Canciones de giros tortuosos e inesperados de aspecto crudo y con tendencia a la emoción imperan entre los doce temas de "Viva la música sangrienta", segundo disco de Novak.
El trío que conforman Javier Alonso (vox y guitarra), Adrían Ceballos (batería) y Miguel Lorenzo (bajo) ponen en práctica un sonido que a menudo se viste de bases contundentes con algún que otro aire psicodélico y que dejan a su paso un paisaje de cierta crudeza y oscuridad.
Novak brilla precisamente en esos dibujos instrumentales que, bien en piezas individuales bien inmersos entre partes vocales, sostienen entre lo melódico y ataques fulgurantes un alto nivel emotivo en todo el disco.
Vocalmente Novak expresa cierta indolencia, a veces rabia contenida, en temas como "Planes" o "Lo imposible" que reflejan a las claras el estilo de un grupo que prefieren las cicatrices a los tatuajes. Con Novak tengo esa sensación de reducir el miedo a lo imposible, de transmitir esa sensación de locura controlada y esa seguridad final de quien conoce el camino o si no…no le importa.