El festival “Sevilla Suena”, una apuesta musical que durante los meses de Octubre hasta Junio se desarrollará en algunos de los mejores espacios escénicos de la ciudad, citó el pasado jueves en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo a la manchega María Rozalén, que dejaba su voz tan personal y su sentido del humor como el sello de su característico estilo. Trajo canciones de su primer disco “Con derecho a…” y temas de su nuevo trabajo, “Quien me ha visto…”
“Ahora” fue la encargada de abrir la noche, sobre las diez y cuarto, con un aforo que entusiasmado llenaba casi al completo el recinto de la Cartuja. Rozalén, siempre con Bea, quien le acompaña interpretando sus canciones al lenguaje de signos, ofreció un espectáculo que fue una delicia sobre todo, por su buena música, por una excelente banda acompañante, sus buenas letras combinadas con la gran idea de la traducción al lenguaje de signos y la gran carga humorística que la caracteriza, con la que deleita al público y que hace que todo confluya en un concierto inolvidable.
Rozalén es una de esas artistas a las que hay que pararse a escuchar, sobre todo cuando reconoce a su público que ciertas cosas de su vida las llevó regular durante algunos años y la sensación de ver al público sobre el escenario, le resulta flipante. Precisamente “Somos”, una cumbia que dice muchas verdades o una canción terapia donde reconoció que habla más de ella que nada, autodefinida como progresivamente tradicional. Y así la noche surgió, entre canciones y guiños, como el que le dedicó a Joaquín Calderón, un cantautor sevillano que le enseñó mucho de lo que sabe en “Será mejor”, una canción que habla de los mitos que pueden volverse humanos y a Alcalá de Guadaíra, donde se moldeó medio disco. “Photocall”, todo un espectáculo, “Para los dos”, una delicia de letra y de sentimiento y el momento especial con la subida de los niños al escenario para cantar con ella “Las hadas existen”.
Con sus característicos comentarios entre canciones, la magia de Rozalén legó a su punto más alto con la complicidad del público, que totalmente en silencio, recibió a “Berlín”, tema que aparece en la banda sonora de la película “Perdiendo el Norte” y que habla de ausencias, de exilios forzosos y de amor a distancia, y recuerda a lo que nuestros padres hicieron años atrás. Para mí, la mejor canción de la manchega.
Y “la Belleza”, todo un homenaje a Luis Eduardo Aute, con el público entregado, su sentido del humor, sus comentarios y sus letras, su estilo tan propio y esas manos de Bea contando todo lo que se canta. Una noche especial sin duda, como lo es María Rozalén.