El Natural Music Festival presenta en esta su segunda edición un cartel que en comparación con el del año pasado carece de referentes claros amparándose más en una clase media musical que en grandes nombres (Guns and roses, Placebo o Calamaro en su primera edición).
El entorno es un punto fuerte pues está situado a escasos metros de la playa contemplando atardeceres bellísimo en un recinto acogedor y apropiado para el no excesivo público que se congrega en Guardias Viejas, muy próximo al Ejido.
Los primeros sonidos con los que nos encontramos en esta primera jornada procedían de Murcia, Second sigue creciendo día a día con su estilo british-pop y alternando canciones cantadas en inglés con otras en castellano, preferentemente de su disco “Invisible” con temas que ya el público reconoce como “Nada te dirige” o “her diary”. Una actuación en la carpa que supo a poco de este grupo, único que repetía cartel en el Natural Music.
Posteriormente en uno de los escenarios Mando Diao nos trajeron desde Suecia un rock enérgico muy efectivo que nos hizo vibrar desde que estos chicos hicieron entrada. Melodías intensas para no dejar de moverte en todo el concierto acompañadas por una puesta en escena contagiosa donde la banda no paraba de moverse sobre el escenario. Con temas de “Hurricane Bar” y de su último trabajo “Ode to Ochrasy” la banda nacida en 1995 justificó con creces su participación en festivales tan importantes como el FIB o el Rock am Ring en Alemania.
Entre Björn Dixgard y Gustaf Noren van alternándose a la voz principal y a los coros, riffs de guitarra aparte, renovando con nuevos bríos un buen repertorio que a veces sueña a hard rock sesentero para adentrarse en el punk rock, del que destacar “long before rock and roll” su último single. Un magnífico concierto y aunque estábamos advertidos de su calidad, fue una grata sorpresa.
Vuelta a la carpa para comprobar con la “Excepción” que el hip hop en España goza de muy buena salud y de esta forma los madrileños pusieron a bailar y a sudar en una carpa hasta arriba de gente con sus temas de crítica social y buen humor, no exentos de aires aflamencados, donde Gitano Antón y el Langui no dejaron de interactuar con un público entregado.
De regreso a los escenarios Iggy and the Stooges era el plato fuerte de la noche, y como un huracán saltó Iggy con unos vaqueros medio caídos y descamisao a sus 60 años de edad y su historial de adiciones a cuestas. Derroche de energía, el concierto fue un auténtico catálogo de rock incendiario, apoyado por una banda veterana , the stooges, con una bajo excepcional, y a la que Iggy aporta su actitud provocadora y su halo de estrella del rock. Interacción con el público constante bajando al foso para dejarse tocar por sus fan congregados en las primeras filas a los que además premió con una subida masiva al escenario para deleite de algunos, los fans, y desagrado de otros, los guardias de seguridad que se esforzaban por contener a la muchedumbre deseosa de vivir junto a Iggy tan culminante momento.
La Iguana de Detroit con “i wanna be your dog” o “ no fun” nos dejó así un espectáculo llamativo y vertiginoso aunque excesivamente dependiente de la actitud de Iggy resultando más llamativo el icono que la música en sí.
Y de esta jornada poco más que reseñar, problemas técnicos constantes que nos mostraban a un Mago de Oz, cuya presencia atrajo a muchos de sus seguidores hasta este maravilloso paraje almeriense, con escasa fuerza vocal y a los que el público tuvo que apoyar con temas como “fiesta pagana” para al menos disfrutar un poquito de su música celta. Y de Asian Doub Foundation, tras Iggy , se produjo un contraste musical enorme, aunque con su muestrario sonoro invitaban al baile aunque no terminaron de enganchar con su propuesta en esta ocasión. Llegamos al sábado, confiando en que los problemas técnicos, muy presentes en la mayoría de actuaciones, se subsanen.
Cabe también resaltar que, al igual que ocurrió en la primera jornada, hubo cumplimiento de horarios muy meritorio evitando grandes retrasos como es costumbre en eventos de este tipo.
Y el sábado nos recibe The Pinker Tones; los barceloneses mezclan y remezclan samplers conocidos con un resultaoe muy dance que nos invita a bailar como bienvenida a este sábado festivalero. Una actuación muy aplaudida que intenta aunar el uso de discos como instrumentos y el calor de una actuación en directo.
En la carpa la habitación roja suena a banda consolidada donde observo a bastante admiradores que siguen y corean sus letras en un set lit más amparado en su trabajo “dirán que todo fue un sueño”. Problemas de micro nos impiden mayor valoración de este grupo ya clásico en la escena indie española.
Y vuelta a uno de los escenarios principales para asistir a uno de los regresos más inesperados de la temporada “Nacha Pop”. Sin querer resultar excesivamente duro, la imagen y calidad musical que Antonio Vega y Nacho García Vega nos presentan sobre un escenario dista años luz de la que fuera banda destacada en los años 80.
Los años no pasan en valde y aquello parece una caricatura de lo que un día fue. Sólo rescatamos la interpretación, por supuesto forzada, de “La chica de ayer” en el único momento emocionalmente al menos destacable de esta pobre actuación.
Y siguiendo con decepciones The Charlatans ofrecen un concierto plano, sin emoción ni destacable en aspectos notables pero con la llegada de la noche la cosa empezó a mejorar, y vaya si mejoró.
Primal Scream, lo mejor del sábado, rock que se reinventa a sí mismo, desde Glasgow, superando inconvenientes técnicos sin perderle la cara al público, revisones de temas como “Accelator” geniales, el público enloquecido y rendido a los de Glasgow con un Bobby Gillespie de maestro de ceremonias. Un final apoteósico con “Swastyca Girl”, “Country Girl” y “Rocks” dejándonos con ganas de más, de mucho más.
Y Keane hizo posteriormente las delicias de su público, con un concepto musical compuesto por un teclado (Tim Rice-Oxley) que lleva el peso melódico de los temas, batería (Richard Hughes) y voz principal (Tom Chaplin), la banda del sur de Inglaterra se mueve bien sobre el escenario con su piano-rock que no echa de menos a las guitarras, Chaplin y su voz dotan de la calidez necesaria temas como “Everybody´s changing” recreándose en los temas más lentos de un setlist donde destacar también “Cristal ball” o “Nothing in my way”.
Satisfechos sus muchos seguidores Keane estuvo a la altura de su status de cabeza de cartel.
Poco más que añadir, iniciando la cuenta atrás para la siguiente edición de un festival que ha contado con mucha variedad musical y cuya crónica cierro con la satisfacción de seguir viviendo experiencias como esta, en lugares como este, con gente como vosotr@s.
Fotografías: Óscar Romero Blaya www.oscaromero.tk