El primer LP de Reikiavik reúne un buen puñado de canciones que te exigen varias escuchas sin que esto sea, ni mucho menos, un aspecto o crítica negativo del disco.
Las varias escuchas es por la facilidad que tiene el disco por hacer que te evadas. Una voz amable, letras versátiles y melodías bien vestidas que en cojunto sí que transmiten cierta frialdal y nostalgia (como bien vaticina Plan de Despedida número 1). Con excepciones porque Daño Universal y su cambio de ritmo así como una voz que pasa más al ataque apoyada por los teclados parece echar por tierra que Reikiavik sea un disco tranquilo y reflexivo.
También nos despiertan del ensimismamiento general las trompetas y coros de Alrededor de la tierra (mi preferida) y la cercanía de Puede Ser donde los sentimientos se muestran de una forma más tácita con intimidad y con buen acompañamiento guitarrero.
A golpe de rock llegamos a la stoniana (parece que en cualquier momento vayan a aparecer los coros de Simpathy for de devil) Tú el Dictador y yo el revolver que aunque es de corte clásico le incorporan ciertos matices y cambios actuales conformando otra de las piezas destacadas en el disco y que en directo debe ser de las más celebradas.