Rash publica el 20 de enero de 2009 el álbum La vuelta al mundo en 24 horas en formatos físico y digital, con las colaboraciones de Lichis, Los Delinqüentes y Hanna.
El 20 de enero Rash publica su álbum La vuelta al mundo en 24 horas. Es un disco trabajado, calentado desde hace tiempo con el lanzamiento previo de algunas canciones en formato digital (alguna ha entrado en la lista de las más descargadas) y contrastado en los numerosos conciertos que ese animal escénico que es Rash ha dado en los últimos años. No es nuevo Rash en esto de la música y su experiencia se vuelca en las canciones de La vuelta al mundo en 24 horas. Enérgicas, intensas y consistentes, sus composiciones parece que pueden nacer en cualquier lugar del mundo, siempre que ese lugar tenga calles y personas que las patean con sentimientos dando vueltas en la cabeza. Rash canta descarao, siempre palante, con una voz de tremenda fuerza y un estupendo swing rítmico, capaz de pasar de lo más trepidante a lo más tranquilo sin pausa y sin problema. Su música es estimulante, fresca, con punch, letras cuidadas y una energía que despeina. Muy buena para mover los pies. Además tiene un punto inclasificable, porque cabe todo: rock, pop, reggae, rumba, ska, punk, balada, rap, salsa, ritmos latinos, Brasil, hardcore… Mezclado en diferentes dosis, el cóctel sabe diferente. Así son las canciones de La vuelta al mundo en 24 horas. ¡Y tú de qué vas! abre el álbum con caña, mezclando rock enérgico con reggae, guitarras eléctricas y españolas, con Lichis (La Cabra Mecánica) colaborando y el disco lanzándose desde lo alto. Besos al portador asoma como balada para transformarse pronto en un ritmo trepidante con ambiente de rumba urbana. La vuelta al mundo en 24 horas mantiene la tensión con un pulso de tremenda dinámica, duro, rockero, electrizante. Bailando un son no baja el listón de un álbum que en la primera recta no se anda con contemplaciones, siempre mezclando el rock intenso con apuntes de reggae, de rumba, de tiempos latinos. ¡Ey tú! tiende al raggamuffin-ska-rock, una fusión que Rash ha asumido como propia y que se ha convertido en marca de la casa. Quiéreme o mátame escapa de los cánones habituales con un planteamiento original que mezcla ritmos que parecen inspirarse en el funk con un ambiente claramente rock. En Salta y vuela aparece la colaboración de una magnífica Hanna en la primera balada del álbum, de estribillo rotundo e intenso y una interpretación que tumba. Con Hijos son patria aparecen percusiones de batucada brasileña, carnavalera y alegre, para una de las canciones más dinámicas, soleadas y alejadas del rock del álbum. Cada vaso habla de ti apunta al reggae-rumba con una guitarra que la podría firmar Andy Summers para desembocar en rock por derecho y un final con sorpresa. Los Delinqüentes aparecen en ¡Ay Manuela! que evoca músicas latinoamericanas mezcladas con el aire sureño y callejero de las voces de Canijo y Ratón y una intensidad que no se pierde en No me afectas nada, una canción en tiempo lento, desgarrada y vigorosa. Y para cerrar el álbum Purgatorio, que Rash canta sólo con guitarra, piano y cuerda, en un magnífico broche que contrasta con la furia que recorre La vuelta al mundo en 24 horas. Las canciones de Rash pueden estar plagadas de referencias, pero siempre elegidas y mezcladas con el criterio necesario para que no oculte ni devalúe su estilo genuino, su manera de entender la música y su vocación de no colgarse etiquetas gastadas. Es el álbum de un artista baqueteado en los escenarios de toda España y algunos de Latinoamérica y que, al fin, se lanza con un álbum de gran consistencia, magníficamente producido por Fernando Montesinos que ha conservado el espíritu y la energía de quien no se acaba de caer de un guindo. Desde el primer concierto de Rash en un bar de Coslada con un repertorio de versiones, este madrileño que dice venir “del heavy pasando por Sabina y Ojos de Brujo” se ha ganado a pulso un lugar en el circuito alternativo además de colaborar y cantar con Bebe, Amparanoia, Los Delinqüentes y Ojos de Brujo, entre otros artistas. Conoce al dedillo los escenarios de salas como Galileo Galilei, Clamores, Libertad 8, Siroco, Caracol o El Búho Real en Madrid y sus hermanas en toda España. Se ha autoeditado maquetas y discos, e incluyó dos canciones en el álbum El Búho Real. Nueve artistas nuevos, producidas por Eldys Isak Vega “Muñeco” (de Amparanoia) y en las que colaboran como invitados Juanlu (ex Ojos de Brujo) y Amparo (Amparanoia). Con semejante historial, Rash podría estar de vuelta de todo (“La cosa está muy difícil. Hay muy pocas cosas nuevas”, dice), pero el 20 de enero lanza su álbum La vuelta al mundo en 24 horas. Buscando una manera diferente de reflejar la realidad, más lúdica y utilizando cualquier canal posible, desde el cara a cara con el público a medio metro a los nuevos soportes digitales. Recientemente, Rash ganó el premio La Noche en Vivo “Los Guilles 2008” como Mejor Grupo del Circuito de Salas en la categoría de Canción de Autor que concede la Asociación de Salas de Música en Vivo de la Comunidad de Madrid. “No soy un cantautor al uso”, dice Rash para dejar las cosas claras. “Me gusta lo canalla, que la gente baile y disfrute y que después, en su casa, pueda detenerse en la letra. El ritmo no es sólo para el hip hop. Canto lo que me gustaría escuchar”. Las canciones de La vuelta al mundo en 24 horas son un buen ejemplo de la actitud de Rash, ardiente defensor de lo mestizo: “El estado puro de la música es la fusión. Lo mío es mezclar rumba, pop, hip hop, reggae… La realidad es amarga y hay que endulzarla con un poco de gamberreo”.