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Opeth + Cynic 30 Noviembre Madrid

Poradmin

Dic 9, 2008
opeth

 

opeth 

 

Las entradas agotadas, una cola para entrar inusitada y la sala repleta me hacían temer que no pudiese ver nada, pero milagrosamente me situé a unos 5 metros del escenario y cómodamente pude disfrutar del concierto.

Para empezar Cynic, un grupo que realmente me gusta, pero el auténtico aliciente era ver a dos personas de ese grupo que por su pasado merecen ser mitificadas: Paul Masvidal y Sean Reinert, guitarrista y batería del grandilocuente “Human” de los inmortales Death, ahora que falta poco (13 de diciembre) para el triste séptimo aniversario del fallecimiento del gran Chuck Schuldiner, así pues, todas unas leyendas vivas que no podía perder la oportunidad de ver.

Lo de Sean Reinert no tuvo nombre, boquiabierto, anonadado, abstraído, hipnotizado..…es como estuve todo el concierto de Cynic mirando a este batería, lo tenía tan cerca y estaba disfrutando tanto que no podía mirar a otra parte. Pero por ser teloneros y por falta de tiempo, el concierto fue corto, y lo que vino luego me hace pasar página y hablar de los dioses suecos que salieron posteriormente a escena.

 

opeth

 

Hace ya muchos años en los que aquel “Still Life” me reenganchó a la senda de Opeth, y digo reenganchó porque los conocía con anterioridad, pero este fue el álbum que me enamoró definitivamente. Tras el, uno tras otro disco los fueron confirmando como uno de mis grupos predilectos.

Me hubiese encantado ver en directo el último trabajo al completo, “Watershed” es una obra maestra, pero también quería ver temas antiguos, y finalmente el setlist me encantó. Abrieron con Heir Apparent y fue tan brutalmente hermosa como esperaba, siguieron con The Grand Conjuration de su anterior disco “Ghost Reveries” y la sorpresa de la noche llegó de la mano de Godhead’s Lament de “Still Life” que como ya he dicho, es un disco con el que me une algo especial.

Nunca el Death Metal fue tratado de una manera tan elegante como Opeth consiguen imprimirle, en realidad, hablar de esta banda en esos términos es caer en el error de generalizar, ¿qué tiene que ver Opeth con At The Gates, Nile o los anteriormente mencionados Cynic? Pues a todas luces NADA.

 

opeth

 

Buen ejemplo para ello fue la siguiente canción, The Lotus Eater, sonó fantástica, increíble la parte central con esos teclados que tan bien le sientan a Opeth en los últimos discos. Mikael Akerfeldt sacó a relucir su mejor voz en Hope Leaves, y por Dios, me subo en una nube cada vez que escucho una canción de  “Damnation”. La batería de Deliverance me devolvió a la tierra, o al infierno, aun no lo tengo claro, porque el estado de trance que alcanzo con el final de esa canción debe ser pecado.
Demon Of The Fall recordó a los Opeth de los primeros tiempo. Y para despedirse visitaron “Blackwater Park” con las guitarras acústicas que arrancan la emotiva canción The Drapery Falls.
Todo un conciertazo con mayúsculas, aunque mayúscula fue mi compañía, los Opethtizados que me acompañaron fueron Juan, Jose, Carlos y Migue, amigos a la altura del espectáculo presenciado.

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