Primer trabajo largo, con interesante título y magnífica portada, de esta banda de Buenos Aires que adorna su pop rock con toques de rhythm’n’ blues y algo de funk, sin desmarcarse apenas de lo que ya hicieron en su anterior trabajo, un ep de cinco temas editado en 2013.
En este álbum son doce los cortes, breves, ya que la mitad no superan los 3 minutos. No pocas veces traen ecos de O’Funk’illo y, más afortunadamente, Los Deltonos.
Con una voz masculina y unos textos que, sin resultar particularmente destacables, se cohesionan bien dentro del conjunto, con el contrapunto de algunos coros femeninos como en “Paraíso” y “Catador de Piel”, sobresalen las partes más instrumentales con solos de guitarra y teclado, como en el tramo final de “El Vengador Tóxico”. El bajo también se desenvuelve muy bien en algún momento protagonista.
Aun resultando un disco solvente y con un sonido “correcto”, quizá se echa en falta una producción musical algo más robusta, con más cuerpo, que dé el empaque y la calidez que un trabajo que se aproxima a los sonidos negros necesita.