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Sabina abre su corazón en Sevilla y sale por la puerta grande de la Maestranza

PorJosé Segura

Sep 3, 2025

La puntualidad también puede ser poética. A las 21:10, apenas diez minutos después de la hora prevista, Joaquín Sabina irrumpía en el escenario de la Real Maestranza de Sevilla bajo los vítores de un público entregado. Antes que él, su magnífica banda ya había tomado posiciones; después, el de Úbeda, con la emoción intacta pese a los años, abría fuego con “Lágrimas de mármol”, “Lo niego todo”, “Mentiras piadosas”, “Ahora que…” o una muy celebrada “Calle Melancolía”, de la que confesó ser una de sus primeras composiciones y que durante mucho tiempo había permanecido ausente de su repertorio.

El cantautor no tardó en agradecer el recibimiento de Sevilla, ciudad en la que actuará tres veces dentro de su gira de despedida, y cuyos conciertos colgaron el cartel de no hay billetes desde hace semanas. “Y hacerlo en un lugar tan especial como la Maestranza”, subrayó, consciente de la magia de una plaza que anoche se transformó en templo de canciones.

El repertorio creció en intensidad con himnos generacionales como “19 días y 500 noches” y “¿Quién me ha robado el mes de abril?”, esta última dedicada con cariño a una sobrina presente entre el público. Después, con “Más de cien mentiras”, llegó la oportunidad de presentar a su banda “de quilates”, como él mismo la definió. No tardaron en brillar: Mara Barros emocionó con “Con dos camas vacías”, evocando a la trianera María Jiménez, que tan bien y tanto cantó las canciones de Sabina; mientras que Jaime Asúa tomó el micrófono para desatar complicidades con “Pacto entre caballeros”.

De nuevo bajo su inseparable bombín, Sabina reapareció para regalar otra tanda de joyas. “Dónde habita el olvido”, “Peces de ciudad” o “Una canción para la Magdalena” hicieron vibrar a la plaza, antes de un sentido homenaje a Chavela Vargas con “Por el bulevar de los sueños rotos”. También sonó con fuerza “Y sin embargo”, inspirada en la copla Y sin embargo te quiero, que tuvo una segunda vida en la voz de Mara Barros.

Parecía que todo terminaba con el clamor de “Noches de boda” y “Y nos dieron las diez”, pero el viejo ritual del falso adiós dio paso a un regreso doble. Primero la banda, con Antonio García de Diego interpretando “La canción más hermosa del mundo”; después el propio Sabina, que puso el broche a la noche con tres piezas incontestables: “Tan joven y tan viejo”, “Contigo” y “Princesa”.

Las imágenes proyectadas en el fondo del escenario, junto cada canción, eran simplemente impresionantes, llenas de color y detalle que capturaban la esencia de cada tema. Realzaban cada momento del concierto, haciendo que la música de Sabina se sintiera aún más viva y emotiva.

A las 23:10 se apagaban las luces tras dos horas de música, confesiones y complicidad en un enclave irrepetible. El público salió emocionado y satisfecho, consciente de haber asistido a una velada única con un Sabina cercano, generoso y entregado, que a sus 75 años sigue confirmando por qué es uno de los grandes cronistas de la vida en castellano.

Más allá de su voz rasgada o de su inseparable bombín, Sabina conecta porque sus letras hablan de todos: de amores perdidos, derrotas hermosas y noches que se recuerdan siempre. En la Maestranza, esa comunión volvió a hacerse evidente: padres e hijos, jóvenes y veteranos, cantaban al unísono versos que ya forman parte de la memoria colectiva. La vigencia de sus canciones demuestra que su obra no pertenece solo a una generación, sino a varias, unidas en el mismo latido.

Fue un arranque de altura para las Noches de la Maestranza, un festival que se ha consolidado como cita imprescindible no solo en el calendario cultural andaluz, sino también en el nacional, gracias a una programación de primer nivel, una organización impecable y el incomparable marco de la plaza de toros sevillana. No es casualidad que la gira de despedida de Sabina haya escogido este escenario para un triple lleno absoluto. Anoche, Sevilla se rindió a su poeta más canalla, y Sabina salió, como no podía ser de otra manera, por la puerta grande de la Maestranza.

Un comentario en «Sabina abre su corazón en Sevilla y sale por la puerta grande de la Maestranza»
  1. Qué maravilla esta crónica! Me encantó cómo describe la conexión entre Sabina y el público, esa energía en la Maestranza es palpable. Los detalles de las canciones y la atmósfera son geniales. Un homenaje perfecto a una artista que nunca baja de nivel.zorse
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