Hola Ricardo, ¿Qué haces tan lejos de casa?. Libro y disco. Con los tiempos que corren, algo de valientes, ¿no?
Tal vez la idea de sacar disco y libro sea un asunto que requiere valor, es una decisión compleja pero en realidad lo que enfrento con valentía es el día a día, aquello que viene después de dar el paso. Para mí está siendo muy gratificante. Si te refieres a los tiempos que corren, económicamente hablando, la verdad, no me lo he planteado. Esto ha sido, como todas las cosas buenas de mi vida, algo que he hecho de manera intuitiva y no planificada. Como te digo, la valentía viene después.
¿Cómo surgió la idea de combinar ambos formatos?¿ Cada historia pedía un medio? ¿En tu cabeza siempre tuvo el formato (nada usual)libro-disco o en algún momento pensaste en editar el disco por un lado y el libro por otro?
Yo empecé de manera básica. De hecho, después de una serie de años grabando discos con bandas, con un encargo y una fecha de publicación, este proyecto ha sido un trabajo sin horizonte editorial. No pensé en la publicación hasta que no tuve el libro y el disco terminados.
Hablemos un poco del libro: en él narras el día a día de una gira real (la gira de presentación de “El problema de los tres cuerpos”) que te lleva a recorrer España, pero rodeando esa realidad de ficción. ¿Tuviste claro desde el principio no hacer un diario de gira al uso?
Sí, desde el principio tenía claro que no quería hacer un diario de gira al uso. Hay varias razones, pero la más importante es que en la obra desarrollo un universo que acompaña a todos mis textos anteriores. La gira es un momento en la vida, no un escenario único narrativamente hablando. Además, está el problema añadido de que una gira tiene un ritmo repetitivo que no creo que tenga mayor atractivo que la curiosidad y yo quería hacer algo más.
Recuerdo cuando antes de uno de vuestro concierto en Oviedo me contaste que acabas de ver a una novia en la iglesia de San Salvador y lo que te había llamado la atención aquella imagen. Años después, leo en el libro: “camino de la catedral de San Salvador, donde novias con pelo largo y trajes de boda fuman sobre su empedrado mítico”. ¿Son esos pequeños detalles el chispazo para construir una historia/canción?¿En qué momento ves que la historia va mejor para contarla en papel que en una canción?
Yo nunca he empezado una canción sin que hubiera un texto en papel anteriormente. Trabajo de forma muy estructural. A la canción "A Joni Mitchell con todo mi amor”, por ejemplo, le acompaña un texto de hace muchos años que escribí cuando vivía en Edimburgo. Escribo de forma ritual, escribo todos los días. Después, igual que con todas las cosas mitológicas de nuestra cabeza, imagino que no soy el autor único, que es atemporal y que es mío pero que significa más de lo que las palabras denotan. Y a veces pasan a ser una canción y otras se quedan en mis papeles, lo que ocurre es que ahora he sacado los papeles.
Evidentemente, los personajes de Fran y Ramón están muy presentes en todo el libro. ¿Cómo se tomaron el saber que parte de sus vidas, sus personalidades, iban a salir al descubierto?
Fran me conoce desde hace mucho y me conoce bien. No me planteó ningún problema. Ramón me conoce desde hace menos pero también me conoce bien. Yo creo que cualquiera puede sentir reparo al interpretar un personaje sin interpretarlo, esto es, que otro escriba sobre su vida. Mi trabajo ha sido una búsqueda constante, tanto en la trama como en las imágenes, lo que buscaba era algo de honestidad.
Aparte de Fran y Ramón, si hay un personaje que sobrevuela durante todo el libro es de de Sergio Algora: al que acabas dedicando un capítulo (en mi opinión, brillante y muy emocionante) y la canción “La Parte más Feliz”, donde narras tu encuentro con él en un sueño. ¿Hasta qué punto ha sido importante Sergio en tu vida y cómo te sigue influyendo su presencia/ausencia?
Sergio ha sido importante en presencia y ausencia, eso es inevitable. Yo recuerdo mi vida con él desde que lo conocí a los 16 años. En aquella época creo que ni me planteaba ser feliz, después vinieron años buscando la felicidad de manera incesante, más tarde un vacío y un largo camino. De todo ello habla “La parte más feliz”. Y ahora esa influencia es una mezcla de barreras de tren que no quiero cruzar más y el recuerdo de viajar por la vida a su lado.
Fran puede escribir tranquilamente mientras viaje en autobús (y los dos sabemos alguna que otra historia sobre Fran y sus viajes en ALSA, verdad?), ¿pero dónde escribe Richi cuando está de gira? ¿En los hoteles? ¿hay paradas en el camino para anotar algo que se te pasa por la cabeza?¿Vas tomando notas o al acabar la gira te sientas ante un papel en blanco?
Yo escribo siempre que me quedo solo. De alguna manera lo hago todos los días, da igual que esté de gira. A veces es una palabra y otras un texto largo, no importa. Lo que ocurre es que desde hace años soy el que lleva toda la producción de las giras y tengo los tickets, y la información en mis cuadernos. Así que no ha sido complicado. Y sí, los dos conocemos los viajes en ALSA de Fran, pero yo no puedo escribir si estoy con gente.
Te he leído en las redes sociales encendidos elogios a la nueva serie de “HBO”:True detective”:memoria sinestésica, miedo y Notre Dame; asusta pensar que hablan de uno mismo. El miedo es algo que aparece con recurrencia en tu obra. ¿Al miedo se le combate asumiendo que está ahí, presente?
Yo el miedo ya no lo combato: directamente me invento un trama alternativa. No es algo que me distinga, ni mucho menos. Lo descubrí de muy pequeño mientras lloraba apoyado en el cristal del Seat Panda de mi padre, no recuerdo qué me afligía, pero al final me despisté con algo y solo emitía el sonido del llanto aunque no lloraba más. Pues así, yo el miedo lo enfrento mirando por la ventanilla y olvidando su presencia. La memoria sinestésica es la única que me funciona, así que solo me queda Notre Dame y ya le hice una canción.
Si trazamos una línea a través de las canciones del disco, podemos observar el carácter vitalista de las mismas ¿Está Ricardo Vicente haciendo exactamente lo que quiere ahora mismo?
No lo sé. La verdad es que estoy haciendo lo que creo que necesito. Es fundamental para mí seguir en lo que creo que es la aventura de mi vida.
Tras mucho tiempo acompañado, este es tu debut en solitario ¿Echas de menos la compañía? ¿Cambian muchas cosas de ser parte de un grupo a estar solo frente al peligro? ¿Cuánto hay del Ricardo profesor en el Ricardo que se sube a un escenario?
Sí, echo de menos la compañía pero lo que pretendo es tener algo que devolver, busco el crédito para poder devolver la generosidad que siempre han tenido conmigo. Y cambian muchas cosas, muchísimas. Más de las que me imaginaba pero el peligro siempre estuvo ahí. Y por último, yo actúo siempre, en clase y en el escenario.
En directo estarás acompañado por una batería, ¿cambia esto la manera de enfocar los conciertos?
Enrique ha participado en el proyecto desde el primer día que le pedí ayuda. Ahora es importante que eso se vea en directo. Los conciertos serán algunos con él, otros en solitario y para otros estoy montando una banda. Me encantaría que Nahúm García viniera porque es parte esencial de la producción pero de momento es complejo coordinar agendas. La clave es hacer todo a su tiempo.
Sevilla. Aparece en el libro como fin de gira y un estupendo recuerdo con la sala Obbio llena y cantando con vosotros. Ahora empiezas la gira aquí. ¿Qué le ha dado Sevilla a Ricardo Vicente?
Pues es una ciudad en la que lo he pasado realmente bien, he tocado muchas veces y no sabría decirte qué me ha dado. Espero que todo sea como siempre, solo quiero eso.
En el libro aparece una frase que me parece un buen cierre para la entrevista: "Lo podría explicar de forma más tradicional pero no quiero".Toda una declaración de intenciones, ¿no?
Sí, en realidad con ello quiero decir que he buscado una nueva piel para la vieja ceremonia, en definitiva, que inicio una nueva etapa en mi vida. Con tradición me refiero a mi tradición, a lo que me ha llevado hasta aquí.
Como siempre, un placer Richi. ¡y champán para todos!
El placer es mío.