Cantaba Sabina: “que el fin del mundo te pille bailando,/que el escenario me tiña las canas, /que nunca sepas ni cómo, ni cuándo, /ni ciento volando, ni ayer ni mañana.Que el corazón no se pase de moda,/que los otoños te doren la piel,/que cada noche sea noche de bodas,/que no se ponga la luna de miel.” Tras el espectáculo que presenciamos el pasado sábado en Sala Malandar (Sevilla), podríamos reescribir estos magníficos versos de Noches de Boda por “que todas las noches sean noches Sabineras”, porque… qué bonita noche.
Pancho Varona y Antonio García de Diego, músicos de la banda de Sabina, sus “manos derechas” y compositores de la música de sus canciones desde hace décadas, se presentaban junto a Mara Barros, corista habitual del Flaco en sus giras, para traernos su espectáculo: las Noches Sabineras, un formato de concierto en el que revisitan el repertorio de canciones compuestas junto a Joaquín en la primera parte del show y en la segunda parte invitan al público asistente a sentirse el cantautor de Úbeda y cantar junto a su banda sus éxitos.
Se abría el concierto con Más de Cien Mentiras, y a continuación, Conductores Suicidas, Siete Crisantemos, Pacto entre Caballeros (con colaboración incluida vía Órbita Laika), a la Sombra de un León, el Blues de las Noches Perdidas, Con la Frente Marchita, Cerrado por Derribo, Yo quiero ser una chica Almodóvar, Tan Joven y Tan Viejo … todas coreadas de principio a fin por un público sabinero incondicional y por media familia de Mara Barros allí presente, como nos confesaría entre risas en varias ocasiones. Tras una versión muy rumbera de Contigo y el clásico Princesa se cerraba la primera parte del concierto antes de un breve descanso.
En la parte en la que el público se subía a cantar pudimos escuchar Peor Para el Sol, Peces de Ciudad, Y si Amanece por Fin, y la ganadora, Quien me ha robado el mes de Abril, cuyo valiente intérprete espontáneo se hacía ganador del bombín de la noche con el que los músicos premiaban su interpretación.
Para finalizar una noche de fiesta, de un público satisfecho a coro, de guitarras acústicas, de piano, de la potente voz de Mara Barros, del arte de Pancho Varona, de la magia de Antonio García de Diego, de los versos del maestro Sabina… el trío nos regaló Y Sin Embargo, con su introducción coplera de Y sin embargo te quiero, enorme en la voz de Mara Barros, y como bis, para cerrar, Pastillas Para No Soñar.
Aunque Joaquín Sabina siga devorando los libros de su biblioteca, rodeado de sus gatos y sus colecciones, en su casa de Tirso Molina… mientras escribe los versos para un nuevo libro de sonetos, prepara quizás un nuevo y esperado disco, se recrea en su cuaderno de dibujos o reúne ganas y fuerzas suficientes para encarar una de sus internacionales y multitudinarias giras, o simplemente disfruta del descanso y la paz de la rutina, podemos comprobar que su repertorio cancionero sigue muy vivo, de oído en oído, de boca en boca, entre el público, mientras Pancho, Antonio y Mara, sigan brindándonos las lunas de sus Noches Sabineras.
Fotografías por Antonio Andrés Arispón Paco