El segundo disco de los alicantinos Mute va oscilando entre atmósferas densas de historias cotidianas y con un gusto especial por los detalles de producción reflejados en el resultado final del disco.
La instrumental "Qué tal todo" nos despieta, nos espabila ante un nuevo día, un nuevo disco que con "No me jodas" encuentra uno de los momentos más destacados del mismo en una visión tirando a derrotista desde lo particular a lo general.
y quizás esa es una de las principales características de Mute, no caer en la letra fácil ni en los recursos habituales de estribillos o coros accesibles. En su lugar Mute conjuga letras comprensibles con buenos trajes sonoros donde las guitarras suelen saltar tarde o temprano a un primer plano narrativo y emocional.
Del lado más melódico del disco y siendo mi preferida hablaría de "Días tan perfectos" como un guiño más pop transportados hacia esos días donde nos creemos los reyes del mundo, dondetodo lo podemos conseguir y casi perdemos la conciencia de lo que puede doler o costar una nueva caída.
En el último tercio del trabajo que nos ocupa volvemos a trasladarnos a ambientes oscuros, lluvias y tempestades bien dibujadas, con un toque de rabia musical donde las mejores reflexiones nos vendrán en "Espejos y cielos", completando un imaginario círculo terrenal-espacial sólo entendible en clave de Mute.