplativos. Pero también tengo que decir que era muy difícil mantener la vista fija (sobre todo en las primeras filas) con las incesantes y brutales ráfagas de varios y potentes focos estroboscópicos que nos tenían al borde del ataque epiléptico a la mitad del público. ¡Por dios, quién ha pensado que esto era bueno para un concierto Heavy!!!

 

Aumento de dioptrías aparte, “The Truth Is Marching On” posee un espectacular final que sonó muy bien, después de que presentaran el tema como “una máquina de matarrr”.

 

Bueno, sí es verdad que en medio de esta terna sonó el “Shining Kingdom” del “Passage”. Para mí un temazo y creo que, con un buen nivel por parte de la banda, el público lo disfrutó.

 

El final anunciado lo puso “Infragalaxia”. Un corte muy electrónico y tal vez demasiado ambiental y largo. No creo que resultara el mejor de los colofones para un show de Metal, ni siquiera para una banda tan electrónica como Samael.

 

Pero bueno, todos sabíamos que no era el final. A los pocos instantes de que Samael se retiraran del escenario, Xy volvió para marcarse un solo de teclados que sirvió de “marcha” para que los compañeros retomaran sus posiciones.

 

“Ceremony Of Opposites” sonó añeja y potente, con una parsimonia en su ritmo que resultaba un tanto distante al estilo general que imperó en el concierto. Pero esto no quiere decir que sonara mal ni mucho menos.

 

Vorph dejó la guitarra a un lado para “Antigod”. Cayó bastante bien, que es precisamente lo que se esperaba de un bis. Y el final fue para “My Saviour”, por supuesto. El tema que suele cerrar sus conciertos y que no falló, como si de una declaración de intenciones se tratara (se recomienda leer la letra). Ruda y contundente hasta el final en el que dejaron un sampler con la base del tema funcionando mientras los cuatro músicos se retiraban entre aplausos y saludos por parte de los más incondicionales.

 

Así remataba el tiempo de los helvéticos y el concierto en total. En fin, un buen rato de música en vivo con unos cuantos grupos de sonidos extremos que, en más o menos, deleitaron nuestros oídos por unas horas. Ah, y gracias a Félix y Pentagram Prod. por organizar el evento.

 

Nos vemos en la próxima.

 

Salud!

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