¿Cómo acaba un médico encarnando la figura de Freddie Mercury?
La pasión es lo que determinó realmente el camino. Si bien la medicina me apasiona, tal vez le hice caso a un paciente que me dijo “usted va a ser medico toda la vida, pero aproveche para ser Freddie Mercury ahora que puede”.
¿En qué momento se desata esta pasión por la música de Queen?
Fue en 1991, unos meses antes de que Freddie Mercury falleciera. Con sólo un casete de regalo por mi 20 cumpleaños, el 7 de julio de 1991, bastó para enloquecerme.
¿Hay alguna canción en concreto de la banda británica que determinara tu decisión de embarcarte en este tributo?
Sí. De hecho, el primer tema que comencé a cantar coincidió con un momento muy especial de mi vida. Lo escuché por primera vez cuando vi latir el corazón de mi primer hijo en una ecografía y, después de empezar a cantarlo, supe que se llamaba ‘The show must go on’. Eso me dio un puntapié para pensar “¿será un mensaje?”.
Decides, entonces, dejar aparcada la medicina y sumergirte en la preparación del espectáculo.
Bueno, la medicina está aparcada de momento, pero volveré sin duda pronto, aunque no quiero ejercerla con la necesidad de ganar dinero, sino más bien como algo, si se puede, gratuito y para gente que lo necesita, y vivir de la música.
Sin duda, hablamos de uno de los artistas más carismáticos de la historia de la música. ¿Fue complicado adoptar su espíritu?
No lo sé. Al principio cerraba los ojos y me imaginaba todo esto, siempre fui muy pasional y esto me apasiona tanto que una vez alguien me dijo que, cuando me miraba en el show, veía salir la cara de Freddie de mi interior.
¿Qué expresión es la que más trabajo te ha costado recrear?
No copio las expresiones, sólo tienen que salir de mí en el momento adecuado, tienen que ser frescas. No tengo marcado qué hacer ni cuándo, sino más bien interpretar el tema y que todo fluya. Creo que lo más difícil es tratar de mantener eso, la frescura; después, las poses y los movimientos salen solos.
Te costó formar la banda para realizar este homenaje, pero al final lo conseguiste con antiguos compañeros de profesión.
Pasaron muchos músicos, sobre todo al principio, porque nunca dejé que se frenara la rueda. Muchos se iban porque no ganábamos dinero y tenían que vivir. Pero logré el grupo ideal, con buena gente, somos amigos, apasionados de Queen y, encima, podemos vivir de nuestro sueño.
Arriesgaste e invertiste en un proyecto que, en sus inicios, llegó a darte verdaderos problemas económicos.
Sí, me lo jugué todo por esto y hoy mismo lo sigo haciendo, aunque ya con una seguridad diferente.
Aun así, decidiste seguir adelante.
¿Por qué abandonar un sueño si es tan lindo?
Lo cierto es que, desde entonces, habéis cosechado un gran éxito con un espectáculo que ha recorrido varios países de América y Europa.
La verdad que no nos deja de sorprender.
Incluso habéis sido teloneros de Scorpions…
Fue en 2010, en el Estadio Hernando Siles de La Paz, Bolivia…, una gran experiencia.
¿Qué tal con la crítica musical? Habréis escuchado en algunas ocasiones términos como ‘imitación’, ‘karaoke’, etc.
Bueno, la mejor crítica la hace la gente cuando vuelve al teatro. Es fácil llenarlo con propaganda, pero el desafío es que la gente vuelva una y otra vez. Los críticos más duros son los que no vuelven.
¿Y con el público? Quizá es el más exigente, especialmente los seguidores de la banda británica.
El público es increíble, nota que somos como ellos, fanáticos, apasionados, nostálgicos…, y nos acompaña, es parte del show.
¿Qué tiene de especial el espectáculo de Doctor Queen?
Habría que preguntárselo a un espectador que haya visto varias bandas, pero creo que es el concepto que planteamos sobre el escenario y, por supuesto, la honestidad del homenaje, el respeto y la calidad de los músicos.
La elección del repertorio debió ser una tarea compleja. ¿Qué canciones debían estar y cuántas se han quedado fuera?
En este espectáculo hay unas 25 canciones y han quedado fuera más de 200 canciones buenas de Queen.
Cuidáis minuciosamente cada detalle de la puesta en escena…
Sí, soy muy obsesivo. El público paga una entrada y yo le cuido cada centavo, hay que ser honesto y agradecido.
Muy importante también es el vestuario. ¿Cuántos cambios tienes en cada espectáculo?
Según el tipo de espectáculo, van de seis a quince cambios, depende de si es en sala o teatro, si es musical o más rock, si lleva bailarines o sólo somos nosotros cuatro.
¿Te resulta difícil deshacerte del personaje cuando acaba el show?
No, tengo muy claro que soy Dr. Queen, no Freddie Mercury.
¿Cómo es Jorge Busetto cuando se desprende del artista?
Yo soy Jorge Busetto, médico cardiólogo, 42 años, de La Plata, argentino, padre de tres hijos, Franco, Giuliana y Cameron, y esposo de Olga; amo a mi familia, mis amigos y tengo valores incorruptibles. Pero soñé ser Freddie Mercury y en el escenario me transformo en mi ídolo, lo pido prestado con respeto a su público y trato de hacerlo quedar bien. Freddie Mercury hubo solo uno, pero Dr. Queen también; es Freddie y es Jorge, depende de si está a un metro veinte sobre el resto o con el resto.
Con todo ello, ¿qué significa Queen y, en concreto, Freddie Mercury en tu vida?
Queen significa sueño; Freddie Mercury, amigo, ídolo.
¿Qué habrá después de Doctor Queen? ¿Te ves de nuevo ejerciendo la Medicina?
Por supuesto, soy médico, amo la medicina y moriré siendo médico…, y tal vez siendo Dr. Queen.
Consulta las fechas de la gira española de Dr. Queen en el siguiente enlace: http://www.tributoaqueen.com/agenda.htm